Sin lugar a dudas, la saga beat’em up más conocidad de SEGA es Streets of Rage. Desgraciadamente, el desarrollo de esta serie se limitó al primer lustro de la década de los 90 en lanzamientos para Master System, Game Gear y, sobre todo, Mega Drive. Ni con la Saturn, ni con la Dreamcast desde la compañía japonesa decidieron recuperar la franquicia, lo cual es una verdadera lástima.
Streets of Rage 3, desarrollado por el grupo AM7 de SEGA, fue lanzado en 1994, primeramente en Japón bajo el título de Bare Knuckle 3: Ikari no Tekken. Poco después llegaría al mercado occidental con pequeñas pero polémicas modificaciones que veremos más adelante. El juego sería el primero de la saga en salir exclusivamente en Mega Drive, no habiendo versión para las consolas de 8 bits.
A pesar de sus dos derrotas anteriores, Mr. X no se resiste a volver a sus acitvidades ilegales. Para ello, crea la compañía RoboCy Corporation, empresa especializada en robótica y que está sirviendo de tapadera de sus verdaderas intenciones. En su plantilla cuenta con el más afamado investigador en el campo de la robótica, el cual está desarrollando una serie de robots para sustituir a los funcionarios más importantes de la ciudad. Esto le permitirá a Mr. X hacer explotar a la ciudad a distancia. El Dr. Zan se da cuenta de sus planes y avisa a Blaze, la cual entra en contacto con Axel y Skate para volver a detener a Mr. X.
El sistema de juego es muy similar a las anteriores entregas, de hecho los personajes son los mismos que en la segunda parte con la salvedad de Max que es sustituido en esta ocasión por el Dr. Zan, una mezcla entre androide y humano. La principal novedad se encuentra en que habrá cuatro finales distintos dependiendo de la dificultad en la que juguemos y en la rapidez con la que vayamos acabando los niveles.
Como en los otros juegos, el principal combate se hará cuerpo a cuerpo, si bien podrán utilizarse sus movimientos especiales. Como novedad, tendremos una nueva barra de energía que permitirá cuando esté llena usar esos movimientos especiales sin perder vida. De nuevo podremos ir recogiendo armas como tubos, navajas, pistolas, etc… que poder usar contra nuestros enemigos, pero algunos de éstos también podrán hacer uso de ellas. La salvedad está en el Dr. Zan que coja el arma de fuego que coja se convertirá en una bola de energía. Asimismo, volveremos a contar con los enemigos de final de fase que nos traerán más de un quebradero de cabeza.
Gráficamente está a un nivel muy parejo con la segunda entrega, de hecho, muchos de los enemigos están reciclados de ella. Probablemente, la Mega Drive no daba más de sí y la mejora se limita a un mayor nivel de detalle de los escenarios y alguna animación nueva.
Como comentamos al principio, hubo algunos cambios gráficos respecto a la versión japonesa. El primer cambio no es muy grave y tiene que ver con el vestuario de los protagonistas. Los otros cambios parecen menos lógicos y entran en el terreno de la censura. Por un lado, a los personajes femeninos fueron vestidos de una forma más «decorosa» y se eliminó a un enemigo conocido como Ash que estaba estereotipado como un personaje gay.
En la parte sonora, de nuevo tenemos un reciclaje del banco de sonido de anteriores entregas. En la banda sonora se cuenta de nuevo con Yuzo Koshiro, que da muestras de su maestría, pero se encuentra menos inspirado que en la segunda parte (y de nuevo se vuelven a reciclar melodías.
En este vídeo podéis ver cómo es el juego:
Me gusta mucho esta entrega de la saga, aunque menos que la segunda parte. A nivel global, esta entrega me parece la más completa de todos, con nuevos movimientos, varios finales y con un buen número de fases, aunque a nivel gráfico no hay demasiada diferencia con la segunda parte, se repiten escenarios, me gusta más jugablemente el Streets of Rage II y el juego tuvo también un bajón de la calidad de la música importante.
Para mí fue un shock que hubiesen matado a Max