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California Games II (1992)

Con 24 años de vida de la compañía Epyx, sorprendentemente sería California Games el juego más destacado de su catálogo (aunque fuera concebido como un título menor) y esto fue algo que debieron de tener en cuenta desde sus oficinas, cuando en 1992 la situación de Epyx era crítica a nivel económico. Es lógico pensar que el posible salvavidas de la empresa fuese una secuela de su título más exitoso.

El lanzamiento de California Games II en 1992 no sería suficiente para salvar de la bancarrota a Epyx, pero nos dejaría una secuela bastante digna de uno de los videojuegos deportivos más originales. El título sería lanzado para PC, Amiga, Atari ST, Super Nintendo y Master System.

El concepto de juego es el mismo que en la primera entrega, pero con pruebas distintas. Tendremos cinco eventos distintos (Hang gliding, Jet ski, Snowboarding, Bodysurfing y Skateboarding) que se podrán practicar por separado, realizar por completo o una selección de los mismos.

En la prueba de Body Surfing (conocido como barrenar en castellano), nuestro personaje se podrá sobre una tabla de surfing, con la particularidad de que se encuentra tumbado sobre ésta. La misión será meternos en el «tubo» de una ola y realizar la mayor cantidad de movimientos y trucos para conseguir aumentar la puntuación, evitando que la propia ola nos arrastre hasta la orilla. Si aguantamos lo suficiente, tendremos que llegar suavemente a la orilla, esquivando a los bañistas que se encuentran cerca de la orilla.

En la prueba de snowboard nos iremos a la cima de una montalla y nos lanzaremos con nuestra tabla, intentando evitar los distintos obstáculos que nos presenta la ladera (piedras, árboles, saltos…) y realizar el descenso en el menor tiempo posible. Según vayamos descendiendo habrá menos espesor de nieve, hasta que no haya nada y lleguemos a la zona más baja, por lo que irá aumentando progresivamente la dificultad.

En Jet Ski nos pondremos a los mandos de una moto acuática, con una perspectiva desde atrás de la misma. Tendremos que completar un recorrido delimitado por boyas luchando contra el reloj, de tal manera que solo acumularemos puntos cuando nos encontremos dentro de los limites definidos. En esta prueba habrá que controlar la velocidad, la habilidad en la conducción y los obstáculos que nos encontremos en el agua.

Una perspectiva similar la tendremos en la prueba de skateboard, que repite respecto a la primera entrega, pero en vez de en un halfpipe corto, patinaremos en un tubo largo que forma un circuito y que hay que conseguir recorrer sin caernos, chocarnos e intentando hacer el menos tiempo posible, teniendo en cuenta que mientras más nos balanceemos más rápido iremos.

La última prueba es la de Hang gliding, donde nos tiraremos por un barranco con el ala delta para ir sobrevolando el mar. Una vez ahí tendremos unas dianas en la superficie en las que tendremos que acertar con unos globos.

A nivel técnico nos encontramos con la evolución lógica tras cinco años, aunque en perspectiva con otros títulos de la época no nos encontramos con un alarde técnico espectacular. No obstante, la calidad gráfica depende en buena medida a la máquina sobre la que este corriendo, eso sí, sin afectar a la jugabilidad, que es similar en todas las versiones.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Castle Master (1990)

El género de los RPG no ha sido nunca tan habitual en los ordenadores personales como lo es en el mundo de las consolas. Si a esto sumamos que lo habitual en este género en 1990 era un desarrollo en 2D, Castle Master se convierte en todo un hito del mundo de los videojuegos. Castle Master estaría desarrollado por Teque Software Development y contaría con la distribución de Incentive Software, contando con versiones para PC, ZX Spectrum, Commodore 64, Amstrad CPC, Atari ST y Commodore Amiga. Ese mismo año sería publicado Castle Master II: The Crypt. El salto del género a los ordenadores personales tendría ciertas modificaciones, hasta tal punto que se entremezcla con el género de aventuras (mucho más popular en estas plataformas), con lo que nos quedamos con una completa videoaventura en primera persona en un entorno íntegramente tridimensonal (otro hito más).

A pesar de lo que podría suponerse por el género del título, el argumento de Castle Master no puede ser más simple. Al inicio del juego tendremos que elegir nuestro personaje protagonista entre príncipe o princesa, el que no sea elegido será el personaje que tenemos que rescatar del Castillo de la Eternidad, donde está encerrado por un dagrón. Las diferencias entre ambos personajes a la hora de jugar se limita a distintas localizaciones de algunos de los objetos.

Comenzaremos situados en el páramo alrededor del Castillo de la Eternidad, en el cual tendremos que adentrarnos y empezar a explorar las distintas dependencias, en busca de la manera de llegar al lugar donde se encuentra encerrado el otro personaje. Como ayuda podremos encontrar diversos avisos en las distintas habitaciones del castillo que nos da pistas de cómo seguir. Tendremos que ir usando llaves y otros objetos que vayamos encontrando, para poder acceder a nuevas habitaciones que nos acerquen a nuestro objetivo.

En algunas de las habitaciones puede que nos encontremos con espíritus que intentarán atacarnos y que podremos eliminar a base de lanzarle proyectiles. La vida del personaje está representada por unas mancuernas, de tal manera que mientras más pesas tenga, mayor es el nivel de vida, la cual podrá aumentarse recogiendo piezas de queso. Dicha barra no solo es la vida, sino la fuerza del personaje, por lo que también definirá el poder de nuestros ataques.

En el apartado técnico, sin duda destaca el entorno totalmente tridimensional, que hace uso del motor Freescape (usado por primera vez en 1987 con Driller) y que está perfectamente explotado en un diseño del castillo muy completo. Como es lógico por la época, los polígonos son muy planos, pero la sensación de tridimensionalidad está muy lograda y sorprende especialmente en los ordenadores de 8 bits, donde no es habitual encontrar estas características.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

SimCity 2000 (1993)

Tras el correspondiente (y sorprendente) éxito de SimCity, y después de explotar el fénomeno «Sim» de mil y una maneras, estaba claro que desde Maxis tendrían que sacar una secuela del juego que los llevo al éxito. Cuatro años después de la primera entrega, se lanzaría SimCity 2000 para Mac y PC, y en 1994 para Amiga y Acorn Archimedes. Los buenos resultados del título llevaría al juego a dar el salto desde los ordenadores a las consolas de la mano de Electronic Arts, apareciendo versiones para Super Nintendo, SEGA Saturn, PlayStation, Nintendo 64 y Game Boy Advance (esta última desarrollada por Full Fat y distribuido por Zoo Digital). Actualmente, SimCity 2000 se encuentra disponible para descarga en PlayStation Network.

El concepto del sistema de juego conserva el espíritu original, siendo SimCity 2000 una mejora notable a nivel técnico y un aumento de las posibilidaes de juego y opciones, pero siempre bajo la premisa original. Podremos empezar en escenarios prediseñados (algunos inspirados en ciudades reales) o comenzar desde cero con una porción de terreno y algo de dinero para empezar a edificar y desarrollar una ciudad lo suficientemente atractiva como para que la gente emigre a ella. A partir de ahí tendremos el manejo de los diferentes aspectos de la gestión de la ciudad: abastecimiento, transportes, seguridad, financiación y desarrollo industrial.

Respecto al juego original se aumentaron exponencialmente la variedad de edificios públicos, lo que deriva en nuevas cuestiones que gestionar (colegios, bibliotecas, centros de salud, zoológicos, prisiones…). En el tema del abastecimiento ya no nos limitaremos a la red eléctrica (que contará con una mayor diversidad de fuentes de energía), sino que también tendremos que abastecer de agua corriente todos los puntos de la ciudad, teniendo la posibilidad de tener una visión subterránea de nuestra ciudad.

En las comunicaciones, se incluye las estaciones, supliendo un vacío del anterior juego, donde podíamos crear carreteras y red ferroviaria, pero tan solo puertos y aeropuertos. Por otro lado, se nos da la posibilidad de comunicar mediante medios de transporte nuestra ciudad con otras, lo que facilitará el movimiento migratorio hacia nuestra población si la gestionamos bien (o hacia la otra si lo hacemos mal). El sistema financiero también se hace más complejo y profundo, ya que no solo nos limitaremos a aplicar un porcentaje de impuesto y tendremos que tener más elementos en cuenta.

En el aspecto visual nos encontramos con un gran cambio, ya que desde la perspectiva cenital pasamos a una visión isonométrica. Este nuevo punto de vista facilitaría la creación de edificios con un mayor nivel de detalle y reconocibles por su forma. Además, los elementos animados se aumentaron y mejoraron, dando un aspecto más realista de una ciudad en movimiento. De igual manera, el catálogo de sonidos se aumentó considerablemente, en consonancia con los nuevos elementos con los que contaría el juego, además de contar con una banda sonora que nos acompaña en el desarrollo del juego.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Star Control (1990)

Star Control es un videojuego de ciencia ficción desarrollado por Toys for Bob y con distribución de Accolade, que se lanzaría en 1990 para Commodore Amiga, Amstrad CPC, Commodore 64, PC, SEGA Mega Drive y ZX Spectrum.

El título se basaba en el concepto de Spacewar!, un videojuego experimental de 1962 que fue implementado en un PDP-1 por Steve «Slug» Russell, Martin «Shag» Graetz y Wayne Witaenem en el Massachusetts Institute of Technology, donde había dos naves intentándose destruir mutuamente. Este concepto fue rescatado y se le añadió una profundida estratégica que daría como resultado Star Control. Aunque en su momento no sería un superventas, si tuvo una legión de seguidores de fieles que lo han convertido en un título de culto (incluso se ha escrito una novela basada en la franquicia).

El juego cuenta con dos modos de juego principales: Melee y Full Game. En Melee se rescata el espíritu de Spacewar! en el que se hacen combates entre dos naves, a elegir entre las distintas opciones de los dos bandos, la Alianza, y la Jerarquía Ur-Quan. Cada nave tiene sus características propias de manejo y tipo de proyectil, cambiando totalmente la experiencia de juego en las distintas combinaciones de contendientes. Los combates son de corta duración, por lo que se convertiría en un juego ideal para jugar en grupo, en batallas a dos jugadores.

Esto vendría complementado en el modo Full Game con el componente estratégico. Existen diversas misiones con pequeños argumentos pero que básicamente consistirán en tomar el control un sistema solar a base de colonizar planetas y enfrentarse a otras naves que están pretendiendo hacer lo mismo. Aunque su sistema de juego estratégico hoy en día está muy superado, en su momento fue bastante original, sobre todo por su aplicación dentro de la temática de ciencia-ficción.

En las batallas el apartado gráfico respeta el estilo del juego en el que se inspira, siendo realmente simple, con un sistema de zoom para centrarse en la acción muy primitivo pero efectivo. También tendremos unos indicadores de combustible y resistencia de la nave, así como una imagen del tripulante y sus reacciones a las distintas incidencias de la confrontación. En la parte estratégica tendremos un mapa conceptual pseudotridimensional, que servirá para movernos entre los distintos planetas.

Tras el lanzamiento de la primera entrega, en 1992 se lanzaría en Star Control II: The Ur-Quan Masters, con un sistema de juego muy similar, pero aprovechando la mejora tecnológica. La tercera entrega llegaría en 1996 con Star Control 3. Esta terminaría siendo la última entrega hasta la fecha, a pesar de que hubo un proyecto conocido como StarCon, aplicando el concepto de la saga a las tres dimensiones pero que sería finalmente cancelado.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Narco Police (1990)

Nos encontramos ante uno de los últimos grandes títulos de la primera época de Dinamic Software (poco antes de su primera quiebra): Narco Police. En este videojuego, el papel de Dinamic fue el de distribuidor, ya que el título sería desarrollado por la compañía uruguaya Iron Byte (con los que la compañía española ya había colaborado para el desarrollo de Freddy Hardest en Manhattan Sur).

Aparte de las clásicas versiones para computadores de 8 bits (Spectrum, Amstrad CPC, MSX y Commodore 64), Dinamic intentaba entrar en el incipiente y complicado mundo de las máquinas de 16 bits, por lo que también saldrían versiones para PC, Atari ST y Commodore Amiga. Se hizo un tremendo esfuerzo para el desarrollo del juego, con un equipo enorme (sobre todo para lo que sería habitual por aquellos tiempos) con Juan Arias, Ramiro Arias, Ricardo Arias, Roberto Eimer, Carlos Galucci, Juan Gaspar, Fernando Vieira por parte de Iron Bytes y Snatcho por parte de Dinamic, con Víctor Ruiz a la producción.

La acción se sitúa en una isla colombiana, donde se encuentra un cubil de una de las más importantes organizaciones de narcotráfico. Para acabar con dicha organización, los lideres mundiales crean la unidad de élite Narco Police, formada por los dos mejores especialistas antidroga de cada país, que tendrán la misión de acabar con este almacen subterráneo.

En Narco Police controlamos tres grupos de «narcopolicías», formado por cinco integrantes cada uno. Antes de empezar la misión tendremos que escoger cuidadosamente la equipación del equipo, que nos permitirá hacernos con todo tipo de armas y de elementos de ayuda como equipos médicos o chalecos antibalas, teniendo siempre en cuenta que nuestro equipo de especialistas podrá llevar 500 kilos de peso como máximo. Una vez con el armamento elegido, tendremos que decidir desde el helicóptero por cual de los cinco túneles decidimos entrar en la fortaleza.

Narco Police mezcla los géneros de acción y estrategia, con una perspectiva en tercera persona desde atrás del personaje, muy habitual hoy día, pero realmente novedosa por aquellas época. Podremos cambiar constantemente de grupo que manejar, quedando en nuestra decisión cuando llegamos al objetivo de cada nivel, con cuantos grupos pasamos a la siguiente fase (para que sean todos los grupos, habrá que dirigir a todos al mismo lugar por los laberínticos túneles).

El componente estratégico lo pone el ordenador que nos aparecerá en pantalla, desde donde podremos pedir refuerzos o asignar tareas secundarias a otros grupos como poner explosivos o recuperar energía. Dicho ordenador se utilizará introduciendo una serie de comandos, como si de un ordenador real se tratase.

El juego tiene un acabado técnico envidiable, con una calidad gráfica excepcional para lo habitual de la época y unos componentes de acción y estrategia que lo hacen destacar entre los productos de Dinamic. Por otro lado, el entorno simulando una sensación de tridimensionalidad está bastante conseguido y encantó a la crítica (tengamos en cuenta que por aquella época todavía faltaban dos años para que saliera Wolfenstein 3D). Tal es la calidad del título, que incluso fue elegido para realizar un concurso dentro del programa de Telecinco La quinta marcha, donde introdujeron ordenadores Amiga dentro de cabinas arcade. En el apartado sonoro, el resultado es muy desigual entre versiones, destacando especialmente la de Commodore Amiga.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Titus the Fox: To Marrakech and Back (1992)

Este juego, desarrollado por la compañía gala Titus Interactive tiene su origen en 1991, cuando fue editado en Francia como Lagaf’: Les Aventures de Moktar – Vol 1: La Zoubida, basándose en la canción cómica La Zoubida del humorista francés Vincent Lagaf’ y con el personaje de Moktar de protagonista. Evidentemente, ese título resultaba demasiado localista y para la versión internacional se dejaría como Titus the Fox: To Marrakech and Back asociándolo directamente a la mascota de la compañía francesa, que pasaría a ser el personaje principal del juego. El título, programado por Eric Zmiro, sería lanzado para Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, DOS, Game Boy y Game Boy Color.

Tomamos el papel protagonista del zorro Titus, cuya querida novia Suzy ha sido secuestrada en el desierto del Sahara. A través de 15 niveles, nuestro intrépido protagonista tendrá que sortear todo tipo de peligros hasta llegar al rescate de su amada (el juego es exactamente igual en la versión original, únicamente cambiando el protagonista).

El control de Titus the Fox es muy simple, con tan solo las teclas direccionales y un único botón de acción. El camino de nuestra aventura está plagado de peligros y nuestra capacidad de ataque está limitada al uso de forma arrojadiza de los distintos objetos que nos encontremos por el camino, aparte de ir esquivando a los distintos enemigos. En este sentido, la jugabilidad es muy similar a otro de los títulos destacados de la compañía, The Blues Brothers.

También encontramos ciertas similitudes en el apartado gráfico, con el mismo estilo caricaturesco y un gran trabajo en líneas generales por el dúo de artistas formado por Francis Fournier y Stephan Beaufils. Un punto negativo del título se encuentra en el uso de un sistema de passwords para guardar la partida que ya estaba basatante obsoleto para las fechas que hablamos y que resultaba esencial, ya que la dificultad de Titus the Fox resulta extraordinariamente alta.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

The Legend of Kyrandia (1992)

En esta ocasión vamos a ver uno de los intentos de crear una aventura gráfica de éxito, fuera del binomio formado por Lucas Arts y Sierra Online. Sin llegar al nivel de los títulos de esas compañías, Westwood Studios lanzaría The Legend of Kyrandia, un juego diseñado por Michael Legg, Rick Parks y Paul S. Mudra, que conseguiría el suficiente éxito para que se terminara completando una trilogía (de hecho, posteriormente, al juego se le pondría el título de Book One en referencia a dicha trilogía).

The Legend of Kyrandia sería publicado para Commodore Amiga, FM Towns, Macintosh, PC y NEC PC-9801, lanzándose los dos títulos restantes de la trilogía en 1994 y 1995 respectivamente.

El juego nos presenta la isla de Kyrandia, donde el rey William y la reina Catherine han sido asesinados por el malvado Malcom. Kallak, consejero del rey, ha conseguido esconder a Brandon, el príncipe para que no corra la misma suerte, haciéndole creer que es su nieto. Malcom se ha hecho con el poder, gracias al uso de la «Kyrogema» y empieza un reinado de destrucción, encontrando a Kallak y convirtiéndolo en piedra. Brandon descubre cuál es su pasado y se pone en marcha para recuperar la «Kyrogema» y acabar con Malcom.

En la aventura tendremos que ir recolectando una serie de elementos para conseguir montar un poderoso artefacto mágico con el que luchar contra Malcom. A priori, el manejo del juego es similar a otras aventuras gráficas, usando el típico sistema de «point and click». Pero existían algunas diferencias, la principal la falta de una serie de acciones a realizar, existiendo una «acción única» para realizar todas las actividades. Como suele ser habitual en este tipo de juegos, el avance en la aventura se basa en el uso de objetos de inventario pero, como novedad, el juego nos permite también dejar un objeto una vez obtenido, una acción esencial para solucionar algunos de los puzzles.

En el apartado técnico lo más destacados son los gráficos, creados por un enorme equipo de artistas formado por Rick Parks, Ren Olsen, Louise Sandoval, Joseph B. Hewitt IV, Judith Peterson, Aaron E. Powell, Elie Arabian y Eric Shults. Nos encontramos con una perfecta ambientación del mundo fantástico de Kyrandia, con muchas influencias «tolkenianas», de hecho, sus gráficos pueden recordar a Simon the Sorcerer o King’s Quest. Esta destacada ambientación se completa con la partitura de Frank Klepacki, un fijo en las producciones de Westwood Studios y uno de los compositores más destacados en el mundo de los videojuegos.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Chase H.Q. (1988)

Chase H.Q. es un videojuego desarrollado y publicado por Taito en 1988, que aúna los géneros de las carreras y el arcade de acción. El proyecto se encontraba liderado por Hiroguki Sakou, que ya había participado en otro título similar conocido como Full Throttle (no confundir con la aventura gráfica de Lucas Arts de la década de los 90).

Chase H.Q. aprovecha el tirón que tenía la serie Miami Vice por aquella época y nos pone en el papel de un policía de Miami, especializado en la persecución en coche. Antes de cada nivel seremos informados del criminal que buscamos, al que tendremos que encontrar y abatir antes de que se acabe el límite de tiempo de 60 segundos.

El juego consta de cinco niveles, correspondiente a cinco criminales que tendremos que capturar, por lo que la duración del juego es realmente corte, ya que realizar las cinco capturas no lleva más de diez minutos. Sin embargo, la alta dificultad del título provocaba que no fuese nada sencillo conseguir todas las capturas con un único crédito.

Al comienzo de cada nivel, empezaremos con un juego de conducción típico en el que tendremos que evitar colisionar con otros vehículos o salirnos de los limites de la carretera, lo que nos haría reducir bruscamente nuestra velocidad y las posibilidades de capturar al villano. En pantalla tendremos un mapa esquemático en el que podremos ver a que distancia se encuentra nuestro enemigo y, además, tendremos indicaciones de las curvas más peligrosas del recorrido.

Si conseguimos alcanzar al vehículo rival antes de agotar el límite de tiempo, dicho límite volverá a aumentar y tendremos que empezar a colisionar con éste, hasta conseguir que su coche se estropee y se pare, lo cual vendrá indicado por una barra de energía creciente. Si conseguimos destruir su vehículo antes del límite de tiempo, el coche del criminal se detendrá y se procederá a su detención.

Los gráficos de Chase H.Q. beben principalmente de títulos clásicos como Out Run, contando con la misma perspectiva y dando especial relevancia a la sensación de velocidad, no obstante, cuenta con las mejoras propias de ser un videojuego desarrollado dos años más tarde. Del apartado sonoro destaca la banda sonora, compuesta por Takami Asano, autor actualmente conocido por su participación en diversos juegos de Nintendo DS.

Debido a la buena acogida por parte del público, a lo largo de los siguientes años se hicieron conversiones para Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, Commodore 64, Game Boy, Game Boy Color, Game Gear, MSX, Master System, Mega Drive, Super Nintendo, Famicom, TurboGrafx-16 y ZX Spectrum. Más reciente es el lanzamiento para la Virtual Console de Wii.

En 1989 aparecería la primera secuela del juego bajo el título de Special Criminal Investigation, con un concepto similar en el que se incluía el uso de armas pero, a pesar de las mejoras, no tuvo buena acogida. En 1992 aparecería Super Chase: Criminal Termination, que presentaba una vista en primera persona. En 1997, cuando Taito lanzó Ray Tracers, afirmó que el juego se encontraba inspirado por Chase H.Q.. Sin embargo, la secuela «oficial», no llegaría hasta 2006 cuando se lanzara Chase H.Q. 2.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Jabato (1989)

El conocidísimo autor de El Capitán Trueno, Víctor Mora, a partir de 1958 realizó bajo el sello de Bruguera otra serie de aventuras bajo el pseudónimo de R. Martín y acompañado por Francisco Darnís al dibujo. Se trataba de El Jabato, que contaba la historia de un campesino en la época del Imperio Romano, el cual es obligado a ser gladiador. Conseguiría escapar y junto a su inseparable amigo Taurus recorrerían el mundo como justicieros.

Aventuras AD, compañía perteneciente a Dinamic especializada en aventuras conversacionales, llevaría al personaje al mundo de los videojuegos en 1989 con el lanzamiento de Jabato (en algunas ediciones bajo el título Jabato vs. Imperio: Libertad) para ZX Spectrum, Amstrad CPC, Commodore 64, MSX, Atari ST, Commodore Amiga y PC.

El argumento del videojuego nos cuenta como la novia de Jabato, Claudia, es secuestrada por la secta Kepher por lo que Jabato junto a sus inseparables compañeros Taurus y Fideo se deben poner manos a la obra para liberarla. La aventura nos llevará a recorrer diversos lugares como Roma, la Galia o Hispania, conociendo a todo tipo de personajes.

El videojuego implementaba lo que sus autores denominaba personajes pseudointeligentes, es decir, manejaremos a Jabato, pero Fideo y Taurus tendrán una importancia protagonista interactuando con nosotros y entre ellos. Aunque esto suene normal hoy día, dentro de las aventuras conversacionales resultó toda una novedad. Por otro lado, los personajes secundarios no se encontraban fijos como era habitual en el género, sino que realizarán movimientos independientes, pudiéndolos encontrar en distintos emplazamientos.

Por lo demás, el sistema de juego es el habitual de las aventuras conversacionales. Tras una parrafada de texto describiéndonos la escena (en ocasiones apoyada por una representación gráfica), tendremos que describir las acciones a realizar escribiendo diversos verbos en infinitivo y combinándolos con objetos y personajes. El vocabulario implementado cuenta con 300 palabras, aparte de abreviaturas para un juego más dinámico.

Como es habitual en este tipo de juegos, el aspecto técnico es secundario. Sin embargo, en el caso de Jabato se puso especial cuidado en el diseño de las ilustraciones descriptivas. Destacan especialmente los gráficos de Amiga, con una calidad artística muy superior a lo que normalmente se ve en una aventura conversacional.

En este vídeo podéis ver la versión de PC:

Bomb Jack (1984)

Bomb Jack es un videojuego de plataformas que fue desarrollado y distribuido por Tehkan (denominación inicial de Tecmo) en 1984. Originalmente su lanzamiento sería para máquinas recreativas, siendo producido posteriormente para Commodore Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, Commodore 64, Commodore 16, Game Boy, NEC PC-8801, SG-1000 y ZX Spectrum.

En una época en la que los videojuegos de plataformas eran lo más destacado de los salones recreativos, Bomb Jack consiguió destacar gracias a ser el primer título que permitía al personaje protagonista volar por todo el escenario.

Algún villano quiere hacer desaparecer los lugares más emblemáticos del planeta, por lo que ha ido colocando bombas en emplazamientos como Egipto, Atenas o Miami. De esta manera, nuestro héroe protagonista tendrá como objetivo principal ir recogiendo todas las bombas que aparecen en cada fase antes de que acaben con estos lugares.

Bomb Jack está compuesto por cinco niveles básicos que se van repitiendo contínuamente incrementando la dificultad. Cada nivel tiene una disposición distinta de plataformas, enemigos y bombas, por lo que el reto va aumentando según seguimos sobreviviendo en el juego.

Nuestro protagonista puede desactivar las bombas con solo tocarlas. Aunque podremos hacerlo en cualquier orden, existe una forma de conseguir una mayor puntuación. En cada nivel aparecen 24 bombas apagadas, al coger una se encenderá una de las que queden. Cogiendo la que está encendida se encenderá otra y así sucesivamente. El nivel lo terminaremos con el máximo de puntuación si recogemos las 23 bombas encendidas.

En todo momento, la pantalla se encontrará repleta de enemigos, cada uno con sus distintos patrones de ataque, que no dudarán en abatirnos para evitar llegar con éxito al final de la misión. Por suerte contamos con una serie de items para ayudarnos a terminar con éxito cada nivel: la letra «B» irá incrementando el multiplicador de puntos; la letra «P» convierte a todos los enemigos en monedas; la letra «E» nos proporciona una vida extra; la letra «S» nos da un crédito más de partidas.

Aparte de la novedad que suponía el poder mover a nuestro protagonista por cualquier punto de la pantalla, Bomb Jack destacó por el gran alarde técnico que tenía a sus espaldas. A la complejidad de la implementación de su sistema de juego, hay que unir un buen trabajo en el diseño de los escenarios, llenos de colorido, y a la realización de las animaciones, que son resueltas con fluidez a pesar de la cantidad de «sprites» en la pantalla. A esto añadimos un catálogo de melodías que cambia en cada nivel (incluyendo temas de The Beatles o Jean-Michel Jarre) y con distintos eventos como el fin de fase o la consecución de récords.

Con la buena acogida de Bomb Jack en todas sus plataformas, pronto empezaría a crecer la saga. En 1986 aparecería una secuela exclusiva para Commodore 64, Amstrad CPC y ZX Spectrum bajo el título de Bomb Jack II. Paralelamente, la serie arcade continuaría ese mismo año con Mighty Bomb Jack. Por último, en 1993, NMK publicaría para máquinas recreativas Bomb Jack Twins.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego: