Aunque el exitoso Cabal no tuvo una secuela directa en sí, desde TAD Corporation tenían claro que en su sistema de juego se encontraba buena parte de la clave de dicho éxito. De esta manera lanzarían en 1990 Blood Bros. un juego con una mecánica similar pero que, en esta ocasión, se encuentra ambientado en el salvaje oeste.
Blood Bros. no llegaría a las cotas de éxito de Cabal (aún así con resultados de popularidad más que aceptables) y se quedaría en la versión arcade. No obstante, en 1995 la compañía nipona Natsume publicaría Wild Guns para Super Nintendo, un videojuego que está claramente inspirado en el título de TAD Corporation.
En esta ocasión tomamos el papel de un cowboy o un jefe indio, dependiendo de si tomamos el primer o el segundo jugador de la máquina. Nuestro objetivo es ir acabando con todos los secuaces de Big Bad John, el forajido más buscado de Dodge City.
El juego nos presenta a nuestro personaje desde atrás y tendremos un punto de mira con el que apuntaremos a los distintos enemigos que nos aparezcan. Si no estamos disparando, al mover el joystick se movera nuestro personaje que, además, podrá agacharse y rodar. Si nos encontramos disparando, al mover el joystick manejaremos el punto de mira.
Aparte de disparar a los enemigos, muchos de los objetos y edificios que aparecen en pantalla son destruibles. En algunos casos, al acabar con ellos aparecerá un item que podremos recoger para mejorar el arma (que nos dará un punto de mayor tamaño), conseguir dinamita que podremos lanzar o aumentar la puntuación. Para pasar de nivel, tendremos que acabar con un cierto número de enemigos, indicado por una barra en pantalla. Si tardamos mucho en hacerlo, aparecerá un buitre y empezará a atacarnos, siendo bastante duro de abatir. Al final de cada nivel, nos encontraremos con un jefe final de fase, que tendrá un patrón concreto para su destrucción.
Los gráficos son de un estilo similar a los de Cabal, si bien, los escenarios son muchos más complejos y cuentan con una gran variedad de detalles. Igualmente, el catálogo de enemigos es realmente amplio, cada uno con distinto patrones de ataque, haciendo de terminar el juego todo un reto. El apartado sonoro es bastante más discreto, con testimoniales melodías, y un repetitivo y cansino sonido de las armas disparando.
En este vídeo podéis ver cómo es el juego: