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SkyRoads (1993)

Hoy en día son muchos los ejemplos dentro de los videojuegos (sobre todo en el éxito de los servicios de descarga de las consolas) en los que se ve que primar la jugabilidad y la diversión, en vez de la espectacularidad técnica, da unos resultados excepcionales de acogida por parte del público. Pero esto no es nuevo, ya que a principios de los 90 con el momento álgido del sistema shareware, fueron muchos los títulos de apariencia sencilla pero que terminarían siendo muy queridos por los jugadores. Un buen ejemplo de este suceso lo encontramos con SkyRoads, un videojuego de velocidad espacial que, a pesar de su apariencia tosca, tuvo muy buena acogida entre los usuarios de ordenadores personales. El título sería desarrollado por Bluemoon Interactive y contaría con distribución de Creative Dimensions, en exclusiva para PC bajo el sistema shareware.

Nos pondremos a los mandos de una nave espacial, pero con unas características especiales, ya que, al contrario de lo que podamos pensar, nuestro vehículo no vuela, sino que se desplaza por las distintas plataformas y tendrá la capacidad de impulsarse de un salto para poder evitar los distintos obstáculos. Este sencillo planteamiento nos da un sencillo control, que se limita a las flechas direccionales y la barra espaciadora para realizar el salto, lo que ayuda a una experiencia de juego realmente dinámica, donde nuestra habilidad y rapidez de reflejos será esencial para pasar los distintos niveles que nos propone SkyRoads.

El juego completo consta de 10 áreas, con un total de 30 pistas. Cada una de ellas tendrá su diseño propio y algunos tramos podrán ser especiales, según el color de la plataforma: Gris Oscuro, no podremos mover hacia los lados nuestra nave; Verde Oscuro, nuestra nave se desacelerará; Verde Claro, nuestra nave se acelerará rápidamente; Rojo Claro, nuestro vehículo explotará en contacto con este tipo de plataforma; Azul, se rellenarán nuestros depósitos de combustible y oxígeno. Evidentemente, nuestro objetivo será llegar al túnel de meta sin estrellarnos ni caernos al vacío, para lo cual no solo tendremos que tener en cuenta los obstáculos y nuestro combustible, sino también las características gravitatorias de cada uno de los niveles, que influirá sensiblemente en la capacidad de salto.

El videojuego se nos presenta en un entorno tridimensional, con las pistas sobre un fondo espacial. Las distintas plataformas cuentan con un diseño sencillo, basado en lo laberíntico de su morfología, pero con unos tramados funcionales (lo que, por otra parte, favorece la velocidad del juego independientemente de la máquina en la que se ejecutara). En la parte sonora, destaca la música, de corte minimalista y que encaja perfectamente en la acción del juego, impulsándonos a ir cada vez más rápido.

El título tuvo una gran acogida, por lo que en 1994 se editaría SkyRoads XMas Special, con un sistema de juego idéntico, pero con nuevos niveles de una dificultad mayor y una ligera ambientación navideña en el diseño de las pistas. Actualmente, tanto la versión shareware como la versión completa, están disponibles para descarga gratuita en el siguiente enlace.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Power Drift (1988)

Tras el éxito obtenido con Hang-On y Out Run, SEGA seguiría la misma estela lanzando en 1988 Power Drift, un título que, aunque no fue tan exitoso como los dos primeros, si tuvo una buena aceptación por parte del público, en un nuevo ejemplo de como hacer un título arcade de carreras. De nuevo, se contaría con Yu Suzuki en el rol de productor, lo que siempre sería una garantía de calidad, capitaneando al equipo de trabajo SEGA AM2, responsable de los principales éxitos arcade de la compañía japonesa.

Tanto es así, que el título terminaría siendo lanzado para distintos dispositivo doméstico durante más de diez años: ZX Spectrum, Amstrad CPC, Commodore 64, MSXAmiga, Atari ST, MS-DOS, Turbografx, SEGA Saturn y Dreamcast.

Power Drift nos presenta a doce pilotos distintos que disputan carreras sobre cinco rutas distintas, que a su vez se dividen en cinco etapas. El objetivo es ir llegando en puestos de podio en las diferentes carreras o tendremos que continuar introduciendo más monedas. Cada una de las rutas ronda en un tipo de recorrido diferente (desierto, ciudad, etc…). En esta ocasión, los vehículos utilizados son tipo «boogie» y los recorridos destacan por la gran cantidad de badenes y saltos que tiene, por lo que nuestro coche estará permanentemente saltando, dando una sensación de juego más trepidante que otros títulos del género.

Precisamente en esos «saltos», se basaba una de las peculiaridades de la máquina, ya que el asiento tenía un dispositivo hidráulico que ayudaba a aumentar la sensación de salto. Por lo demás, el apartado técnico es similar a los títulos anteriormente indicados, con un escalado de sprites para simular la tridimensionalidad, aunque con una calidad gráfica superior al ser lanzado dos años más tarde. En lo que se refiere a la banda sonora, nos encontramos con temas de Hiroshi Miyauchi (no confundir con el actor del mismo nombre), liderando a la S.S.T Band, que se encargaba de las bandas sonoras de SEGA de la época.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Rock’n Roller (1988)

Hoy revisamos un título de Topo Soft que, si bien no es de los más populares que lanzó la compañía española, si es uno de los más entretenidos y del que los fans de la desarrolladora tienen un mejor recuerdo. Se trata de Rock’n Roller que nos presenta, pese a su título, uno de los videojuegos de coches más enloquecidos y divertidos del mundo de los 8 bits. Aún así, tenemos que decir que su originalidad es relativa ya que bebe mucho de Rally-X de Namco, por lo que podemos considerar a Rock’n Roller como una versión mejorada de éste. El título fue desarrollado por Rafael Gómez (responsable de Mad Mix Game, lo que se hace muy patente en el diseño del juego), mientras que los gráficos fueron realizados por Roberto Potenciano y la banda sonora estuvo a cargo de Gominolas. Erbe distribuyó el juego para ZX Spectrum, Amstrad CPC, MSX y PC.

Nuestra misión será la de ir con nuestro vehículo buscando las piezas de distintos prototipos de coches, a lo largo de 30 circuitos cerrados. Dichas piezas se encuentran escondidas en signos de interrogación que nos encontraremos por el camino, pero dichos signos de interrogación no sólo contendrán las piezas, sino que pueden tener ayudas como puede ser el caso de una nueva reserva de gasolina o buenos sustos haciendo aparecer un coche enemigo dispuesto a destruirnos

Sin embargo, las peculiaridades de Rock’n Roller se encuentran con las distintas trampas que nos presenta el circuito. Por un lado, tendremos que evitar chocar con los laterales del circuito, ya que disminuirá la resistencia del coche, así como evitar la colisión con otros vehículos. También nos encontraremos rampas para saltar zonas donde la carretera no esta terminada; semáforos que, si nos los saltamos, harán aparecer un trailer que nos arrolle; rampas que pondrán nuestro coche a dos ruedas para pasar por zonas donde el asfalto se estrecha en exceso; helicópteros que nos perseguirán sin descanso hasta destruirnos con un misil… En resumidas cuentas, una gran cantidad de situaciones diferentes que hacen de una partida con Rock’n Roller una experiencia realmente divertida.

El juego nos presenta una vista cenital de los circuitos que se amolda muy bien al sistema de juego (sobre todo teniendo en cuenta que era más un tema de habilidad y no había que realizar carreras). El diseño de los distintos elementos es sencillo pero funcional, de tal manera que las diferencias entre las distintas versiones no van mucho más allá de la variedad de la paleta de colores de cada máquina. De hecho, destaca más la originalidad a la hora de diseñar treinta circuitos, más que en la calidad de los gráficos de los mismos. Quizá la única pega que se le podría poner al título a nivel técnico es el control, que su lenta respuesta hace más difícil aún a un título que es prácticamente imposible de terminar.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Thrash Rally (1991)

Thrash Rally es un juego de carreras de Rallies desarrollado por Alpha Densi (conocidos por ser los responsables de la saga World Heroes y de Magician Lord) y distribuido por SNK para máquinas recreativas NeoGeo en Diciembre de 1991y para NeoGeo CD en Octubre de 1994.

Nos encontramos con un videojuego de rallies que nos presenta una vista cenital, formato no novedoso pero que tendría su momento álgido a principios de los 90 y que tendría en World Rally Championship su máximo exponente. Thrash Rally cuenta con dos tipos de competiciones distintas: El Campeonato del Mundo de Rallies y el París-Dakar.

El sistema de juego es muy similar en ambas competiciones, aunque varían en su organización. En el Mundial de Rallies escogeremos entre 6 coches distintos y competiremos en cinco rallies que estarán divididos en un número variante de etapas, teniendo el sistema de clasificación por puntos. El tipo de carrera es contrarreloj, de tal manera que tendremos un tiempo límite para acabar el rally, con los típicos «checkpoints», representados por cada una de las etapas.

En el caso del París-Dakar nos encontramos con una única carrera dividida en seis etapas. Aunque pudiera parecer un modo más corto, no es así, ya que nos encontramos con unas etapas más largas y tres tipos de vehículos más para escoger: motocicleta, camión y buggy. Los vehículos hacen clara referencia a vehículos reales (Lancia Delta, Mitshubishi Pajero, Toyota Celica, Nissan Skyline, Citröen ZX y Porsche 911), aunque por tema de derechos se modificaron ligeramente los nombres, una práctica muy habitual por aquella época para abaratar costes.

La naturaleza arcade del título (y por regla general de los juegos de SNK), simplifican el control a aceleración y frenado, aparte del control de la dirección del vehículo con el joystick. Aún así tendremos que controlar los distintos terrenos sobre los que estemos y los grados de cada curva, para evitar equivocarnos con el derrape y terminar estampados contra un muro. Por otro lado, tendremos que evitar a los vehículos reales, que no responden a un patrón fijo preestablecidos, por lo que tendremos partidas distintas cada vez.

A nivel técnico destaca lo colorido de sus gráficos, con escenarios representando claramente las distintas zonas por donde transcurre la carrera. Los coches, a pesar de la vista cenital y lo pequeño de su tamaño, son fácilmente reconocibles. Por otro lado, la rapidez de movimientos y animaciones, hace de Thrash Rally uno de los videojuegos de rallies más trepidantes que podemos destacar de aquella época. Como suele ser habitual en los juegos de NeoGeo, el apartado sonoro esta muy bien cuidado tanto a nivel de música como en la variedad en los efectos sonoros propios de la carrera.

En este vídeo podéis ver como es el juego:

Excitebike (1984)

En esta ocasión vamos a recordar uno de los videojuegos que supondría uno de los mayores éxitos de la recién estrenada NES en Japón (donde tenía el nombre de Famicom). Se trata de Excitebike, un título que pretendía llevar la emoción del motocross a la 8 bits de Nintendo. Excitebike sería lanzado por la propia Nintendo en Noviembre de 1984. Tras el lanzamiento para NES, Hudson Soft desarrollaría su propia versión para Sharp X1 y NEC PC-8801. También aparecería en los salones recreativos, bajo el título de VS. Excitebike, dentro de la serie de títulos de NES adaptados al arcade. Actualmente, también está disponible el juego en el servicio Virtual Console de Nintendo Wii.

Para jugar a Excitebike podremos elegir entre tres modos distintos. En el modo A, correremos solos en la pista y nuestro único enemigo será el tiempo. En el modo B, aparte de tener al reloj en nuestra contra, habrá otros motoristas en carrera que no dudarán en impedirnos llegar a la meta en el tiempo establecido. Por último, tenemos el Design Mode, donde se puede modelar un circuito a medida eligiendo los saltos y obstáculos pero, por desgracia, esto solo tenía sentido en el caso de poseer el Famicom Data Recorder que permitía grabar los circuitos en cassette y que sólo fue lanzado en Japón.

De inicio, el objetivo principal del juego es clasificarnos para el campeonato final de Excitebike, para lo que tendremos que ir obteniendo una clasificación mínima de tercero en las eliminatoria previa, pasando a disputar la misma pista pero en modo Excitebike. De esta manera, el juego nos irá mostrando el tiempo a batir, aunque si dominamos el juego y queremos aumentar la puntuación, podremos intentar batir el récord absoluto.

El control resulta verdaderamente simple, pero requiere de un gran dominio para poder tener resultados óptimos. La dirección de nuestra moto será definida por el eje de abscisas de la cruceta (moviendo el vehículo de arriba a abajo). Para la aceleración tendremos dos opciones, una aceleración normal con el botón A y una mejorada con el botón B, pero que sobrecalienta la moto (¿se os ha venido el KERS a la cabeza?). En el caso de que nos pasemos de la temperatura límite, nuestra moto se detendrá durante un cierto tiempo y tendremos que esperar a que se enfríe, aunque se enfriará directamente si pasamos sobre una flecha.

Teniendo en cuenta de las fechas de las que hablamos, lo que sorprendió gratamente del videojuego fue la tremenda velocidad del mismo, haciéndolo un juego realmente entretenido. Sin embargo, eso no quita que los gráficos del título sean de bastante mérito, reflejando el ambiente de una pista de motocross. A nivel sonoro nos encontramos con las limitaciones hardware de la época, pero cuenta con una buena combinación del sonido del motor (que, sorprendentemente, no resulta muy molesto) y los efectos sonoros típicos de los videojuegos de plataformas al realizar los saltos.

En poco tiempo se convertiría en uno de los videojuegos más carismáticos de la NES (sobre todo teniendo en cuenta la carencia de títulos del género), por lo que Nintendo iniciaría una saga. De manera exclusiva en Japón mediante el sistema online de Satellaview, se lanzaría una versión bajo el título de Excitebike: Bun Bun Mario Battle Stadium, en el que los pilotos son sustituidos por los personajes de Super Mario Bros.. Aún así, la saga no sería retomada realmente hasta la llegada de Nintendo 64 con Excitebike 64 en 2000, siendo totalmente explotada en Wii en los años siguientes con Excitebike: World Rally, Excite Truck y Excitebots: Trick Racing.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Wacky Wheels (1994)

Uno de los videojuegos más divertidos en el subgénero de las carreras arcade es sin duda Super Mario Kart, lanzado para Super Nintendo en 1992. Su principal problema era la exclusividad del mismo para la consola de Nintendo, dejando fuera de su disfrute a un buen número de jugadores. Es por esto que desde el programador Andy Edwardson y el grafista Shaun Gadalla (Beavis Soft) idearon el lanzamiento de un videojuego de similares características pero para PC. Su producto fue ofrecido inicialmente a la distribuidora Copysoft, la cual lo rechazaría y el proyecto recalaría en Apogee. Sin embargo, Copysoft lanzaría un juego simular bajo el título de Skunny Karts, lo que provocaría que Edwarson y Gandalla acusaran a Copysoft de plagio, aunque nunca se llegarían a llevar a cabo acciones legales.

wacky-wheels-screenshot-01Evidentemente no se podía hacer uso de Mario y compañía como pilotos, así que el equipo de desarrollo se encargaría de crear una nueva terna de personajes para el videojuego. De esta manera, tendremos ocho animales de un zoo dispuestos a competir montados en sus karts (aunque en el juego son denominados como máquinas cortacesped).

wacky-wheels-screenshot-04Wacky Wheels fue distribuido por
shareware, por lo que en una primera versión no están disponibles todos los circuitos y pilotos, siendo desbloqueados al realizar la compra del título completo. Nos encontraremos con una multitud de modos de juego. Por un lado tendremos tres torneos de cinco circuitos cada uno y dos cilindradas distintas. Por otro lado tendremos competición Time Trial para mejorar nuestros tiempos en cada circuito y el Wacky Duck Shoot, muy similar al Battle Mode del título de Nintendo. Además, podremos participar en las distintas competiciones en modo de dos jugadores con la pantalla dividida.

wacky-wheels-screenshot-02El sistema de juego no se queda simplemente en ver quien queda primero en cada carrera por sus méritos de conducción, ya que podremos hacer uso de todo tipo de items para alcanzar el liderato de la carrera. Podremos utilizar erizos para lanzarlos contra otros vehículos, dejar manchas de aceite en la carretera, utilizar bolas de fuego, bombas, etc… Lo cierto es que se consiguió simular muy bien el dinámico sistema de Super Mario Kart, convirtiéndose en uno de los títulos más adictivos para PC dentro del género.

wacky-wheels-screenshot-03En el diseño de los gráficos se ve claramente la influencia del título para Super Nintendo, por lo que nos encontramos con enormes similitudes, tanto en el diseño de los personajes, como en el de los distintos circuitos. En el apartado sonoro puede que incluso mejore al original gracias a la calidad de los efectos de sonido. Para terminar, destacar la banda sonora que si bien no es ningún alarde compositivo, su carácter dinámico se acopla perfectamente a la acción del título.

En 2016 aparece un remake bajo el título de Wacky Wheels HD por parte de Ferocity 2D para la plataforma Steam.

En este vídeo podéis ver como es el juego:
Y en este otro el reciente remake:

Re-Volt (1999)

Tradicionalmente, los videojuegos de carreras pretenden simular a los bólidos más rápidos del mundo, que la mayoría de los usuarios nunca van a conducir de manera no virtual. Sin embargo, de vez en cuando tenemos propuestas más originales que han dado videojuegos de excelente facturas. Es el caso de Re-Volt, un videojuego que nos da el control de los típicos coches a radiocontrol que muchos hemos manejado en la infancia. Re-Volt sería publicado por Acclaim en 1999 para Play Station, Dreamcast, PC y Nintendo 64 (se llegó a desarrollar una versión para XBox que al final nunca vería la luz). El equipo de desarrollo estaría capitaneado por Paul Phippen y Simon Harrison.

Re-Volt nos presenta 28 vehículos distintos pertenecientes a tres categorías: eléctricos, de combustión interna y especiales. Dichos coches los manejaremos en catorce emplazamientos distintos de lo más variado, aunque muchos reconocibles por su cotidianidad. Tanto coches como circuitos no se encuentran disponibles en su totalidad al inicio y los iremos desbloqueando según vayamos consiguiendo logros en el juego. La curva de aprendizaje es uno de los principales pros de Re-Volt, ya que contaremos con cinco categorías de dificultad, y a su vez, los circuitos se categorizan en cuatro niveles, por lo que podremos configurar un reto aceptable para nuestra habilidad con los mandos en cada momento.

Pero las carreras no se limitan a correr y que gane el más rápido. Durante el recorrido podremos ir recogiendo diferentes items para usarlos como ayuda. De esta manera podremos poner manchas de aceite por medio del circuito para que otros coches patinen o utilizar baterías especiales para aumentar nuestra velocidad durante un corto periodo de tiempo. Para que estas ayudas no desequilibren de forma desproporcionada la competición, la «calidad» de estos objetos dependerá de nuestra posición en carrera, por lo que los mejores items irán a parar a los últimos clasificados. Por otro lado, si los retos que nos presenta el título no nos parecen suficientes, siempre podremos hacer uso del potente editor que incluye para crear nuestros propios circuitos.

Otro de los puntos a destacar en Re-Volt son sus funcionalidades multijugador. En la versión de PC, hasta doce competidores humanos pueden jugar simultáneamente en dos modos de juego. En Single Race disputaremos una carrera en uno de los circuitos, ya sean los prefijados como los exportados en el editor. En Battle Tag, habrá que encontrar una estrella que se encuentra escondida en algún lugar del escenario y conservarla durante un periodo de tiempo antes de que otro coche nos la robe colisionando con nosotros.

A nivel técnico nos encontramos con un juego muy cuidado. La ambientación de los circuitos está muy cuidada, con unos escenarios llenos de detalles y con un gran trabajo a la hora de realizar las proporciones respecto al coche, dotándole de un mayor realismo. Este nivel de detalle no impide que el juego se mueva con una gran fluidez y, en la versión de PC, permite hacer cambios de resolución para optimizar el rendimiento. A nivel de audio, nos encontramos con un sonido muy bien conseguido de los motores de los coches de radiocontrol y de los distintos elementos con los que nos vamos cruzando.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Y en éste, el editor:

Driver (1999)

Tras el éxito que obtuvo con Destruction Derby, la compañía británica Reflections Interactive volvería en 1999 a retomar el tema automovilístico con otro título que terminaría con gran éxito e iniciando una prolífica saga: Driver. El título fue publicado por GT Interactive para PlayStation, Game Boy Color, Mac y PC. Posteriormente, Gameloft haría su particular versión para terminales móviles y actualmente el juego se encuentra en el catálogo online de PlayStation Network.

El videojuego nos pone en la piel de Tanner, un detective de la policía de Nueva York que se caracteriza por una sorprendente habilidad a la hora de conducir vehículos automóviles. Su misión es la de intentar infiltrarse en una banda mafiosa, la cual le propone como prueba de entrada realizar un test de habilidades al volante. Una vez dentro, Tanner tendrá que ir realizando misiones para la banda en ciudades como Miami, San Francisco, Nueva York y Los Ángeles (además de Newcastle como contenido desbloqueable), con el fin de ascender en la jerarquía de la misma y poder desmantelarla desde dentro.

A la hora de practicar, tenemos a nuestra disposición diferentes modos: Practice; Carnage, causa el mayor daño posible; Dirt Track, competiciones contrarreloj; Pursuit, realizar una persecución; Survival, donde cuatro policías nos persiguen; y Drive About, un modo sin misión específica para hacernos con el manejo del coche. En el modo historia podemos decir que Driver tiene un sistema de juego similar a Grand Theft Auto, pero dándole una mayor relevancia a las escenas de conducción. De esta manera, tendremos que ir a distintos puntos de las ciudades a realizar la misión encomendada. Todo esto, aderezado con todo tipo de trucos y piruetas que podemos realizar con los vehículos.

Sin embargo, a nivel gráfico se parece más al estilo que traería un año más tarde el tercer título de la saga de Rockstar. Un entorno totalmente tridimensional, con una ciudad bien plagada de detalles y una cantidad de tráfico muy considerable. Además, el juego cuenta con un modo «El montaje del director», de tal manera que podremos repartir diversas cámaras por la ciudad para ver las repeticiones de nuestras mejoras acciones, en un claro homenaje a las películas policíacas de las décadas 60 y 70.

El título fue muy bien acogido por crítica y público, lo que provocaría el inicio de una larga saga que, sin embargo, se ha ido desinflando poco a poco. En 2000 se lanzaría Driver: The Wheelman is back y en 2004 Driv3r, un título bastante maltratado por la crítica. Se intentaría volver a levantar el vuelo en 2006 con Driver: Parallel Lines, el más violento de la saga en un intento de vuelta a los orígenes y, aunque mejoraría a la tercera entrega, no llegaría a funcionar. En 2007 aparecería una entrega para PSP bajo el título de Driver 76, ambientado en dicho año, pero que fue bastante criticado por su escasa duración y su guión desangelado.

En este vídeo podéis ver como es el juego:

Road Blasters (1987)

Road Blasters es un videojuego que se enmarca dentro del subgénero conocido como «Racing shoot’em up» que aúna las carreras de coches con la acción de disparar a enemigos. Road Blasters sería desarrollado y publicado por Atari en 1987 para máquinas recreativas. Su buena acogida provocaría el lanzamiento de versiones para Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, Commodore 64, Mega Drive, Atari Lynx, NES y ZX Spectrum, publicadas por US Gold. En el momento de lanzamiento se utilizó una técnica curiosa para promocionarlo, ya que si se conseguía terminar el juego, se podía enviar la puntuación a Atari, para conseguir de premio una camiseta.

El videojuego carece de un argumento en sí, más allá de notarse que se ambienta en un tiempo futuro. El objetivo del juego es terminar los 50 niveles de los que consta el juego sin que nuestro vehículo se quede sin combustible. Hay que señalar que el combustible es el único factor que determina la duración del juego, teniendo coches «infinitos» mientras no se termine (si bien la colisión del vehículo provoca una disminución sensible del contenido del tanque de combustible).

La cantidad de combustible aumentará según vayamos pasando por checkpoints o si recogemos power ups al efecto (verdes que encontraremos en el asfalto y rojos que nos aparecerán de vez en cuando al destruir enemigos). Aparte de las particularidades de las vías por donde circulemos, tendremos que tener buen cuidado de los otros vehículos que circulan por la carretera. Para ello tendremos a nuestra disposición de una metralleta (y armas más potentes que podemos conseguir por el camino) que podremos usar para destruirlos y hacer diversas combinaciones de puntuación que, al finalizar cada nivel, se canjeará por combustible extra.

A nivel técnico nos encontramos con un trabajo correcto. Gráficamente tenemos unos modelados y escenarios algo simples para potenciar el dinamismo del juego, lo cual se agradece ya que nos encontramos ante un juego de velocidad trepidante. La banda sonora no destaca especialmente, si bien su ritmo rápido colabora en la sensación de dinamismo del conjunto. Para el control se utilizaron cabinas con volante y pedales, tanto en el formato tradicional vertical como en máquinas de asiento simulando el vehículo.

En este vídeo podéis ver como es el juego:

Power Drive (1994)

Antes que nada, hay que aclarar que este videojuego no tiene ninguna relación con el título homónimo que lanzara Bally Midway en 1987, basado en los Monster Trucks. El Power Drive que hoy revisamos es un juego de rallies lanzado en 1994 para PC, Atari Jaguar, Commodore Amiga y Mega Drive, desarrollado por Rage Software y distribuido por US Gold. El juego mantenía el sistema de juego y la perspectiva de otros títulos de rallies como Death Rally o World Rally Championship, pero se le dio un estilo mucho más caricaturesco, de tal manera que a primera vista parecía un juego de Micro Machines. Sin embargo, a pesar de una primera impresión tosca, terminaría siendo uno de los videojuegos más completos y divertidos del género.

Power Drive utiliza la típica estructura de juego de empezar con una cantidad limitada de dinero que solo nos permite hacernos con un coche de gama baja (un Mini Cooper o un Fiat Cinquecento en este caso) y, según vayamos consiguiendo campeonatos y premios en metálico, podremos ir adquiriendo vehículos de mayor potencia. En este sentido cabe destacar que el extenso catálogo de automóviles que ofrece Power Drive están basados en vehículos reales, lo que era un gran punto positivo para el juego.

Los distintos campeonatos se desarrollan en múltiples localizaciones de todo el mundo, teniendo una cantidad total de circuitos bastante impresionante. La variedad de las características de dichos circuitos también es digna de destacar, con trazado sobre tierra, asfalto, nieve, de noche… Los campeonatos se dividen en distintas etapas con tres tipos de pruebas: contrarreloj (que nos servirá de calificación para el resto de torneo), carrera contra un oponente(con un número variable de vueltas) y habilidad (en la que tendremos que mostrar nuestras habilidad sorteando conos, frenando, acelerando, etc…). Tras cada carrera, pasaremos por el taller para arreglar los desperfectos del coche mientras seguimos ahorrando para hacernos con un vehículo mejor.

Como hemos comentado antes, el aspecto del juego es más cómico que en otros títulos de la época, sin embargo, tiene un buen trabajo de animación a la hora de representar los efectos de las distintas circunstancias de nuestro pilotaje. A pesar del aspecto del juego, nos encontramos con un control bastante complejo, en el que las diferentes circunstancias de la carrera afectarán a nuestra conducción. Tanto las inclemencias meteorológicas como el tipo de asfalto afectarán al control, así como el estado de nuestro coche, que será más difícil de manejar mientras más dañado esté. Por otro lado, la banda sonora es más que aceptable, sobre todo teniendo en cuenta el poco énfasis que se solía poner en este aspecto dentro del subgénero. Así mismo, se incluían voces del copiloto, indicándonos la ruta a seguir.

En este vídeo podéis ver como es el juego: