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Indiana Jones y sus Aventuras de Despacho (1996)

En plena popularización del sistema operativo Windows en la mayoría de los PCs del mundo, Lucas Arts pensó en aprovechar dicho tirón para realizar un videojuego específico para este sistema, aprovechando una de las franquicias que más alegrías le había dado en el pasado. En abril de 1996 se lanzó Indiana Jones y sus Aventuras de Despacho para Windows 3.1, Windows 95 y MacIntosh, cuyo título ya relacionaba directamente con las características propias del sistema operativo de Microsoft.

El juego se sitúa en la década de los 30 del pasado siglo, donde la búsqueda de tesoros arqueológicos ha llevado a Indiana Jones a trasladarse a Méjico, a la ciudad de Lucasio. Por desgracia, los nazis también se encuentran en la zona para intentar hacerse con los tesoros mágicos que se encuentran allí antes que nuestro protagonista.

Indiana Jones y sus Aventuras de Despacho genera aleatoriamente cada una de las partidas. En cada una de ellas habrá una serie de objetos que habrá que recolectar y enemigos a abatir, pero todos ellos estarán situados en distintos puntos cada vez en unos escenarios que morfológicamente son creados de forma procedural.

El juego está enfocado a un público más general que utilice su ordenador principalmente para trabajar, por lo que las partidas están diseñadas para ser finalizadas aproximadamente en una hora y su jugabilidad está más simplificada que otros títulos del intrépido arqueólogo.

Cada partida se inicia de la misma manera, recién llegado al pueblo, Indy recibe las instrucciones pertinentes por parte de Marcus Brody. Para acceder a esos objetos habrá que resolver sencillos puzles que, en su mayoría, consistirán en conseguir ciertos objetos para dárselo a personajes secundarios que, a su vez, nos darán un nuevo objeto. Tendremos para ello un pequeño inventario que, inicialmente, podremos equipar con el látigo y un kit de cura, que aparecerán en la misma zona en todas las partidas.

El juego se nos presenta desde una perspectiva cenital, donde el escenario se encuentra dividido en casillas «invisibles», de tal manera que nuestro personaje puede moverse en ocho direcciones, pudiendo usarse para ello tanto el ratón como las teclas direccionales. De igual manera, el ratón se usará para el uso de objetos de inventario y para el aatque a los enemigos, siendo esto último el control peor implementado, dificultando innecesariamente la partida.

Los gráficos son bastante simples, teniendo una interfaz que sigue los estándares de las versiones de Windows para la época. De igual manera, el sonido es bastante básico. Hay que tener en cuenta que el juego se concibió para ser usado en un sistema multitarea, pudiéndolo dejar en segundo plano sin necesitar demasiados recursos.

Aunque el juego estaba específicamente diseñado con jugadores casuales como público objetivo, lo cierto es que se ganó muchas críticas negativas por parte jugadores más clásicos y por parte de la prensa, que aún no estaba muy habituada a analizar minijuegos dentro del contexto de jugadores casuales en Windows, antes de que se convirtiese en la principal plataforma de videojuegos para PC. Probablemente, esa crítica fuese bastante injusta, ya que se encontraba bastante por encima de otros títulos específicos para sistemas de ventanas de la época. A pesar de la fría acogida, aún hubo una secuela basada en el universo Star Wars bajo el título de Star Wars: Yoda Stories.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Stunts (1990)

Si hay un elemento que destaca dentro de las películas de acción de Hollywood son las persecuciones de coches, que nos han dado más de una escena mítica del celuloide, gracias al excelente trabajo de los especialistas en recrear este tipo de secuencias. Stunts era un intento de traer la emoción de un especialista del cine al mundo del videojuego. El proyecto fue desarrollado por Distinctive Software y capitaneado por Don Mattrick, todo un experto en juegos de carreras con títulos como Grand Prix Circuit o Test Drive. En esta ocasión, la distribución fue a cargo de Broderbund en Norteamérica y Mindscape en Europa, siendo lanzado para PC, FM Towns, NEC PC-9801 y Amiga.

Stunts nos ofrece 11 vehículos con distintas características para ponerlos a correr en una serie de circuitos que hay que completar en el menor tiempo posible sin llegar a estrellarse. Dichos circuitos contarán con todo tipo de elementos para hacer trucos como rampas, loopings, obstáculos, etc… lo que lo hace un videojuego tremendamente espectacular. Si además a esto sumamos un editor bastante completo, nos encontramos con un título más que interesante encajado en su época.

Como os podéis imaginar, Stunts se basa en la espectacularidad de sus acciones, los saltos imposibles y la velocidad endiablada. Por todo esto, uno de los elementos más importantes y completos del título es su sistema de repeticiones, que nos permite disfrutar desde diferentes ángulos de nuestra última peripecia al volante.

Gráficamente nos encontramos con un videojuego más complejo que otros títulos de Don Mattrick. Stunts se encuentra en un entorno totalmente tridimensional pero con texturas muy simples, ya que era la única manera que la tecnología de la época consiguiera mover este tipo de gráficos, lo cual se realizaba con bastante fluidez en casi todos los tipos de PC. El banco de sonidos no es más que un reciclaje de otros títulos de Distinctive Software.

Las necesidades técnicas de la física de un videojuego de estas características superó al equipo de programadores y existen una serie de bugs que provocan comportamientos extraños del vehículo en diversas circustancias. Sin embargo, este hecho con el tiempo se ha convertido más en una peculiaridad que en un defecto, aumentando las posibilidades del control del juego.

Aunque Stunts no contaría con secuelas, su influencia a posteriori ha sido muy grande. A pesar de las limitaciones y antigüedad del título, aún existe una importante comunidad de jugadores que se puede encontrar en la red. Por otro lado, queda claro que este título es la base de inspiración de los títulos de la exitosa saga TrackMania.

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Mappy (1983)

A principio de los 80, Namco era todo un innovador en el mundo de los videojuegos. Si había conseguido llevar a la categoría de mito un videojuego como Pac-Man, con menos fama pero con gran importancia es este Mappy que lanzaría en 1983. La principal novedad e importancia de Mappy se encuentra en ser uno de los primeros plataformas en presentar el scroll horizontal. Juegos como Donkey Kong, Pitfall!, Ice Climber, Popeye o el propio Mario Bros. habían dado buena cuenta de lo exitoso que era el género pero todos se limitaban a pantallas estáticas. Mappy sería uno de los primero títulos en introducir un tipo de scroll que llegaría a estandarizarse en el género.

Mappy fue distribuido inicialmente en Japón por la propia Namco y, aunque también llegaría al resto del mundo de manos de Bally Midway, sería en el mercado oriental donde tendría más éxito. Probablemente esta sea la razón por la que las versiones domésticas saldrían únicamente en plataformas de éxito en el país nipón.

En Mappy tomamos el papel de un ratón policía que tiene que ir arrestando a los gatos, dándole la vuelta a los roles de perseguidor y perseguidos clásicos. De hecho, el título es un juego de palabras con el término mappo, el cual se usa de forma despectiva en Japón para referirse a un policía, lo que sería el equivalente al «madero» ibérico.

En cada uno de los niveles tenemos que manejar a nuestro intrépido amigo dentro de la mansión que hace de guarida de los gatos. Nuestra misión es la de recuperar los distintos objetos robados por los felinos (televisores, cajas fuertes, ordenadores, etc…), cada uno de ellos con una puntuación asociada, teniendo en cuenta que aparecen en la mansión por parejas y obtener dos objetos del mismo tipo implica la aplicación de un multiplicador a la puntuación obtenida. Existe un multiplicador adicional si vamos recogiendo los objetos en orden creciente respecto a su valor. Esta puntuación también podremos aumentarla en las fases bonus que aparecen cada tres o cuatro fases concluidas completamente.

Mappy simplemente puede moverse de izquierda a derecha y abrir puertas, lo que conseguirá generar una racha de viento que envíe bien lejos a los gatos. Pero la mansión cuenta con varias plantas, por lo que habrá que hacer uso de camas elásticas que hay en distintos lugares, teniendo en cuenta que los gatos también pueden utilizarlas y que su uso está limitado a un cierto número de rebotes para nuestro protagonista antes de romperse. Si un gato nos alcanza mientras estamos en un piso perderemos una vida, cosa que no ocurrirá mientras estemos en el aire.

Los gráficos de Mappy siguen los estándares Namco aunque con la importancia vital de la inclusión del scroll horizontal, lo que permite que el mapa del nivel sea mucho más extenso, aumentando las posibilidades del sistema de juego. El juego estaba montado en una modificación del hardware de Super Pac-Man, lo que se ve claramente en el buen aspecto de la paleta de colores y en la velocidad con la que es capaz de mover los sprites. De igual manera, el sonido tiene una gran calidad técnica, lo que permite escuchar la melodía principal con muy buena nitidez.

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Galería de los Horrores VI: Legend of Success Joe

Retomamos nuestra particular Galería de los horrores con uno de los, por suerte, títulos desconocidos de Neo Geo. Se trata de Legend of Success Joe, videojuego desarrollado y distribuido por Wave Co. en 1992. El juego está inspirado en Ashita no Joe, un conocido manga que data de 1968, obra de Ikki Kajiwara que cuenta la historia de Joe Yabuki, un muchacho problemático que va de orfanato en orfanato y que consigue la senda del éxito gracias al mundo del boxeo. El manga es tan popular en Japón, que el lanzamiento inicial del videojuego contaba con un precio desorbitado, muy por encima de la calidad del mismo.

El videojuego sigue de forma muy por encima la trama de la historia original. El primer nivel se emplza en el orfanato, donde tendremos una pelea con otros miembros del mismo y que servirá para que un promotor se fije en nosotros e intente llevarnos al triunfo en el mundo del cuadrilátero.

A partir de ahí, Legend of Success Joe es una alternacia de peleas en el ring y peleas callejeras. Como idea suena estupendamente y probablemente hubiese podido ser un gran juego si se hubiera tratado con más cuidado.

La intención es que las peleas callejeras sean niveles de beat’em up, mientras que las peleas en el cuadrilátero sean de tipo simulación. Una misión que no se consigue claramente, sobre todo porque los controles son exactamente los mismos para los dos modos, lo cual hace complicada esta diferenciación. Con combinaciones del joystick y los dos botones disponibles se realizan los típicos golpes de boxeo (directos, ganchos, etc…) hasta un número de combinaciones bastante amplio, pero con una respuesta algo extraña.

Más allá del control, el problema viene a que las partes de beat’em up se limitan a que aparezcan un par de matones más antes de la pelea con el competidor principal, por lo que en breve se convierte en exactamente el mismo juego. Además, a pesar de esta alternancia, el juego es monótono con un argumento poco trabajado llevado por unos escuetos mensajes antes de cada nivel. De igual manera, el sonido es muy pobre para lo

A nivel gráfico nos encontramos con uno de los trabajos más pobres que se han visto en la máquina de SNK. El parecido con el manga original no pasa de la ilustración de la portada, con unos diseños de personajes más propios de la década de los 80, con sprites grandes, eso sí, pero que se mueven tórpemente. Por otro lado, los escenarios son repetitivos, con el cuadrilátero muy similar en todas las fases y los niveles «callejeros» muy cortos y con apenas detalles. De igual manera, el sonido es muy pobre para los estándares de Neo Geo.

Como os podéis imaginar, el juego no triunfó en los salones recreativos. El personaje y la historia no era muy conocida más allá de Japón y la calidad del juego no ayudaba a pasar esto por alto. Tal es la falta de calidad de éste, que una versión del juego para Super Nintendo que salió en Japón quedaría con un mejor acabado a pesar de su mayor limitación técnica. En 2001, Konami recuperaría el nombre para una máquina que usaba guantes de boxeo regales y la nombraría Boxingmania: Legend of Success Joe.

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Super Pac-Man (1982)

Volvemos a retomar la saga del mítico comecocos para hablar de una de sus entregas menos conocidas. Super Pac-Man sería el tercer videojuego oficial de la serie tras Pac-Man y Ms. Pac-Man,  siendo desarrollado por Namco y distribuido por Midway fuera de Japón. El proyecto estaría liderado de nuevo por Toru Iwatani, contando con Shigeo Funaki como programador, y pretendía dar una nueva vuelta de tuerca al concepto.

La acogida del juego fue más bien discreta, por lo que las conversiones se limitarían a Commodore 64 en 1988 y PC en 1989. Tal es esta falta de popularidad, que es un título que suele quedarse fuera cuando se hacer retrospectivas sobre la saga, lo cual no hace que sea menos interesante.

El concepto básico del juego se modifica sensiblemente. Nuestro protagonista tiene ahora como misión la de comer toda la fruta que se encuentre en cada nivel. Sin embargo, ésta no está directamente accesible, ya que se encuentra en diversos habitáculos que requieren de una llave para ser abiertos. De esta manera, primero tendremos que comer la llave para poder tener acceso a la fruta.

Nuestros enemigos siguen siendo el grupo de fantasmas, que son más difíciles de evitar por la propia morfología de los laberínticos habitáculos. Para contrarrestarlos tendremos de nuevo los puntos que los convierten en fantasmas de color azul y pueden ser ingeridos. Como novedad se incluye una superpastilla que convierte a nuestro protagonista en Super Pac-Man, aumentando considerablemente de tamaño. En este estado, Pac-Man se mueve mucho más rápido, puede acceder a la guarida de los fantasmas, atravesar paredes y es invulnerable a los ataques de los fantasmas, sin embargo sigue siendo imprescindible tomar el otro tipo de pastilla para poder comerlos.

Técnicamente, Super Pac-Man se montó en máquinas de Galaga, que contaban con un procesador Motorola 6809, mucho más potente que los vetustos Z80. Esto permite que el juego cuente con unos gráficos con una mayor riqueza en su paleta de colores y un audio de mayor calidad, aunque esencialmente nos encontramos ante los mismos conceptos.

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Streets of Rage 3 (1994)

Sin lugar a dudas, la saga beat’em up más conocidad de SEGA es Streets of Rage. Desgraciadamente, el desarrollo de esta serie se limitó al primer lustro de la década de los 90 en lanzamientos para Master System, Game Gear y, sobre todo, Mega Drive. Ni con la Saturn, ni con la Dreamcast desde la compañía japonesa decidieron recuperar la franquicia, lo cual es una verdadera lástima.

Streets of Rage 3, desarrollado por el grupo AM7 de SEGA,  fue lanzado en 1994, primeramente en Japón bajo el título de Bare Knuckle 3: Ikari no Tekken. Poco después llegaría al mercado occidental con pequeñas pero polémicas modificaciones que veremos más adelante. El juego sería el primero de la saga en salir exclusivamente en Mega Drive, no habiendo versión para las consolas de 8 bits.

A pesar de sus dos derrotas anteriores, Mr. X no se resiste a volver a sus acitvidades ilegales. Para ello, crea la compañía RoboCy Corporation, empresa especializada en robótica y que está sirviendo de tapadera de sus verdaderas intenciones. En su plantilla cuenta con el más afamado investigador en el campo de la robótica, el cual está desarrollando una serie de robots para sustituir a los funcionarios más importantes de la ciudad. Esto le permitirá a Mr. X hacer explotar a la ciudad a distancia. El Dr. Zan se da cuenta de sus planes y avisa a Blaze, la cual entra en contacto con Axel y Skate para volver a detener a Mr. X.

El sistema de juego es muy similar a las anteriores entregas, de hecho los personajes son los mismos que en la segunda parte con la salvedad de Max que es sustituido en esta ocasión por el Dr. Zan, una mezcla entre androide y humano. La principal novedad se encuentra en que habrá cuatro finales distintos dependiendo de la dificultad en la que juguemos y en la rapidez con la que vayamos acabando los niveles.

Como en los otros juegos, el principal combate se hará cuerpo a cuerpo, si bien podrán utilizarse sus movimientos especiales. Como novedad, tendremos una nueva barra de energía que permitirá cuando esté llena usar esos movimientos especiales sin perder vida. De nuevo podremos ir recogiendo armas como tubos, navajas, pistolas, etc… que poder usar contra nuestros enemigos, pero algunos de éstos también podrán hacer uso de ellas. La salvedad está en el Dr. Zan que coja el arma de fuego que coja se convertirá en una bola de energía. Asimismo, volveremos a contar con los enemigos de final de fase que nos traerán más de un quebradero de cabeza.

Gráficamente está a un nivel muy parejo con la segunda entrega, de hecho, muchos de los enemigos están reciclados de ella. Probablemente, la Mega Drive no daba más de sí y la mejora se limita a un mayor nivel de detalle de los escenarios y alguna animación nueva.

Como comentamos al principio, hubo algunos cambios gráficos respecto a la versión japonesa. El primer cambio no es muy grave y tiene que ver con el vestuario de los protagonistas. Los otros cambios parecen menos lógicos y entran en el terreno de la censura. Por un lado, a los personajes femeninos fueron vestidos de una forma más «decorosa» y se eliminó a un enemigo conocido como Ash que estaba estereotipado como un personaje gay.

En la parte sonora, de nuevo tenemos un reciclaje del banco de sonido de anteriores entregas. En la banda sonora se cuenta de nuevo con Yuzo Koshiro, que da muestras de su maestría, pero se encuentra menos inspirado que en la segunda parte (y de nuevo se vuelven a reciclar melodías.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Heimdall 2: Into the Hall of Worlds (1994)

Tras la aceptable acogida de la primera entrega, Core Design le volvió a dar la oportunidad a The 8th Day para que desarrollaran Heimdall 2: Into the Hall of Worlds. El título fue lanzado en 1994 para PC, Amiga y Amiga CD32.

El recibimiento por parte de la crítica fue similar al de la primera entrega, aunque sin el factor sorpresa que supuso Heimdall. Por desgracia, la acogida del público tampoco fue mucho mejor que con el primer título y ya no hubo nuevas oportunidades para nuevas entregas. Sin embargo, su aparición en colecciones por fascículos por parte de Proein, le dió una segunda vida a Heimdall 2 y llegó al conocimiento de muchos jugadores que desconocían su existencia.

De nuevo, Heimdall 2: Into the Hall of Worlds se basa en la mitología nórdica donde se quedaron los hechos de la primera entrega tras la recuperación por parte de Heimdall de las armas de Thor, Odin y Frey que fueron robados por Loki. Tras el éxito de su misión, los dioses han decidido que no basta con derrotar a Loki y que hay que conseguir aprisionarlo definitivamente. La clave es un antiguo talismán conocido por Odin que permite ir a diferentes lugares desde la Sala de los Mundos. Heimdall, con la ayuda de la valkyria Ursha, volverá a convertirse en mortal para reunir las cuatro partes del amuleto.

Comenzaremos en la Sala de los Mundos que cuenta con diversos portales pero, como no tenemos el amuleto completo, inicialmente solo tenemos acceso al que nos da acceso a Midgard. Según vayamos consiguiendo las distintas piezas que componeneel amuleto se abrirán nuevos portales que dan acceso a nuevos mundos. Este es el primer punto a destacar, pues tanto la duración como la extensión de los escenarios es bastante impresionante.

Tal y como hacía la primera entrega, Heimdall 2 aúna perfectamente los géneros de aventura y de rol. Podremos ir cambiando entre Heimdall y Ursha en cualquier momento, cada uno de ellos con sus propios atributos y objetos, que podrá mejorarse o completar con objetos que vayamos recogiendo. El movimiento de los personajes se puede realizar tanto por el sistema «point & click», como haciendo uso de los cursores, lo que facilita el acceso al juego a jugadores que vengan desde cualquiera de los dos géneros. Sin embargo, está dualidad también provocaba que no fuese del todo preciso y a veces atravesar una puerta fuese un problema mayor de la cuenta.

Aunque tendremos diversos encuentros con enemigos y una buena variedad de armas y hechizos para atacarlos, lo cierto es que Heimdall 2 pone especial énfasis en la resolución de puzzles, por lo que su resolucíon requiere de mucho tiempo de investigación y en mas de una ocasión avanzar nos supondrá más de un quebradero de cabeza. De hecho, incluso en algunos momentos hace algún acercamiento al género de plataformas.

Heimdall 2 conserva la perspectiva isométrica, pero hay una mejora notable en el aspecto gráfico. Los sprites de los personajes son bastante más grandes y con mejores movimientos, pero la mejora mayor se encuentran en los escenarios, mucho más definidos y variados que en la primera entrega. El aspecto sonoro también supone un paso adelante, con una banda sonora a cargo de Martin Ivenson, responsable de las partituras de diversos títulos de la saga Tomb Raider.

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Battle City (1985)

Battle City es un videojuego desarrollado y distribuido por Namco en 1985 para Famicom (denominación original de la NES en Japón). Curiosamente, al mundo occidental rara vez ha llegado por ese título, debido al lanzamiento más tardío de la videoconsola en Estados Unidos y Europa. En esos casos, Battle City solía formar parte de cartuchos piratas recopilatorios apareciendo con diversas denominaciones como Tank 1990 o Tank.

Posteriormente, en 1991, saldría al mercado una versión para Game Boy y una secuela bajo el nombre de Tank Force. En 2005 se incluiría como extra en Starfox: Assault para Game Cube y, más recientemente ha aparecido en el servicio Virtual Console de Nintendo Wii.

Battle City en realidad es una adaptación a la consola doméstico de , un videojuego arcade que lanzaría la propia Namco en 1980. Se trata de un shooter multidireccional con perspectiva cenital donde manejamos un tanque que, en cada uno de los niveles, tendrá que destruir todos los tanques enemigos evitando, además, que éstos se apoderen de nuestra base.

El juego cuenta con 35 niveles que representan distintos escenarios con sus correspondientes obstáculos. Según sean este tipo de obstáculos así será nuestra interacción con ellos, por ejemplo, pudiendo destruir las paredes de ladrillos para acceder directamente al otro lado o resbalando nuestro tanque cuando vaya por encima del hielo. Además, podremos ir recogiendo estrellas que mejorarán las características de nuestro tanque, pudiendo destruir paredes de materiales más resistentes.

El disparo de nuestro tanque no solo nos permite abatir a nuestros enemigos, sino que también podemos activar items a distancia e incluso detener un disparo enemigo, pero tenemos que tener también cuidado ya que podríamos destruir accidentalmente nuestra propia base provacando el fin de la partida. En el modo de dos jugadores, los dos tanques cooperan para resguardar la base. En este modo hay que tener cuidado, ya que el fuego amigo nos puede afectar.

A nivel técnico, Battle City sale ganando con los cinco años que pasaron entre el lanzamiento original arcade y el de la consola de Nintendo, siendo uno de los pocos videojuegos en el que la versión doméstica es muy superior a la arcade. El modo de dos jugadores fue la principal novedad, destacando el hecho de ser pionero en el juego simultáneo de ambos participantes. Por otro lado, los gráficos son muy superiores, con mayor variedad de objetos. Como último aspecto a destacar se encuentra del modo construcción, donde poder crear nuestros propios escenarios.

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Los Inhumanos (1990)

Aquellos lectores que pasen la treintena seguramente tengan en su recuerdo temas musicales tan populares como Manué o Me duele la cara de ser tan guapo del grupo valenciano Los Inhumanos. Esta banda que mezclaba el pop/rock con letras de caracter humorístico, llegó a ser muy popular a finales de los 80 y principios de los 90, colando muchos de sus sencillos en las listas de éxito españolas.

Tal fue su éxito que Delta Software decidió realizar un videojuego basado en el tema Qué difícil es hacer el amor en un SIMCA 1000 y que distribuiría la propia compañía para PC, PCW, Amstrad CPC, MSX y ZX Spectrum.

El juego se ambienta en Nueva York, donde tomamos el papel del inhumano Zufuru, que es atacado por una banda rival conocida como los Rockopiedras. Éstos secuestran a su novia y le roban su flamante para SIMCA 1000 para destrozarlo.

En el primer nivel tendremos que ir recorriendo Central Park para ir buscando las cuatro piezas de su coche para poder rearmarlo, siendo esencial realizarlo en este orden: rueda, llaves del coche, faro y puerta. En el segundo nivel recorremos las calles de la Gran Manzana, sabiendo que nuestra amada se encuentra secuestrada en el Empire State, por lo que tendremos que encontrar las dos llaves que abren el edificio y un puñal para poder realizar el rescate.

La perspectiva que se nos presenta es similar a la de juegos como Dustin o Tuareg, donde tenemos un recorrido laberíntico por diversas pantallas. Central Park está plagado de enemigos a los cuales tendremos que dar buena cuenta a base de cachiporrazos y patadas. No bastará con golpearlos, ya que tienen diferentes patrones de ataque que requieren realizar saltos, agacharse o bien elegir un tipo de golpe en concreto. Como ayuda adicional podremos ir recolectando cerveza que aumentará la velocidad de nuestro personaje.

El principal «handicap» de Los Inhumanos se encuentra en su dificultad, ya que los enemigos son extraordinariamente difíciles de batir y atacan constantemente. Por otro lado, el sistema de control no va todo lo fluido que podría esperarse y requiere de una precisión excesiva para realizar las acciones, hasta tal punto que un simple cambio de pantalla puede suponer un suplicio.

Ésto queda compensado con un apartado técnico bastante interesante para los términos en que nos estamos moviendo. Los gráficos son muy coloridos y los escenarios cumplen muy bien su función, en especial los de la segunda fase. El apartado sonoro es más discreto, destacando la banda sonora que era una versión adaptada del famoso tema del grupo valenciano.

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Super Pang (1990)

Tras el tremendo éxito que supuso Pang! en 1989, Capcom se dio cuenta que estaba ante un verdadero filón y volvió a encargar a Mitchell Corporation el desarrollo de una secuela del juego. De esta manera aparecería en los salones recreativos Super Pang, una vuelta de tuerca al mismo concepto con mayor profundidad y calidad técnica. Capcom no se equivocaba, Super Pang supuso un éxito aún mayor que el de la primera entrega y fue el espaldarazo definitivo para la conquista internacional, convirtiéndose en poco tiempo en todo un icono de los videojuegos.

El concepto de juego es el mismo que en la primera entrega. Los hermanos Buster, armados con armas tienen que ir explotando unas pompas gigantes que rebotan por todo el escenario y que si les impactan les restarán una vida. Al principio, cada pompa tendrá un tamaño grande y si le hacemos un impacto, ésta se dividirá en dos más pequeñas y así sucesivamente hasta que desaparezcan.

Como novedad en Super Pang se nos presentan dos modos de juego: Tour Mode y Panic Mode. En la primera de las opciones se desarrolla un modo de juego similar a la del juego original. Nuestros protagonistas empiezan una aventura alrededor del mundo visitando Asia, Europa y América a través de 40 niveles. En total se visitarán 15 ciudades en distintos momentos del día (día, tarde y noche), las cuales estarán representadas por la imagen de fondo que nos muestra un lugar característico de la ciudad.

Sobre ese fondo se dispondrán distintos elementos como plataformas o escaleras que permitirán desplazar a nuestro personaje por distintas zonas y donde rebotarán las pompas. Como arma inicial tenemos un arpón simple, pero disparando contra los bloques destruibles podran aparecer nuevas armas como el arpon doble, el gancho o la metralleta. De igual manera se pueden conseguir otro tipo de items como la dinamita que reduce todas las pompas al tamaño mínimo, el reloj de arena que ralentiza la velocidad de las mismas, el campo de fuerza que vuelve invulnerable o alguna vida extra.

Nuestros enemigos no se limitan a las bolas, ya que peces globos voladores y pájaros intentarán envenenarnos para que nuestros movimientos sean más lentos. Otro tipo de personaje son los cocodrilos que nos servirán de ayuda ya que, por un lado se dedicarán a comer las pompas y, por otro, si les disparamos crearán una explosión cuyo campo de fuerza también puede hacer estallar pompas.

El Panic Mode está pensado para jugadores con más experiencia ya que su dificultad y su ritmo es mucho más alto. Se trata de un modo de supervivencia, ya que irán cayendo desde la parte superior de la pantalla pompas continuamente, por lo que si tardamos demasiado en destruirlas podremos terminar acumulando demasiadas pompas en la pantalla.Cada cierto número de niveles aparecerá una pompa especial que va cambiando según rebota, siendo verde con un reloj dentro (que al explotar detendrá el movimiento de las pompas durante un corto periodo de tiempo) o naranja con una estrella (que acabará con todas las pompas de la pantalla.

Super Pang supone una mejora sensible a nivel técnico respecto a su predecesor, aunque el espíritu es similar. El control es mucho más fiable, lo que suaviza la curva de aprendizaje. Por otro lado, los gráficos se encuentran mejor definidos, sobre todo en lo que se refiere a los personajes. También hay una mejora notoria en la calidad de la banda sonora, dejando melodías muy reconocibles entre los aficionados al juego.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego: