En el mundo empresarial hay ocasiones en las que problemas logísticos requieren soluciones de urgencia sin conocer muy bien cuales van a ser los resultados de las misma pero que, sorprendentemente, terminan siendo un éxito mayor que la simple solución del problema. Este es el caso del origen del Commodore VIC-20, con el que la compañía estadounidense intentaba arreglar un problema de stock.
Dentro del mundo de los microordenadores personales, Commodore estaba centrada en la comercialización del PET, una computadora con un público objetivo muy profesional y cuyo coste era verdaderamente alto para lo que un usuario medio podía permitirse. Paralelamente, desarrolló el chip de vídeo VIC (Video Interface Chip), cuyo destino original era el uso en pantallas y videoconsolas debido a su capacidad policromática. Sin embargo, dicho chip no pudo distribuirse en el número que Commodore esperada, por lo cual necesitaba una salida para el stock sobrante.
De esta manera surgió el Commodore VIC-20 en 1980, un ordenador personal de un precio muy inferior al PET y con el usuario medio como público objetivo. De esta manera se le daba salida a los chips VIC y a los módulos de 1 kb de RAM, de los cuales también tenía exceso la compañía. Finalmente el diseño del hardware del VIC-20 contó con el mismo procesador que el PET, un MOS 6502, y 5 KB de RAM, aparte del mencionado chip de vídeo.
Esto dio como resultado una máquina a priori poco potente – y esas fueron las principales críticas – pero con un precio muy ajustado que apenas llegaban a los 300$. A dicho precio popular se unió una gran campaña de marketing con el actor William Shatner a la cabeza y el Commodore VIC-20 se convirtió en la primera computadora en alcanzar el millón de unidades vendidas y ser líder de ventas en 1982. Esto fue debido principalmente a la estrategia de llevar la venta al por menor a las tiendas de descuento, donde compradores con pocos recursos podían hacerse con toda una computadora.
A pesar de que la publicidad insistía en indicar que no era una máquina para juegos – dando bastantes palos a la competencia en ese sentido, sobre todo a Atari 2600 e Intellivision -, ese fue su principal cometido, ya que no tenía capacidad para grandes operaciones. Sin embargo, tuvo una paralela función educativa, probablemente atraída por esos mismos videojuegos. Programar en BASIC era relativamente fácil con el VIC-20 y muchos usuarios se acercaron a la programación gracias a esta máquina. Además, Commodore lanzó un módem de bajo precio compatible con el ordenador, lo que permitió que se creara una primitiva comunidad con una biblioteca con multitud de títulos de libre acceso. Como anécdota Linus Torvalds – creador de Linux – fue uno de esos muchachos que hicieron sus primeros pinitos con VIC-20.
A pesar de sus grandes ventas, la vida del VIC-20 fue relativamente corta y aunque dejó de fabricarse oficialmente en 1985, su muerte de facto se puede establecer bastante antes. Curiosamente, el inicio de su declive data del año de su tope de ventas, 1982, ya que fue el momento del lanzamiento del Commodore 64, con evidentes mejoras a nivel de hardware (aunque con varios elementos heredados del propio VIC-20). Inicialmente, la propuesta de mayor potencia de la nueva máquina de Commodore no se tradujo en ventas, principalmente por la falta de catálogo respecto a la máquina anterior. Pero con la llegada del año 1983, las tornas cambiaron hacia el Commodore 64 de forma abrupta y el VIC-20 prácticamente desapareció de los puntos de venta.
En estos vídeos podéis ver la campaña publicitaria televisiva con William Shatner: