En honor a la verdad, me ha dado cierta pena meter el juego que hoy nos ocupa dentro de la Galería de los Horrores. Primeramente, porque es probable que el creador del mismo no tuviese la culpa al 100% del resultado final. Después, el juego cuenta con unos tintes muy buenos de primera, pero las prisas en el desarrollo provocan un resultado muy por debajo de lo esperado. Por último, el juego está totalmente fuera de época, pudiendo haber sido aceptable años antes, pero no en pleno 1991.
Pero pongámonos antes en contexto. Nos encontramos en 1991, cuando los 16 bits han cogido a contrapié a todas las compañías españolas de videojuegos que, poco a poco, van desapareciendo al no poderse adaptar a lo que exigía el mercado en ese momento. En esto, diversas compañías, entre la que destaca Dinamic Multimedia, encuentra un nicho de venta (y de supervivencia) en los kioskos de prensa. En dichos establecimiento la distribución era más sencilla y barata al utilizar los mismos canales que la prensa habitual. Además, el formato revista en el que se solía vender abarataba también los gastos de producción y se podían ofertar precios mucho más competitivos.
Sin embargo, aunque muchos títulos clásicos saldrían en este formato, no todas las compañías tuvieron la misma delicadeza a la hora de sacar videojuegos. Ya hemos hablado anteriormente de las prácticas de Digital Dreams Multimedia a la hora de abaratar costes con unas fechas de entrega infernales para los desarrolladores, pero en el caso de Ediciones Manali, esto se llevó a su máximo esplendor y Far West es un magnífico ejemplo. Videojuegos hechos con poco tiempo de desarrollo, para lanzar directamente en kioskos y que pretendían tener un rédito rápido.
El principal problema de Far West es la plataforma, PC, y la fecha en que se lanzó, 1991, lo que hace que sea un videojuego a todas luces desfasado, más propio de la era de los ocho bits y de los microordenadores. En primer lugar nos encontramos de que se utilizó para su programación la tarjeta gráfica CGA, lo que limita el videojuego a cuatro colores aunque, por suerte, su programador Ángel García Delgado utilizó la segunda paleta de dicha tarjeta (negro, rojo, verde, marrón) que se adaptaba bastante bien a la temática.
Otro elemento que nos hace recordar épocas pretéritas a su fecha de lanzamiento es su estructura en dos cargas o niveles, lo que recuerda al famoso FX de Dinamic. En el primer nivel estamos a lomos de un caballo con una perspectiva que evoca a los niveles pares de Express Raider, Nos aparecerán tres calases de enemigos por la pantalla que tendremos que abatir con nuestro revolver apuntando a donde convenga y agachándonos cuando aparezcan balas enemigas. Este primer nivel tiene como principal punto fuerte un acabado gráfico muy interesante, con buena ambientación y que hubiese hecho las delicias de los jugadores años antes (no olvidemos que estamos en el mismo año en que se publicó otro clásico de los videojuegos ambientados en el Oeste, Sunset Riders). Por desgracia, aunque la idea es buena, la respuesta de los controles no termina de ser precisa y la fase se acaba de manera abrupta sin ningún motivo aparente, probablemente un simple contador de tiempo que no vemos, y pasa a la segunda fase.
El siguiente nivel tiene una estructura tipo Blood Bros. en el que tenemos una vista desde atrás de nuestro personaje y contamos con un punto de emira para acabar con los enemigos que, literalmente, caen del cielo. De igual manera, si dejamos de apuntar, podemos avanzar hacia a los lados, algo que no tiene mayor influencia en el juego ya que , de nuevo, el nivel acaba inesperadamente para darnos paso a la pantalla final, la cual muestra una puntuación de la que no habíamos tenido conciencia hasta ese momento.
Tal como lo hemos mostrado, no parece tan malo como pretendíamos al principio de nuestro escrito. La peor parte se encuentra en que todo esto se desarrolla en apenas tres minutos de juego, por lo que podemos estar ante uno de los videojuegos más cortos de los que tengo conocimiento, sobre todo porque prácticamente en la primera partida conseguiremos finalizarlo.
En resumen, un resultado final que no es en ningún caso justificable y que toma mayor gravedad cuando tenemos en cuenta que el bueno de Ángel García Delgado da buena muestra de que tenía capacidad de haber hecho un producto superior de haber contado con mayor tiempo.
En este vídeo podéis ver cómo es el juego: