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Titus the Fox: To Marrakech and Back (1992)

Este juego, desarrollado por la compañía gala Titus Interactive tiene su origen en 1991, cuando fue editado en Francia como Lagaf’: Les Aventures de Moktar – Vol 1: La Zoubida, basándose en la canción cómica La Zoubida del humorista francés Vincent Lagaf’ y con el personaje de Moktar de protagonista. Evidentemente, ese título resultaba demasiado localista y para la versión internacional se dejaría como Titus the Fox: To Marrakech and Back asociándolo directamente a la mascota de la compañía francesa, que pasaría a ser el personaje principal del juego. El título, programado por Eric Zmiro, sería lanzado para Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, DOS, Game Boy y Game Boy Color.

Tomamos el papel protagonista del zorro Titus, cuya querida novia Suzy ha sido secuestrada en el desierto del Sahara. A través de 15 niveles, nuestro intrépido protagonista tendrá que sortear todo tipo de peligros hasta llegar al rescate de su amada (el juego es exactamente igual en la versión original, únicamente cambiando el protagonista).

El control de Titus the Fox es muy simple, con tan solo las teclas direccionales y un único botón de acción. El camino de nuestra aventura está plagado de peligros y nuestra capacidad de ataque está limitada al uso de forma arrojadiza de los distintos objetos que nos encontremos por el camino, aparte de ir esquivando a los distintos enemigos. En este sentido, la jugabilidad es muy similar a otro de los títulos destacados de la compañía, The Blues Brothers.

También encontramos ciertas similitudes en el apartado gráfico, con el mismo estilo caricaturesco y un gran trabajo en líneas generales por el dúo de artistas formado por Francis Fournier y Stephan Beaufils. Un punto negativo del título se encuentra en el uso de un sistema de passwords para guardar la partida que ya estaba basatante obsoleto para las fechas que hablamos y que resultaba esencial, ya que la dificultad de Titus the Fox resulta extraordinariamente alta.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Prehistorik 2 (1993)

Con Prehistorik en 1991, Titus Interactive consiguió popularizar un poco más el género de plataformas dentro del mundo de los ordenadores de personales (en especial en los de 16 bits, poco dados a este género en aquella época. El éxito del título le permitió a la compañía pensar en una secuela y plantearse el siguiente paso, hacer un plataformas con un potencial y un diseño que no tuviera nada que envidiar a los plataformas de videoconsolas de 16 bits de la época. Ese hito sería alcanzado como demostraría el hecho de que en 1994, un año después del lanzamiento original, se lanzaría una versión para Super Nintendo y Game Boy bajo el título de Prehistorik Man y sería reeditado en 2001 para GBA.

Prehistorik 2 no tiene un argumento en sí y tendremos que ir avanzando con nuestro «homo neardenthalis» a través de los nueve niveles que componen la aventura. La energía del personaje está definida por tres corazones que componen «una vida», normalmente iremos perdiendo un corazón al ser atacado, pero hay elementos como las espinas que pueden acabar con la vida completa. La principal arma de nuestro protagonista volverá a ser la cachiporra, aunque ésta podrá ir cambiando por otras que nos vayamos encontrando. Por otro lado, también podremos saltar sobre los diferentes enemigos y rebotar sobre ellos para que incrementemos el multiplicador de puntos que se aplicará cuando le ataquemos.

También tendremos otro tipo de items como la comida que aumentará nuestra puntuación al recogerla y se multiplicará al final de cada nivel. Otra forma de aumentar nuestra puntuación será recoger las letras que componen la palabra BONUS, lo que hará aparecer un helado gigante que representa una alta puntuación.

Prehistorik 2 rescata alguna de las ideas de los plataformas más exitosos de la época, como el hecho de golpear zonas donde aparentemente no hay nada y nos aparece un pasadizo a una parte secreta del juego, recordando a Super Mario Bros., o la utilización de vehículos como el ala delta. En un sistema que recuerda a Sonic the Hedgehog, si a nuestro protagonista un enemigo le quita un corazón de vida , cuando mate al monstruo que le quitó dicho corazón, aquél liberará 6 huesos blancos que equivaldrán al corazón si se recogen todos.

Prehistorik 2 representa todo un hito en los plataformas para PC, sobre todo por su gran calidad gráfica. El juego cuenta con unos escenarios extraordinariamente detallados y coloridos, que se complementan con un diseño de personajes muy logrado y que le da un toque de humor al conjunto. Ese mismo esfuerzo se realizó en el aspecto sonoro, con una buena banda sonora interesante y un catálogo de efectos extraordinariamente amplio, que superaba a la mayoría de títulos de la época.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Galería de los Horrores III: Superman 64

Hoy toca hablar de uno de los mayores fenómenos de «hype» que vio la década de los 90 dentro del mundo de los videojuegos. Nos encontramos en 1999, tres años después del lanzamiento de Nintendo 64 que estaba encontrando muchísimos problemas para hacer frente al fenómeno de PlayStation, por lo que inició una gran campaña de márketing para promocionar el lanzamiento exclusivo más importante de la temporada: Superman 64. La publicidad y los previos invitaban a ilusionarse con la promesa de ponernos en la piel del superhéroe más conocido y poder hacer uso de todos sus superpoderes. Y hasta cierto punto funcionó, ya que el título tuvo una venta inicial bastante alta, pero no se libró de ser uno de los videojuegos que más palos ha recibido tanto de crítica como de público.

Pero el resultado fue bastante decepcionante, no porque el concepto fuera malo, sino porque el videojuego parece hecho a desgana y con la única intención de hacer caja. Para empezar, es de esperar que en un videojuego basado en un cómic se tenga un cierto cuidado con la trama. Nada de eso, una escena casi estática nos indicará mediante un texto escrito que Lex Luthor ha atrapado a Lois, Jimmy y el profesor Hamilton en un mundo virtual. Y se ve que no necesitamos saber nada más, porque ya empieza el juego y, lo que es peor, con un sentido absurdo desde el primer instante. Luthor nos indica que tenemos que resolver su laberinto ¿y cuál es este? Pues simplemente pasar volando por una infinidad de anillos que se encuentran por el aire en un interminable primer nivel.

Uno podría pensar que esa parte de los anillos es un tutorial para hacerse con los controles, pero eso no es así por dos razones: primera, es imposible hacerse con los controles y, segunda, esta aburrida prueba se repite infinidad de veces a lo largo del desarrollo del juego. Los controles del juego son de lo más tosco y los prometidos superpoderes se limitan al superaliento, los rayos laser y la super velocidad, siendo este último el más inútil de todos, ya que no dejaremos de chocarnos con todo tipo de objetos en el escenario. Las escenas de lucha también son muy simples, pero tampoco se puede hacer mucho más cuando nuestro personaje se mueve torpemente.

En muchas ocasiones se salvan los títulos por tener un apartado técnico competente, pero tampoco es el caso de Superman 64. El juego se mueve en un entorno tridimensional, típico de los títulos lanzados para Nintendo 64. Sin embargo, la calidad de los gráficos es muy pobre, con unos personajes con formas demasiado poligonales y unos escenarios vacíos y muy poco cuidados (usando la disculpa del mundo virtual para apenas trabajar en ese campo. Si a esto sumamos unas animaciones bastante cutres y el hecho de que el videojuego está plagado de «bugs», no es de extrañar que estemos ante uno de los peores videojuegos de la historia.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Lamborghini American Challenge (1992)

Hoy en día no nos sorprende encontrarnos títulos en el mercado que traten de carreras ilegales (de hecho Need for Speed se ha ido desviando hacia este camino), aunque anteriormente las compañías eran reticentes a hablar de «carreras ilegales» tan explícitamente.

En ese sentido uno de los títulos destacados es Lamborghini American Challenge, desarrollado y publicado en 1992 por Titus Interactive. En realidad este juego era la tercera entrega de la saga Crazy Cars, pero se decidió cambiar el nombre aprovechando tan importante licencia.

Llevando el control de un flamante Lamborghini, deberemos ir recorriendo Estados Unidos de costa a costa, demostrando nuestra valía dentro del mundillo de las carreras ilegales. Para ello tendremos que ir ganando prestigio y dinero. Lo primero se consigue ganando cuantas carreras sean posibles y lo segundo a base de apuestas. Antes de cada carrera retaremos a alguno de nuestros competidores para apostar sobre quien quedará por delante del otro. Esto nos da un total de 18 personajes distintos, cada cual con un cierto prestigio dentro del mundillo.

El estilo del juego recuerda mucho al de la saga Lotus, con una perspectiva y un control muy similar. Durante la carrera no solo tendremos que ocuparnos de ir adelantando a todos los coches (así como evitar colisionar con los vehículos ajenos a la carrera), sino que tendremos el peligro constante de la policía, siempre al acecho para acabar con estas carreras ilegales. Si conseguimos un buen resultado en la carrera, conseguiremos dinero y ascender en el ranking, lo que nos permitirá comprar mejoras para nuestro vehículo y poder inscribirnos en carreras de mayor prestigio.

El juego en sí no aportaba nada nuevo al género, siendo aún así bastante divertido. Las mejoras eran bastante variadas y destacaba el uso del «boost» lo que nos daba un empuje extra durante un cierto tiempo. El asunto de las apuesta le daba un plus de emoción, sobre todo cuando nos ibamos acercando a los vehículos contra los que habíamos apostado. Además, Lamborghini American Challenge contaba con un estupendo modo dos jugadores que alargaría mucho la vida del juego.

Gráficamente destacaba su personal estilo «oscuro», lo que lo asociaba muy bien a la atmosfera de las carreras ilegales, contando con una utilización preferencial de tonos ocres. Los escenarios eran bastante detallados, si bien los diseños de los coches pecaban de simplicidad. El apartado sonoro era simplemente correcto, siendo la parte técnica más olvidada del conjunto.

Las primeras versiones del juego que salieron fueron para ordenadores personales: Amiga, Amiga CD32, PC, Atari ST y Commodore 64. Sería en 1994 cuando el videojuego diera el salto a las videoconsolas de forma exclusiva para Nintendo, apareciendo en el catálogo de Game Boy y de Super Nintendo.

En este vídeo podeis ver como era el juego:

Prehistorik (1991)

Prehistorik fue lanzado y desarrollado por Titus en 1991. Su lanzamiento fue simultaneo para PC, Commodore Amiga, Atari ST y Amstrad CPC. El juego es un plataformas con una cierta dosis de acción que resultaba similar a Chuck Rock, aunque ambos fueron lanzados simultáneamente en distintos paises, por lo que, a priori, no podemos hablar de un caso de plagio.

En Prehistorik controlamos a un neanderthal que tendrá que abrirse paso por los peligrosos parajes prehistóricos armado con su cachiporras. Todo tipo de dinosaurios y animales se pondrán en nuestro camino y deberemos dar buena cuenta de ellos a cachiporrazo limpio.

El videojuego se nos presenta en una perspectiva lateral en dos dimensiones. Nuestro personaje puede  saltar, eventualmente bucear y dar golpes de cachiporra para destruir a los enemigos. La cantidad de golpes necesarios para destruir un enemigo dependen del tipo de éste. Tendremos que controlar dos barras, una de energía que va disminuyendo según nos golpean y otra de comida, ya que hay que recoger un mínimo de provisiones para terminar el nivel. Cuando se acaba un nivel, aparecemos en un cuadrilátero donde nos enfrentamos a uno de los jefes finales, teniendo cada uno una manera distinta de destruirse.

Aparte de con los enemigos hay que tener cuidado con distintos obstáculos como hogueras, pinchos o rocas. Por otro lado podemos entrar en las cavernas donde encontrar comida y objetos que nos ayudarán en la mision. De vez en cuando aparece un indio que también nos proporcionará objetos y ciertas  zonas secretas, algunas submarinas, donde podemos recoger diferentes items.

El juego tiene un diseño muy colorista, donde el humor se presentaba continuamente, sobre todo en el diseño de los enemigos y en especial de los jefes finales, que logran sacarnos alguna que otra sonrisa. El sonido no destaca especialmente, pero la música ayuda al tono cómico del videojuego, como cuando se llega al cuadrilátero de los jefes finales que sonaba una música que evoca a la de la película Rocky. Aunque el juego puede tener un cierto aspecto infantil, tiene una dificultad bastante alta que alarga la vida del juego y que lo convierte en uno de los plataformas más complicados para ordenadores personales.

En 1993 se lanzaría Prehistorik 2 para PC y Amstrad CPC, resultando una gran mejora gráfica y de sonido, siendo otro divertido juego de plataformas. Basado en este último pero sensiblemente diferente, se lanzaría una versión para SuperNintendo en 1995 llamada Prehistorik Man.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego: