Blue Force fue la tercera aventura gráfica lanzada por Tsunami Games tras Ringworld y Protostar. Con este título consiguió asomar un poco la cabeza entre los dos grandes de las aventuras gráficas por entonces: Sierra y Lucas Arts. De hecho fue diseñado por un antiguo miembro de la primera, Jim Walls, que fue el responsable de Police Quest. De esta manera heredaba el concepto de mezclar dentro de la historia procedimientos habituales de la policía real, además de estar inspirado en los motores gráficos SCI. Aún así Walls instauró una serie de novedades en la interfaz que lo distancia de anteriores títulos con su firma.
El protagonista es Jake Ryan un policía novato que acaba de ingresar en el cuerpo siguiendo los pasos de su padre. Once años antes sus padres fueron brutalmente asesinados mientras él estaba escondido en un armario. El caso quedaría sin resolver y mientras Jake está siendo formado en el Departamento de Policía de Jackson Beach, irá descubriendo poco a poco, a raíz de un robo de armas, como es posible que vaya llegando a la verdad sobre la muerte de sus padres.
Blue Force plantea dos aspectos diferenciados que se fusionan perfectamente. Por un lado, siguiendo la estela de Police Quest, fue uno de los primeros intentos de simulación de vida real. De esta manera tendríamos que ir haciendo operaciones habituales de los cuerpos de policía. Así tendremos que hacer desde operaciones para arrestar un sospechoso y tramitar su ingreso en los calabazos, hasta cosas tan simples como tener bien limpio nuestro revólver (teniendo cuidado de tener el seguro puesto).
Por otro lado teníamos el argumento propiamente dicho, que nos trae una típica investigación policíaca al más puro estilo de Hollywood. Esto no quita que sigamos teniendo nuestra parte de simulador, de hecho la resolución de los puzzles fuera más «real» que en otras aventuras. Por ejemplo, si entramos en un almacen enemigo a escondidas, tendremos que asegurarnos de, al irnos, haberlo dejado todo exáctamente como nos lo encontramos para no ser descubiertos.
Técnicamente contaba con un aspecto gráfico destacable. Tanto el diseño de personajes como el de los escenarios contaba con un corte realista. Destacaban las escenas cinemáticas en las que se digitalizaron personajes reales. De igual manera, cuando se producían diálogos entre personajes, podríamos ver sobre el texto la imagen digitalizada del personaje correspondiente. El apartado sonoro era más discreto, unas melodías MIDI que no destacaban especialmente y unos efectos sonoros también basados en MIDI que, teniendo en cuenta la calidad de las tarjetas de sonido de entonces, restaban realismo a un juego en el que se había puesto mucho empeño en ese campo.
Blue Force contó con un seguimiento discreto. La crítica no fue muy benévolo con él, zafandose con Walls al no aportar nada especialmente nuevo respecto a la saga Police Quest. El seguimiento del público casi se basó en antiguos fans de la saga de Sierra que se lo tomaron como otra entrega. El videojuego tuvo un nuevo resurgir entre el público cuando acompañó a diversas revistas del sector como Computer Gaming World. Áún así representó una alternativa interesante a las aventuras «de toda la vida» que nos ofrecía Lucas Arts.
En este vídeo podeis ver como era el juego: