Aunque sin duda la saga de Metal Gear es conocida internacionalmente, esta fama a nivel mundial no vino desde su primera entrega. Más allá del confuso hecho de que el primer título de la saga, Metal Gear, fuese diferente en la versión de MSX y NES (aunque la de la consola de Nintendo fue más conocida aunque menos fiel al espíritu de la serie), lo cierto es que no sería hasta el título que hoy nos ocupa, el tercero en salir, cuando Metal Gear se convirtió en una franquicia clásica de los videojuegos. Precisamente, el hecho de que las primeras entregas no fuesen muy conocidas, fue lo que llevó al videojuego al cambio de nombre en vez de usar un más genérico Metal Gear 3.
Metal Gear Solid se lanzó en 1998 para PlayStation, aunque la idea original de Hideo Kojima era la de que viera la luz en 1994 para la 3DO, probablemente porque el desarrollador estuviese interesado en el gran potencial que tenía a priori dicha videoconsola. Sin embargo, según se iba perdiendo el apoyo de terceros a la 3DO, Metal Gear Solid fue cambiando de rumbo hasta quedarse finalmente en la consola de Sony que también se presumía lo suficientemente potente para los intereses de Kojima. Esto hizo retrasarse en cuatro años el lanzamiento, ya que el juego empezó a desarrollarse a mediades de 1995 y no fue lanzado hasta 1998, lo que provocó un gran vacío temporal en la serie, lo que terminó convirtiendo a Metal Gear Solid en un descubrimiento aún más sorprendente para los jugadores que lo descubrieron.
El argumento se emplaza temporalmente en 2005, seis años más tarde de donde termina la historia de Metal Gear 2: Solid Snake. El grupo terrorista encabezado por Liquid Snake se ha hecho con el control de uno de los emplazamientos secretos de FOXHOUND, lo que le permite tener bajo su dominio el tanque bípedo con capacidad nuclear conocido bajo el nombre de Metal Gear REX, con el que amenaza al gobierno de Estados Unidos. El Coronel Roy Campbell no ve otra salida que la de forzar a Solid Snake a dejar su retiro y encomendarle la misión de infiltrarse tras las líneas enemigas y acabar con la amenaza.
Metal Gear 2: Solid Snake había sido lanzado en 1990 y, evidentemente, el salto técnico en ocho años iba a ser sustancial, siendo el entorno tridimensional el abanderado de dicho cambio. Sin embargo, el sistema de juego conserva el espíritu original con ese énfasis en el sigilo. Este era un hecho a conservar por expreso deseo de Kojima, el cual siempre fue reacio a la versión que se hizo en la primera entrega para NES, precisamente por enfocarse más a la acción.
De esta manera, tendremos que ir avanzando niveles e infiltrándonos en zona enemiga consiguiendo no ser detectado por el enemigo. Para esto, se hace uso de un mapa donde podemos observar el campo de visión de los enemigos, los cuales no dudarán en dar la voz de alarma si detectan nuestra presencia. Si bien algunas de las situaciones pueden solventarse usando la fuerza bruta, lo cierto es que una vez que la alarma salta, se hace casi imposible avanzar por la gran cantidad de enemigos que aparecen. Así, habrá que hacer uso de las habilidades de Solid Snake para la ocultación, sirviéndonos de las sombras que proyecten los objetos, de la capacidad de esconderse en ciertos lugares y de toda una serie de gadgets que nos facilitarán la tarea.
Cuando el equipo de Konami liderado se puso manos a la obra en el desarrollo de Metal Gear Solid allá por 1995, su objetivo común era el de conseguir realizar el mejor videojuego que se fuera a desarrollar para PlayStation. Sin duda, muchos jugadores son de la opinión que lo consiguieron con amplio margen. Aunque, como hemos comentado, no es que estuviesen dando un planteamiento totalmente original con la mezcla de acción y sigilo, lo cierto es que esa mezcla no estaba muy presente en los videojuegos de la época en la que fue lanzado, lo que sorprendió gratamente a la crítica, dando notas realmente altas, y al público, con unas ventas por encima de los seis millones de copias.
En busca de esta excelencia, no se escatimaron esfuerzos desde el punto de vista técnico y, probablemente, un tiempo de desarrollo tan dilatado ayudó al resultado final. Yoji Shinkawa fue el artista elegido para el diseño de los personajes del juego, el cual ya había mostrado su valía en Policenauts y, gracias a su excelente trabajo, terminó en convertirse en un habitual en los diferentes títulos de Metal Gear. De igual manera, la banda sonora y el doblaje profesional ponen su granito de arena en una ambientación al servicio de la historia, siendo las pinceladas finales para realizar uno de los indispensables de la historia del videojuego.
En este vídeo podéis ver cómo es el juego: