Este juego fue lanzado por Data East como Crude Buster en Japón y Two Crude Dudes en el resto del mundo. Data East era una empresa nipona que destacaba en la escena de las máquinas recreativas con títulos como Windjammers o RoboCop que llegaron a ser grandes éxitos pero que en no muchas ocasiones terminaban haciéndose versiones para dispositivos domésticos. Esto era debido principalmente a que el salto técnico entre las máquinas recreativas y las videoconsolas de la época era demasiado grande para conseguir una conversión de calidad. Sin embargo, tenemos algunas honrosas excepciones y Two Crude Dudes es una de ellas.
Nos situamos en el año 2020, un gran número de explosiones nucleares reduce la ciudad de Nueva York a cenizas. Esto es aprovechado por la banda de gansters llamada «Big Valley» para hacerse con el control de la ciudad. El gobierno decide poner todas sus esperanzas en dos punkies contratándolos como mercenarios para hacer desaparecer a los hombres de «Big Valley». Con este argumento debíamos empezar a repartir tortas a todo personaje que se nos pusiera por delante.
Podíamos jugar con uno de los punkis (o dos en modo cooperativo), que tenían una variedad de golpes bastante curiosa. Se trataba de un juego beat’em up clásico pero que introducía una novedad que fue muy original y sorprendente. En este juego se dió un paso más en la interacción de los personajes con el escenario. Se podía coger practicamente cualquier objeto que te encontraras para usarlo de arma arrojadiza. De este modo podías coger farolas, coches, anuncios, cubos de basura, palos e incluso los propios enemigos para lanzarlos contra otros. Por otro lado destacaba la gran variedad de enemigos y sobre todo los jefes de mitad y final de fase, que eran muy originales.
A esta originalidad (tanto en la caracterización de los protagonistas como en el sistema de juego) había que unir un buen trabajo técnico. Los gráficos tenían muy buen acabado, con los personajes muy bien definidos y diferenciados, especialmente en lo que se refería a los jefes de fase. La interactividad con el escenario provocó que los programadores pusieran mucha atención en el acabado de todos los objetos. A esto hay que añadir unas animaciones diferentes para cada persnaje y unos efectos de sonido bastante buenos, fallando quizá un poco la banda sonora.
La originalidad del juego dio unos resultados muy buenos en los salones recreativos, donde a los jugadores sorprendió mucho el hecho de poder coger todo tipo de objetos. De esta manera en 1991 se lanzó una versión para SEGA Mega Drive, aunque en esta ocasión el acabado no era tan bueno y el juego no funcionó bien en la consola de SEGA. Probablemente por esto, no se llegó a hacer ningún otro tipo de conversión, aunque en su versión de recreativas siguió dando buenos resultados. Puede ser que el fracaso al pasar a dispositivos domésticos provocara que Data East no soliera desarrollar juegos para videoconsolas, centrándose en las recreativas, en especial con NeoGeo.
Aquí podeis ver el video de la versión de recreativas: