Tras el éxito mundial durante años de la NES, Nintendo se dió cuenta de que su consola se estaba quedando obsoleta con el lanzamiento de consolas de cuarta generación como la Sega Mega Drive o la Turbografx. Probablemente, su posición de liderazgo le hizo dormirse en los laureles, pero este retraso a la larga sería positivo, ya que así sabía a priori con que tecnología competía, desarrollando una de las máquinas más potentes de aquella generación. Nintendo conceptuó la videoconsola como una evolución natural de la NES hacia los 16 bits, por lo que nos encontramos con una política muy similar respecto al catálogo de videojuegos, pero con un importante salto de calidad técnico. Quedaría aún más patente la evolución al denominarla Super Famicom en Japón y Super Nintendo (SNES) en el resto del mundo.
El lanzamiento oficial en Japón sería el 21 de Noviembre de 1990, llegando a EEUU el 13 de Agosto de 1991 y a Europa el 11 de Abril de 1992. Aunque terminaría siendo la consola de 16 bits más vendida con 49 millones de unidades, lo cierto es que su venta inicial fue titubeante. La Mega Drive se encontraba muy asentada en el mercado y llevaba años de ventaja. Debido a esto, Nintendo se puso manos a la obra y empezó a realizar una excelente campaña de marketing para promocionar el producto y sus videojuegos propios (Super Mario World, Super Mario Kart, etc…), así como acuerdos con otras compañías como Rare o Squaresoft, lo que le permitió tener un catálogo exquisito con juegos como Secret of Mana, Final Fantasy V, Illusion of Time, F-Zero, Donkey Kong Country, Super Metroid, The Legend of Zelda: A Link to the Past, Sonic Blastman, Sim City o Street Fighter II.
El hardware de la Super Nintendo era muy peculiar ya que, a pesar de contar con un procesador bastante pobre (WDC W65C816 a 16 bits, hata 3 Mhz y 128 KB de RAM), el uso de chips de apoyo propios terminaría colocando a la consola al frente del mercado. Para el sonido contaba con un procesador de Sony de 8 bits a 4.1 Mhz, un chip principal de 8 canales y uno secundario de 3 canales, dando un audio excelente. Pero el apartado donde destacaba especialmente era en los gráficos, con una paleta de 32.768 colores y una resolución de hasta 512×448, le daba una excelente posición frente a sus rivales. Cabe destacar el conocido Modo 7 que permitía emular una sensación de tridimensionalidad que, aunque hoy en día se ve obsoleto y cutre, fue alabado por crítica y público en su momento.
Por otro lado, la SNES también destacó en una de las premisas fundamentales de Nintendo: los accesorios. Uno de los accesorios más populares fue el Super Game Boy, que permitía usar los videojuegos de la Game Boy, dotándoles de colorido (por aquella época aún no estaba la Game Boy Color). A las pistolas de luz se les dió una vuelta de tuerca lanzando el Super Scope que tenía una apariencia similar a un bazooka, lo que lo hacía un complemento espectacular. También cabe destacar el ratón, que se lanzó para su uso exclusivo con Mario Paint, un programa de dibujo.
En este vídeo podeis ver algunos de los videojuegos más emblemáticos de la videoconsola: