Volvemos a remover las entrañas de la mítica Dinamic para rescatar Nonamed, un videojuego que si bien no es de los más conocidos de la compañía española, es uno de los más completos de los que ésta desarrollaría en su época de los 8 bits. Nonamed sería lanzado en 1986 bajo el sello de Dinamic en España y por Mastertronic en Reino Unido, habiendo versiones para Amstrad CPC, MSX y Spectrum. El videojuego sería el juego con el que debutaría Ignacio Abril (creador de Navy Moves), contando con Javier Cubedo en la parte gráfica y, de nuevo, con una excepcional portada a cargo del gran Alfonso Azpiri. En 2009, José María Climent desarrollaría un remake con similar sistema de juego, pero con una mejora gráfica notable.
Nonamed es una videoaventura clásica ambientada en el mundo fantástico y medieval en un lugar de la Baja Sajonia. El anciano soberano, el rey Abdul Honeickam Gargoy, somete a los aspirantes a Caballeros del Rey a una prueba realmente dura que pruebe su valía: el rito del Castillo Sin Nombre,antigua propiedad del conde Alucard. Los aspirantes a Caballero son encerrados en dicho castillo, controlado por el malvado mago Nilrem, que no dudará en convertir en un ogro a aquellos que no consigan el reto de escapar del Castillo Sin Nombre.
El planteamiento parece sencillo al principio, pero tiene algo más de complejidad su realización, ya que no se limitará a la búsqueda directa de la salida. Por un lado, tendremos que encontrar la Fuente de la Sagrada, cuyas aguas nos darán una mayor fuerza y agilidad, dándonos una mayor potencia de salto para llegar a lugares inicialmente inaccesibles. Por otro lado habrá que recoger todas las calaveras del castillo y hacerle una ofrenda al mago para que nos de una nueva pócima.
Aparte del salto, las habilidades de nuestro protagonista se limitan a dar patadas y trepar por cuerdas, lo cual hace de Nonamed un videojuego extremadamente difícil. A esto hay que sumar que el control suele responder algo tarde, por lo que hay que coordinarse muy bien y aumenta más aún la dificultad.
Como suele ser habitual en los títulos de aquella época, el aspecto gráfico viene definido por la capacidad de la máquina. Sin embargo, es común denominador un excelente trabajo en la ambientación del juego tanto en los escenarios, los personajes e incluso el medidor de vida, definido por una supuesta lucha entre el dragón y el mago. Más discreto es el apartado sonoro, que es prácticamente testimonial y se limita a unos cuantos efectos.
En este vídeo podéis ver como es el juego:
En su época este fue uno de esos que me hubiera gustado que salga para Commodore 64… y hay varios más que los commodoreros nos quedamos sin conversión.
Eso fue debido a que Commodore 64 era más popular en Gran Bretaña que por aquí. De hecho, en algunos títulos solo salieron versiones de C64 para el mercado inglés.
Yo juraría que la primera captura del juego pertenece al C64…
Es de CPC Amstrad, ¿no reconoces los colores chillones? 😛
Extremadamente difícil es decir poco. Era infernal. Leyendo tu post he recordado vagamente que en su día con la versión de Amstrad llegué a beber el dichoso agua, porque recuerdo los saltos… Pero fue imposible pasármelo. Creo que sólo lo superaba en dificultad en Abu Simbel Profanation, que se las traía…
«la dichosa agua»: me corrijo.
@ampos: Efectivamente, como dice josepzin es una captura de la versión de Amstrad CPC
@The Watcher: Casi todo el mundo nos quedábamos en la parte de beber el agua, luego nos quedábamos perdidos sobre qué hacer.
Me consuela saber que no era el único xD.
Tengo la suerte de conocer a Azpiri en persona, es conocido de nuestro… le encanta hablar de su faceta de ilustrador para videojuegos.
Un saludo 🙂