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Grandes Compañías XXV: Rare

El origen de la conocida compañía Rare lo encontramos en 1982 en Twycross, Leicestershire en Gran Bretaña, cuando fue fundada por los hermanos Chris y Tim Stamper bajo el nombre de Ultimate Play the Game. Aunque en 1983 tuvieron algunos títulos para ZX Spectrum destacables como Jet Pac, no sería hasta 1984 cuando llegaría su verdadero éxito con la trilogía de Sabreman, en especial con Knight Lore, creando un nuevo subgénero de videoaventura con perspectiva isométrica, que terminaría asentando un estandar en los videojuegos de mediados de los 80 y que sería imitado por diversas compañías.

El éxito de la compañía hizo que ésta fuera muy golosa para otras más potentes por lo que, para evitar una compra de la desarrolladora, en 1985 vendieron los derechos del nombre Ultimate Play the Game a US Gold. De esta manera se refundarían como Rare dentro de la estructura de Ashby Computers and Graphics Ltd.

Aprovechando este cambio reflexionarían sobre la cercanía de la época en la que el Spectrum quedara obsoleto, por lo que fijaron sus miras en la NES, consiguiendo en 1987 la licencia para desarrollar juegos para la 8 bits de Nintendo. Decidieron aprovechar al máximo esta oportunidad y empezó una producción masiva de videojuegos que superaría los 40 títulos entre los que destacan la saga Battletoads, Sid Meier’s Pirates!, Arch Rivals, Beetlejuice, Super Off Road o Cabal.

De nuevo intentando no quedarse obsoletos, vieron una nueva oportunidad con la Super Nintendo, por lo que llegando mediados de los 90 bajarían su producción para prepararse al cambio estudiando los gráficos SGI. Estos avances en dicha tecnología asombrarían a Genyo Takeda de Nintendo y la compañia nipona ofrecio a Rare la posibilidad de entrar dentro de su entramado y poder usar los personajes clásicos de Nintendo para desarrollar juegos con una tecnología gráfica más avanzada. Éste sería el origen de Donkey Kong Country, una de las sagas más destacadas de la Super Nintendo y Nintendo 64, y que daría fama internacional a Rare. Dentro de esta época con Nintendo también entrarían títulos destacados como Goldeneye, Banjo-Kazooie o Killer Instinct.

En 2002 los hermanos Stamper venderían el 51% de Rare a Microsoft por 375 millones de dólares, pasando Rare a ser una de las desarrolladoras más importantes de Microsoft. De esta época destaca la saga Viva Piñata y fue parte esencial en el desarrollo del periférico Kinect. Aunque forma parte de la estructura de Microsoft, Rare también desarrolla para Nintendo DS, ya que Microsoft no tiene ninguna consola portátil que podría ser competencia.

En este vídeo podéis ver un homenaje a Rare:

World Kicks (1999)

Según llegaba el final de la década de los 90, los salones recreativos empezarían su declive, en buena parte provocado por la popularización total de las consolas domésticas y porque el potencial de éstas cada vez estaba más parejo al de las máquinas recreativas. Todo esto llevaría a las distintas desarrolladoras de videojuegos a buscar fórmulas en las que se ofrecieran características en los salones recreativos que no fuesen viables en ámbitos domésticos.

Dentro de esta línea, Namco lanzaría en 1999 World Kicks, un videojuego de fútbol en el que se nos presentaría una interactividad física entre el jugador y el videojuego, al tener que realizar los chuts de forma física.

Si simplemente vemos capturas de pantalla de World Kicks, veremos que tiene un aspecto estandar respecto a los videojuegos de fútbol. Donde encontramos la diferencia es al observar la cabina y ver su original control ya que, aparte del joystick y los botones, en la parte inferior veremos un balón que podremos utilizar para realizar los chuts en el juego mientras apuntamos con el joystick. Aunque se lanzaron máquinas sin este dispositivo, en realidad es la esencia de la atracción del juego, ya que como videojuego de fútbol en sí era bastante normalito. De hecho World Kicks destaca en modo multijugador, ya que cuenta con un modo de un jugador bastante simple.

Debido a que se centraron los esfuerzos en el desarrollo de la curiosa interfaz, los otros aspectos del juego son bastante más simples. Aunque el juego se desarrolla en un entorno totalmente tridimensional y con una frecuencia de 60 fps, lo cierto es que los gráficos eran bastante limitados, quedando bastante por debajo de otros títulos de la época como puede ser Virtua Striker 2000.

Como hemos comentado, el potencial del título se encuentra en el modo multijugador y se le dio bastante flexibilidad en este sentido. Las cabinas contaban con hasta cuatro puestos de juego, pudiéndose conectar dos máquinas por red, permitinedo partidos de hasta ocho jugadores simultáneos repartidos en los distintos equipos.

El juego tuvo una buena acogida inicial, aunque una vez pasada la fiebre provocada por su innovación, las deficiencias del título saldrían a la luz y tendría poca vida dentro de los salones recreativos. Por otra parte, Namco dejaría de investigar en este concepto y no se prepararían secuelas, aunque es cierto que alguna compañía que otra intentaría realizar el lanzamiento de algún juego con hardware parecido.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Superman (1988)

Superman puede que sea el superhéroe de cómic más conocido del mundo, sobre todo en lo que se refiere al público general. Setenta años de publicación que iniciaría un género que terminaría siendo básico en el mundo de los cómics. Como es lógico, muchos han sido los intentos de llevar a Superman al mundo de los videojuegos pero, por desgracia, muy pocos de esos intentos han dado un videojuego de calidad. Parece increible que, habiendo otros héroes que han tenido magníficos títulos, el más longevo de ellos no consiga una conversión que haga honor a su fama. Aún así, entre tanta mediocridad encontramos algún producto que merece la pena, como la versión para máquinas recreativas que comentamos hoy.

Superman sería lanzado en 1988 por la conocida compañía nipona Taito (responsable de títulos tan memorables como Bubble Bobble, Space Invaders, Renegade, The New Zealand Story o Arkanoid). El videojuego es un típico juego de acción bidimensional con scroll deslizante que nos permite controlar a Superman a lo largo de cinco niveles. El juego permite el modo de dos jugadores de tal manera que el segundo jugador manejará a un Superman ataviado con un traje rojo y una capa blanca que recuerda a las vestimentas del Capitán Marvel.

La historia comienza en Metropolis para después seguir en diversas ciudades de EEUU para terminar con una batalla final en una nave espacial. Los cuatro primeros niveles cuentan con tres subfases cuya estructura consiste en una primera parte donde nos encontramos con un videojuego estilo beat’em up, una segunda parte con desplazamiento vertical donde Superman vuela y una tercera donde nos encontramos un shoot’em up donde Superman utilizará el poder de los rayos de sus ojos. El nivel final incluye una subfase beat’em up extra al principio y la lucha final contra el jefe al final.

En los niveles de beat’em up Superman puede utilizar la fuerza de sus puñetazos y patadas para acabar con los enemigos como suele ser habitual en este subgénero, si bien el juego incluye como novedad la habilidad de volar del superhéroe, por lo que puede desplazarse por toda la pantalla con facilidad. Además podra utilizar distintos objetos del entorno como arma arrojadiza, así como un proyectil especial conocido como «Sonic Blast». Por su parte, en la fases shoot’em up utilizaremos los rayos de los ojos de superman a menos que el enemigo este cerca y de nuevo usaremos los puños.

Gráficamente nos encontramos con un juego bastante destacado para la época con un diseño de Superman bastante fiel al original (obviando la bizarrada del segundo jugador). Los enemigos pecan de ser demasiado monótonos y carecer de variedad, aparte de no haber relaciones directas con personajes del cómic. De la música es destacable la existencia de pasajes extraidos de la banda sonora de John Williams correspondientes a las películas sobre el superhéroe, aunque el sonido era bastante mejorable.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Metal Slug 2: Super Vehicle – 001/II (1998)

Aunque fueron muchos los éxitos que SNK consiguió con sus títulos para NeoGeo, pocos son comparables a la revolución que supuso la llegada de Metal Slug, sobre todo teniendo en cuenta que cuando fue lanzado, en teoría, la máquina empezaba a estar obsoleta y la franquicia alargaría considerablemente su vida. Como no podía ser de otra manera, en SNK no dudaron en lanzar más títulos. De esta manera, en 1998 aparecería Metal Slug 2: Super Vehicle – 001/II, un juego en una línea continuista en la saga y que tendría una aceptación similar a la primera entrega, dejando claro que teníamos franquicia para rato.

Tras el fracaso del golpe de estado del general Morden en la anterior entrega, éste consigue recuperarse y reunir de nuevo un poderoso ejército, con el que pretende amenazar de nuevo el orden mundial. Esto provoca que de nuevo el escuadrón «Peregrine Falcons» (formado por Tarma Roving y Marco Rossi, protagonistas de la primera entrega) salga a enfrentarse al ejército de Morden, contando en esta ocasión con la colaboración de Fiolina Germi y Eri Kasamoto. Por desgracia, en esta ocasión no solo nos enfrentaremos al ejército de Morden, ya que éste ha llegado a una alianza con un ejército extraterrestre que nos pondrá las cosas aún más difíciles.

Como hemos indicado en el argumento, los personajes seleccionables pasan a ser cuatro, a pesar de que no se lanzó una versión que permitiera participar cuatro jugadores simultáneamente, volviendo a ser el máximo dos. El sistema de juego es muy similar al de la primera entrega, con su estilo de beat’em up muy dinámico, incluyendo una variedad mayor de armas y de vehículos a utilizar (por ejemplo, nada más empezar podremos ponernos a lomos de un camello).

El juego introduce elementos más surrealistas, como por ejemplo la capacidad de que nuestros personajes sufran transformaciones (por ejemplo, en momia reduciendo mucho su agilidad) y que, por primera vez en la saga, haya personajes secundarios (como algunos de los rehenes) que nos ayuden en la lucha.

Aunque el estilo gráfico es el mismo que el de la primera entrega, la mayor variedad de situaciones que nos propones Metal Slug 2 hacen que el resultado artístico sea muy superior. En el aspecto sonoro nos encontramos con un nuevo reciclaje del banco de sonidos de la primera entrega, con alguna adición para los nuevos elementos.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Outlaw (1976)

Tras el gran éxito que supuso para Midway el lanzamiento de Gun Fight en 1975, desde Atari pretendían seguir la estela en la búsqueda de un juego similar para no perder su posición de liderazgo en el mundo de los videojuegos en aquella época. De esta manera, en 1976 lanzarían la máquina recreativa Outlaw, de nuevo basada en los típicos duelos del Salvaje Oeste.

Evidentemente la temática no daba para mucho más y el juego iba a resultar muy similar, por lo que Atari quiso sorprender con el modo de juego e incorporaría una pistola de luz para dotarle de un mayor realismo y que ayudaría en la popularidad del título.

Outlaw nos permite elegir entre dos personajes, «Half-Fast» Pete, que tiene una mayor precisión, o Billy «The Kid», que desenfunda más rápidamente. En pantalla aparece un forajido al cuál hay que abatir lo más rápidamente posible, una vez que él haya desenfundado y nos dispare. Dependiendo de las veces que ganemos el duelo, obtendremos una serie de puntos que servirá para que el juego califique nuestro nivel entre «Dude», «Greenhorn», y»Top Gun».

En el aspecto técnico, evidentemente lo más destacado era el sistema de recepción de la pistola de luz y la principal nota diferenciadora respecto a Gun Fight. De hecho, gráficamente, tiene un estilo muy similar al título de Midway, con gráficos generados por hardware, almacenada en las ROM y complementado por escenarios puestos en láminas pintadas en la pantalla.

Cuando llego el momento de realizar una versión para Atari 2600, lógicamnete no se podía adaptar el sistema de juego con la pistola de luz. El trabajo fue encargado a David Crane, que realizó un juego más similar a Gun Fight que a su homónimo arcade. De esta manera, se trata de un título de dos jugadores con una perspectiva lateral y manejado por joysticks. Esta versión se utilizaría posteriormente para recopilaciones arcade.

En este vídeo podéis ver la versión doméstica:

18 Wheeler: American Pro Trucker (1999)

SEGA lanzó en 1999 el juego 18 Wheeler: American Pro Trucker, un juego de conducción que tiene la peculariedad que no está protagonizado por vehículos de carreras, sino por camiones tipo tráiler. El título fue desarrollado por SEGA-AM2, división especializada en productos para máquinas recreativas, siendo éste el soporte original del juego, apareciendo primeramente en Japón en 1999 y en 2000 en el resto del mundo. Posteriormente Acclaim desarrollaría versiones para consolas domésticas, saliendo en 2001 las versiones para SEGA Dreamcast y PlayStation 2, saliendo la versión para Nintendo GameCube en 2002.

El objetivo del juego es bien simple, tomamos el papel de un camionero que tiene que llevar su pesada mercancía a su destino dentro de un tiempo determinado y antes de que lo haga el camión rival. Para ello tendremos diversos cargamentos a elegir a partir del segundo nivel, dependiendo el pago que nos hagan a la dificultad de la carga. Dicho dinero se irá reduciendo según recibamos impactos, que provocará que se dañe la carga, teniendo también bonus por pronta entrega.

Por lo demás nos encontramos con un juego de conducción arcade típico, con las características especiales de la conducción de nuestro camión y donde el camión enemigo hará una conducción salvaje para sacarnos de nuestro itinerario y el tráfico normal parece que quiere hacernos la vida más dificil. Contamos también con el típico sistema de puntos de control intermedios, a alcanzar dentro de un límite de tiempo, el cual podremos aumentar impactando contra furgonetas violetas que aparecerán aleatoriamente en la ruta.

A nivel técnico nos encontramos con un gran trabajo tanto gráfico como sonoro, donde destacan la versión de Dreamcast, que demuestra que puede hacer correr el juego con un rendimiento muy similar al de la versión arcade. Las carreteras estadounidense están bien representadas con muchos detalles y todos los elementos se mueven con fluidez. En el control, es palpable la diferencia en la conducción del camión y cualquier otro juego de conducción, lo que igualaba prácticamente a todos los jugadores que se enfrentaban por primera vez al título.

Aunque la crítica fue bastante escéptica con el título, lo cierto es que el juego tuvo una buena acogida por parte del público y SEGA no tardaría en lanzar en 2001 una secuela bajo el título de The King of Route 66, existiendo también la correspondiente versión para PlayStation 2 que aparecería en 2003.

En este vídeo podéis ver la versión de Dreamcast:

Donkey Kong Land (1995)

Con el lanzamiento de Donkey Kong Country, el gorila más famoso de Nintendo volvía a estar en la palestra como protagonista de videojuegos. Nintendo era muy consciente del éxito del simio así que, como solía hacer con todos sus personajes destacados, decidió iniciar una saga paralela para su consola portátil del momento, la Game Boy. Parte del prestigio de la franquicia estaba en peligro, por lo que desde la compañía nipona no dudaron en volver a encargar a Rare la realización de este nuevo proyecto. Así nació Donkey Kong Land, un proyecto liderado por Andrew Collard, que vería la luz en Norteamérica el 26 de Junio de 1995, llegando a Japón y a Europa el 27 de Julio y el 24 de Agosto respectivamente.

El argumento del juego es del todo curioso. Cranky Kong, celoso del éxito que tanto Donkey Kong como Diddy Kong obtuvieron en Donkey Kong Country, afirma que su éxito está basado en los magníficos gráficos que tenía el juego, pero que nunca podrían vencerle en un mundo de 8 bits. De esta manera, convence a Kig K. Rool para que vuelva a robar las bananas y comience una aventura en la Game Boy, al más puro estilo de los videojuegos antiguos, tal y como le gusta a Cranky Kong.

Más allá de las diferencias técnicas, nos encontramos con un videojuego de plataformas con un concepto muy similar al videojuego que toma como inspiración. Se consiguió salvar las limitaciones técnicas de forma muy solvente, por ejemplo, con la problemática de que aparecieran los dos personajes en una pantalla muy reducida (y que conllevaría un mayor número de sprites moviéndose simultáneamente). En el juego normal solo se visualiza un personaje, pero cuando necesitan cooperar, el otro aparece teletransportándose, pudiendo conservar el espíritu de la saga. Por lo demás, el sistema de juego sigue los cánones de Donkey Kong Country.

El apartado gráfico siempre ha sido la seña de identidad de Donkey Kong Country y eso podría suponer un handicap en el paso de 8 bits, pero el resultado fue óptimo, ya que, aunque la potencia gráfica de la Game Boy es evidentemente menor, si es cierto que nos encontramos con unos diseños y animaciones muy superiores a lo habitual en la portátil. Además, aunque se representaban mundos completamente nuevos, éstos estaban en entornos similares al título original y los diseños de los personajes evocaban a los originales, dando un gran aspecto visual al juego. En la banda sonora también se pretendía recordar a la saga de 16 bits y se volvió a contar con las partituras de David Wise, recuperando melodías de Donkey Kong Country y completándolas con composiciones de Graeme Norgate.

El juego fue un soplo de aire fresco para la portátil de Nintendo, donde el género de las plataformas tenía pocas variaciones entre títulos, lo que le valdría para hacerse con el Best Game Boy Game of 1995 de la revista Electronic Gaming Monthly. Dicho esto, era lógico pensar que la saga paralela continuara y en los dos años siguientes aparecerían Donkey Kong Land 2 y Donkey Kong Land III.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego: