El lanzamiento en 1989 del exitoso SimCity provocaría que diversas compañías probaran suerte con un videojuego de estrategia basado en la gestiónb y construcción de una ciudad. Uno de los casos más destacables es el videojuego que hoy vemos, Caesar, del que se dijo en su momento que no era más que un clon del título de Maxis, pero ambientado en la época del Imperio Romano. Si bien tiene muchos elementos comunes, lo cierto es que Caesar tenía ciertos aspectos que lo diferenciaban y constituirían la primera piedra de una de las sagas de estrategia de más éxito. Caesar fue desarrollado por Impressions Games, una compañía especializada en el género, y distiribuido por Sierra Entertainment, siendo David Lester el diseñador principal del producto.
En Caesar tomamos el papel de un gobernador del Imperio de Roma, cuyo objetivo es ir gobernando de forma satisfactorias las diferentes provincias del Imperio hasta llegar a convertirse en César. Tendremos que conseguir construir ciudades prósperas que aumenten nuestro prestigio. Además tendremos que procurar un potente ejército que nos permita repeler los ataques de los bárbaros y explorar los alrededores de las ciudades en busca de recursos. Inicialmente podremos definir la dificultad del juego, basada en gran medida en la cantidad de dinero con la que comencemos.
La construcción de la ciudad ha de basarse en el foro, que será el centro neurálgico de nuestra urbe. Alrededor de él tendremos que ir colocando los distintos edificios, que deberán estar bien comunicados por vías que comuniquen las distintas áreas y agua corriente. Pero no solo necesitaremos construir casa para nuestros ciudadanos, sino que también tendremos que construir edificios que les proporcionen servicicios sanitarios, recursos alimenticios, industrias y entretenimiento. Además tendremos que construir diversas estructuras militares qeu permitirán ir formando nuestro ejército.
Caesar pone mucha atención a la microgestión, así que tendremos que maejar un sistema de impuestos lo suficientemente equilibrado para que llene nuestras arcas sin ahogar demasiado a los ciudadanos. Ese dinero nos permitirá reforzar nuestro ejército, realizar nuevas construcciones y poder sufragar los impuestos exigidos desde las más altas esferas del Imperio. Además, tendremos que contratar diversos prefectos que se encarguen de la seguridad ciudadana en nuestra ciudad. Si conseguimos realizar una buena gestión, se nos promocionará a una provincia más importante.
Gráficamente nos encontramos con un aspecto similar a SimCity, pero destacando las escenas intermedias, con unos gráficos llenos de colorido que representan la vida del Imperio. El aspecto sonoro era algo escueto, con una música un tanto repetitiva y unos efectos sonoros algo escasos. Aún así son aspectos poco importantes en un videojuego de estas características y tras su éxito inicial para Amiga, en un año aparecerían las correspondientes versiones para PC y MacIntosh, iniciando una conocida saga. La segunda entrega llegaría en 1995, trayendo una importante mejora gráfica con una perspectiva isométrica. Caesar III llegaría en 1998 y ocho años más tarde Caesar IV.
En este vídeo podeis ver como era el juego: