Según iba entrando la década de los 90, las compañías españolas iban entrando poco a poco en crisis e iban cayendo una a una, debido a sus problemas económicas y de adaptación a las nuevas tecnologías. De hecho, la década prácticamente solo la completaron Dinamic Multimedia y la creadora del juego motivo del análisis de hoy, Gaelco, formada por antiguos miembros de Zigurat y que se haría con un hueco importante dentro del mundo de las máquinas recreativas con títulos como World Rally Championship o Thunder Hoop.
Según fue llegando el final de la década, uno de sus mayores éxitos sería Radikal Bikers, desarrollado en 1998 y que tendría hasta distribución internacional a través de Atari, e incluso una versión para PlayStation (con mucha peor fortuna) desarrollada por Bit Managers y distribuida por Infogrames.
El planteamiento de Radikal Bikers es muy simple, somos un repartidor de pizza que tenemos que llevar nuestro pedido al destino antes que el repartidor de la pizzería rival, por lo que tendremos que hacer uso de una conducción con nuestra motocicleta algo más que temeraria. El juego se divide en el reparto de tres pizzas: Margarita (fácil), Caprichosa (medium) y Diabola (difícil). Ambos motoristas saldrán a la vez y consiguiendo llegar el primero, podremos escoger otro reparto.
Aparte de vencer finalmente al repartidor rival, tendremos que ir pasando una serie de checkpoints dentro de un tiempo establecido. La dificultad se basa principalmente en el caótico tráfico que domina la ciudad, por lo que tendremos que esquivarlo ya sea usando nuestra habilidad al manillar, usando trampolines o incluso atajando por callejones o edificios. Para nuestra ayuda, contaremos con una serie de items que podremos ir recogiendo en el camino: Turbo, Power Kick (que nos permitirá destruir vehículos a patadas durante un cierto periodo de tiempo), Extra Time y Extra Points.
La máquina era la típica «de pie», pero con un manillar incorporado para el control que se adaptaba perfectamente al juego y tenía una gran respuesta. Lo más destacable del juego a nivel técnico son los gráficos, realizados con mucho sentido del humor y con un gran rendimiento, a pesar de la increible cantidad de elementos en la pantalla que aparecen a gran velocidad. Por otro lado, el juego cuenta con una banda sonora muy simpática con un tema titulado Pizza Man y unos efectos sonoros también realizados con mucho humor.
En este vídeo podéis ver cómo es el juego:
Recuerdo que esta maquina era bastante popular en los pocos salones recreativos que quedaban por entonces, y resultaba muy divertido como arcade. Me llamaba sobretodo la atención lo fluido de los gráficos aunque estaban un poco «enlatados» ( pocos polígonos con buenas texturas, lo tipico de las primeras aceleradoras de PC)