Últimamente no es extraño encontrar a personajes femeninos que protagonicen videojuegos, de hecho, según estudios, el 25% de los títulos tienen a una mujer de protagonista. Pero tradicionalmente esto no ha sido así, los personajes femeninos han solido tener un papel secundario y en algunas ocasiones sexista («princesita» a rescatar), sobre todo influenciado por el hecho de que en los principios de los videojuegos la gran mayoría de los usuarios eran hombres. De este tipo de personajes, uno de los primeros ejemplos lo tenemos en 1980 con Adventure in Serenia, una aventura conversacional en la que debíamos rescatar a una princesa y más adelante lo veríamos en otros títulos como Super Mario Bros.con la princesa Peach (que solo sería protagonista en la segunda entrega de la saga).
Pero para encontrar a una fémina de protagonista hay que ir hasta 1982 con Ms. Pac-Man, la secuela del famoso PacMan, en el que la protagonista es la novia del conocido personaje. Aunque no era un personaje humano y la única diferencia con el original es un lazo rojo, sería el primer precedente en el que un personaje femenino era protagonista. Aunque quedo abierto el camino, no sería hasta 1985 cuando aparecerían de nuevo féminas en los papeles principales, sería con Amelie Minuit (en el que controlábamos a una intrépida oficinista que debe buscar un documento en un edificio), The Wizard of Oz y Alice in Wonderland (basados en los cuentos populares).
Con la llegada de 1986 llegaría otro título de relevancia, Metroid, protagonizado por la cazarrecompensas Samus Aran y que será el personaje principal en toda la saga. Hacia finales de los 80 el número de videojuegos fue aumentando, destacando títulos como Vixen, Mixed-Up Mother Goose, Athena o Hundra. Por esas fechas también aparecerían las primeras aventuras gráficas de relevancia protagonizadas por mujeres. Como no podía ser de otra forma, sería de manos de Roberta Williams, una de las pocas mujeres implicadas en el mundo de los videojuegos por aquella época. Las aventuras en concreto sería la cuarta entrega de King’s Quest en 1987, protagonizado por Rosella, y The Colonel’s Bequest, el primer videojuego protagonizado por la reportera Laura Bow.
Con la llegada de los 90 aumentaría el número de títulos exponencialmente. A principio de la década vino muy marcado por las adaptaciones de películas con mujeres protagonistas, como pueden ser Elvira, Disney’s Pocahontas o Disney’s The Little Mermaid. También hubo un aumento de jugadoras, así que se realizaron videojuegos basados en personajes tradicionales femeninos como Barbie o Barbie Game Girl. Aún así también habría títulos originales protagonizados por mujeres como la trilogía Jill of the Jungle o El Viento, aunque sobre todo en el género de la aventura (juegos muy populares entre el público femenino) como Lost in Time, King’s Quest VII o Phantasmagoria (sobre todo títulos de Sierra). En este sentido también empezarían a incluirse mujeres en los videojuegos de lucha destacando, por ejemplo, Chun Li de Street Fighter II o Sonya de Mortal Kombat. Esa tendencia en los juegos de lucha seguiría en años posteriorescon títulos como Dead or Alive y Tekken.
Pero la verdadera revolución llegaría en la segunda mitad de los 90, en especial con la llegada en 1996 de las sagas Tomb Raider y Resident Evil. Sería la primera vez que videojuegos protagonizados por personajes femeninos se convertían en un fenómeno internacional, no solo en el mundo de los videojuegos, sino también en un fenómeno social. Esto impulsó a las compañías a colocar a mujeres en los papeles principales de los videojuegos, llegando a su máximo esplendor con la llegada del siglo XXI, en el que destacan Silent Hill y Bloodrayne.