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Galería de los Horrores VI: Legend of Success Joe

Retomamos nuestra particular Galería de los horrores con uno de los, por suerte, títulos desconocidos de Neo Geo. Se trata de Legend of Success Joe, videojuego desarrollado y distribuido por Wave Co. en 1992. El juego está inspirado en Ashita no Joe, un conocido manga que data de 1968, obra de Ikki Kajiwara que cuenta la historia de Joe Yabuki, un muchacho problemático que va de orfanato en orfanato y que consigue la senda del éxito gracias al mundo del boxeo. El manga es tan popular en Japón, que el lanzamiento inicial del videojuego contaba con un precio desorbitado, muy por encima de la calidad del mismo.

El videojuego sigue de forma muy por encima la trama de la historia original. El primer nivel se emplza en el orfanato, donde tendremos una pelea con otros miembros del mismo y que servirá para que un promotor se fije en nosotros e intente llevarnos al triunfo en el mundo del cuadrilátero.

A partir de ahí, Legend of Success Joe es una alternacia de peleas en el ring y peleas callejeras. Como idea suena estupendamente y probablemente hubiese podido ser un gran juego si se hubiera tratado con más cuidado.

La intención es que las peleas callejeras sean niveles de beat’em up, mientras que las peleas en el cuadrilátero sean de tipo simulación. Una misión que no se consigue claramente, sobre todo porque los controles son exactamente los mismos para los dos modos, lo cual hace complicada esta diferenciación. Con combinaciones del joystick y los dos botones disponibles se realizan los típicos golpes de boxeo (directos, ganchos, etc…) hasta un número de combinaciones bastante amplio, pero con una respuesta algo extraña.

Más allá del control, el problema viene a que las partes de beat’em up se limitan a que aparezcan un par de matones más antes de la pelea con el competidor principal, por lo que en breve se convierte en exactamente el mismo juego. Además, a pesar de esta alternancia, el juego es monótono con un argumento poco trabajado llevado por unos escuetos mensajes antes de cada nivel. De igual manera, el sonido es muy pobre para lo

A nivel gráfico nos encontramos con uno de los trabajos más pobres que se han visto en la máquina de SNK. El parecido con el manga original no pasa de la ilustración de la portada, con unos diseños de personajes más propios de la década de los 80, con sprites grandes, eso sí, pero que se mueven tórpemente. Por otro lado, los escenarios son repetitivos, con el cuadrilátero muy similar en todas las fases y los niveles «callejeros» muy cortos y con apenas detalles. De igual manera, el sonido es muy pobre para los estándares de Neo Geo.

Como os podéis imaginar, el juego no triunfó en los salones recreativos. El personaje y la historia no era muy conocida más allá de Japón y la calidad del juego no ayudaba a pasar esto por alto. Tal es la falta de calidad de éste, que una versión del juego para Super Nintendo que salió en Japón quedaría con un mejor acabado a pesar de su mayor limitación técnica. En 2001, Konami recuperaría el nombre para una máquina que usaba guantes de boxeo regales y la nombraría Boxingmania: Legend of Success Joe.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Streets of Rage 3 (1994)

Sin lugar a dudas, la saga beat’em up más conocidad de SEGA es Streets of Rage. Desgraciadamente, el desarrollo de esta serie se limitó al primer lustro de la década de los 90 en lanzamientos para Master System, Game Gear y, sobre todo, Mega Drive. Ni con la Saturn, ni con la Dreamcast desde la compañía japonesa decidieron recuperar la franquicia, lo cual es una verdadera lástima.

Streets of Rage 3, desarrollado por el grupo AM7 de SEGA,  fue lanzado en 1994, primeramente en Japón bajo el título de Bare Knuckle 3: Ikari no Tekken. Poco después llegaría al mercado occidental con pequeñas pero polémicas modificaciones que veremos más adelante. El juego sería el primero de la saga en salir exclusivamente en Mega Drive, no habiendo versión para las consolas de 8 bits.

A pesar de sus dos derrotas anteriores, Mr. X no se resiste a volver a sus acitvidades ilegales. Para ello, crea la compañía RoboCy Corporation, empresa especializada en robótica y que está sirviendo de tapadera de sus verdaderas intenciones. En su plantilla cuenta con el más afamado investigador en el campo de la robótica, el cual está desarrollando una serie de robots para sustituir a los funcionarios más importantes de la ciudad. Esto le permitirá a Mr. X hacer explotar a la ciudad a distancia. El Dr. Zan se da cuenta de sus planes y avisa a Blaze, la cual entra en contacto con Axel y Skate para volver a detener a Mr. X.

El sistema de juego es muy similar a las anteriores entregas, de hecho los personajes son los mismos que en la segunda parte con la salvedad de Max que es sustituido en esta ocasión por el Dr. Zan, una mezcla entre androide y humano. La principal novedad se encuentra en que habrá cuatro finales distintos dependiendo de la dificultad en la que juguemos y en la rapidez con la que vayamos acabando los niveles.

Como en los otros juegos, el principal combate se hará cuerpo a cuerpo, si bien podrán utilizarse sus movimientos especiales. Como novedad, tendremos una nueva barra de energía que permitirá cuando esté llena usar esos movimientos especiales sin perder vida. De nuevo podremos ir recogiendo armas como tubos, navajas, pistolas, etc… que poder usar contra nuestros enemigos, pero algunos de éstos también podrán hacer uso de ellas. La salvedad está en el Dr. Zan que coja el arma de fuego que coja se convertirá en una bola de energía. Asimismo, volveremos a contar con los enemigos de final de fase que nos traerán más de un quebradero de cabeza.

Gráficamente está a un nivel muy parejo con la segunda entrega, de hecho, muchos de los enemigos están reciclados de ella. Probablemente, la Mega Drive no daba más de sí y la mejora se limita a un mayor nivel de detalle de los escenarios y alguna animación nueva.

Como comentamos al principio, hubo algunos cambios gráficos respecto a la versión japonesa. El primer cambio no es muy grave y tiene que ver con el vestuario de los protagonistas. Los otros cambios parecen menos lógicos y entran en el terreno de la censura. Por un lado, a los personajes femeninos fueron vestidos de una forma más «decorosa» y se eliminó a un enemigo conocido como Ash que estaba estereotipado como un personaje gay.

En la parte sonora, de nuevo tenemos un reciclaje del banco de sonido de anteriores entregas. En la banda sonora se cuenta de nuevo con Yuzo Koshiro, que da muestras de su maestría, pero se encuentra menos inspirado que en la segunda parte (y de nuevo se vuelven a reciclar melodías.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Battle City (1985)

Battle City es un videojuego desarrollado y distribuido por Namco en 1985 para Famicom (denominación original de la NES en Japón). Curiosamente, al mundo occidental rara vez ha llegado por ese título, debido al lanzamiento más tardío de la videoconsola en Estados Unidos y Europa. En esos casos, Battle City solía formar parte de cartuchos piratas recopilatorios apareciendo con diversas denominaciones como Tank 1990 o Tank.

Posteriormente, en 1991, saldría al mercado una versión para Game Boy y una secuela bajo el nombre de Tank Force. En 2005 se incluiría como extra en Starfox: Assault para Game Cube y, más recientemente ha aparecido en el servicio Virtual Console de Nintendo Wii.

Battle City en realidad es una adaptación a la consola doméstico de , un videojuego arcade que lanzaría la propia Namco en 1980. Se trata de un shooter multidireccional con perspectiva cenital donde manejamos un tanque que, en cada uno de los niveles, tendrá que destruir todos los tanques enemigos evitando, además, que éstos se apoderen de nuestra base.

El juego cuenta con 35 niveles que representan distintos escenarios con sus correspondientes obstáculos. Según sean este tipo de obstáculos así será nuestra interacción con ellos, por ejemplo, pudiendo destruir las paredes de ladrillos para acceder directamente al otro lado o resbalando nuestro tanque cuando vaya por encima del hielo. Además, podremos ir recogiendo estrellas que mejorarán las características de nuestro tanque, pudiendo destruir paredes de materiales más resistentes.

El disparo de nuestro tanque no solo nos permite abatir a nuestros enemigos, sino que también podemos activar items a distancia e incluso detener un disparo enemigo, pero tenemos que tener también cuidado ya que podríamos destruir accidentalmente nuestra propia base provacando el fin de la partida. En el modo de dos jugadores, los dos tanques cooperan para resguardar la base. En este modo hay que tener cuidado, ya que el fuego amigo nos puede afectar.

A nivel técnico, Battle City sale ganando con los cinco años que pasaron entre el lanzamiento original arcade y el de la consola de Nintendo, siendo uno de los pocos videojuegos en el que la versión doméstica es muy superior a la arcade. El modo de dos jugadores fue la principal novedad, destacando el hecho de ser pionero en el juego simultáneo de ambos participantes. Por otro lado, los gráficos son muy superiores, con mayor variedad de objetos. Como último aspecto a destacar se encuentra del modo construcción, donde poder crear nuestros propios escenarios.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Los Inhumanos (1990)

Aquellos lectores que pasen la treintena seguramente tengan en su recuerdo temas musicales tan populares como Manué o Me duele la cara de ser tan guapo del grupo valenciano Los Inhumanos. Esta banda que mezclaba el pop/rock con letras de caracter humorístico, llegó a ser muy popular a finales de los 80 y principios de los 90, colando muchos de sus sencillos en las listas de éxito españolas.

Tal fue su éxito que Delta Software decidió realizar un videojuego basado en el tema Qué difícil es hacer el amor en un SIMCA 1000 y que distribuiría la propia compañía para PC, PCW, Amstrad CPC, MSX y ZX Spectrum.

El juego se ambienta en Nueva York, donde tomamos el papel del inhumano Zufuru, que es atacado por una banda rival conocida como los Rockopiedras. Éstos secuestran a su novia y le roban su flamante para SIMCA 1000 para destrozarlo.

En el primer nivel tendremos que ir recorriendo Central Park para ir buscando las cuatro piezas de su coche para poder rearmarlo, siendo esencial realizarlo en este orden: rueda, llaves del coche, faro y puerta. En el segundo nivel recorremos las calles de la Gran Manzana, sabiendo que nuestra amada se encuentra secuestrada en el Empire State, por lo que tendremos que encontrar las dos llaves que abren el edificio y un puñal para poder realizar el rescate.

La perspectiva que se nos presenta es similar a la de juegos como Dustin o Tuareg, donde tenemos un recorrido laberíntico por diversas pantallas. Central Park está plagado de enemigos a los cuales tendremos que dar buena cuenta a base de cachiporrazos y patadas. No bastará con golpearlos, ya que tienen diferentes patrones de ataque que requieren realizar saltos, agacharse o bien elegir un tipo de golpe en concreto. Como ayuda adicional podremos ir recolectando cerveza que aumentará la velocidad de nuestro personaje.

El principal «handicap» de Los Inhumanos se encuentra en su dificultad, ya que los enemigos son extraordinariamente difíciles de batir y atacan constantemente. Por otro lado, el sistema de control no va todo lo fluido que podría esperarse y requiere de una precisión excesiva para realizar las acciones, hasta tal punto que un simple cambio de pantalla puede suponer un suplicio.

Ésto queda compensado con un apartado técnico bastante interesante para los términos en que nos estamos moviendo. Los gráficos son muy coloridos y los escenarios cumplen muy bien su función, en especial los de la segunda fase. El apartado sonoro es más discreto, destacando la banda sonora que era una versión adaptada del famoso tema del grupo valenciano.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Capitán Sevilla (1988)

Dentro del mundo del tebeo español existen varios ejemplos de personajes que parodian a cómics y personajes clásicos de literatura anglosajona, como podrían ser Superlópez, Pafman o Mortadelo y Filemón. En el mundo de los videojuegos, Dinamic intentó adaptar ese mismo espíritu en un videojuego que tendría la denominación de Capitán Sevilla. De hecho, el videojuego incluía de regalo un cómic con Capitán Sevilla de protagonista, obra del dibujante Max (Peter Pank, Mujeres Fatales, La biblioteca de Turpín…).

Estamos hablando de 1988, en pleno apogeo de la compañía española y el lanzamiento vino acompañado con una excelente campaña de márketing utilizando las revistas especializadas de la época con Micro Hobby a la cabeza. Capitán Sevilla sería lanzado para Amstrad CPC, MSX y ZX Spectrum. Su desarrollo sería llevado por un grupo independiente, Hi-Score, dirigiendo el proyecto Álvaro Mateos que contaba con un equipo de grafistas más extenso de lo habitual en la época: Angel Tirado, José Ramón Pérez, Manuel Gascó y Rafael García.

El Capitán Sevilla es el alter ego de Mariano López, un camionero que se encarga del transporte de embutidos que se ve envuelto en una explosión nuclear. Pierde el conocimiento y horas más tarde se despierta, viendo su camión destrozado con todo el cargamento esparcido por la carretera. Totalmente hambriento, decide comerse una de las morcillas que se han visto afectadas por la radiación. En ese mismo instante su cuerpo empieza a sufrir mutaciones y consigue una fuerza sobrehumana que le convierte en el ¡¡¡Capitán Sevilla!!! que tendrá que luchar contra el malvado Doctor Torrebruno.

Capitán Sevilla consta de dos niveles dentro del sistema que Dinamic denominó como FX Doble Carga: al finalizar el primer nivel se nos da una clave que nos permite acceder al segundo. En la primera parte, nuestro protagonista tendrá que atravesar distintas zonas de la Tierra hasta llegar a la lanzadera de la nave espacial. La segunda parte se desarrolla en el planeta donde se esconde el Doctor Torrebruno.

El juego es un clásico arcade 2D con desplazamiento horizontal y elementos de plataformas. Inicialmente nuestro personaje tendrá el aspecto normal de Mariano López, que es totalmente vulnerable a los ataques enemigos, ya que morirá con un único impacto. Si encontramos una de las morcillas radiactivas se convertirá en el Capitán Sevilla. Su resistencia estará representa por una morcilla en la parte inferior de la pantalla, que hará las veces de barra de energía. Aparte de esta Superfuerza, mientras se encuentra transformado en Capitán Sevilla, nuestro protagonista cuenta con Supersoplido, que desplaza lateralmente los enemigos que estén delante del Capitán; Superdisparo, que dispara morcillas; Superdefensa, que nos confiere inmunidad durante unos segundos; Supersalto, que otorga un salto mucho más poderoso;y Vuelo sin motor, que nos permitirá volar hasta zonas más lejanas.

El diseño de Capitán Sevilla consta de un alto sentido del humor acorde al curioso argumento del juego. La variedad de enemigos es muy alta, todos con un buen trabajo de diseño en todos ellos. También es destacable la gran variedad de escenarios que tiene, a pesar de contar con dos únicos niveles.

A pesar de la calidad del juego y de la extraordinaria promoción, las ventas del mismo quedaron muy por debajo de las expectativas. Aún así, llegó al mercado internacional bajo el título de Capitan S, pero tres años más tarde, cuando las máquinas de 8 bits ya estaban obsoletas y tampoco tuvo un volumen de ventas relevante. Sin embargo, Capitán Sevilla ha conseguido convertirse en un videojuego de culto y, recientemente, ha tenido un excelente remake.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Y en éste el remake:

The Devil Inside (2000)

En pleno apogeo de los reality shows con la irrupción de Gran Hermano, la distribuidora francesa Cryo trajo al mercado un producto que mezclaba este género televisivo con acción y terror en un videojuego que tuvo menos suerte en ventas de la que se merecía. The Devil Inside fue desarrollado por el estudio Gamesquad cuya producción se limitaría a este título y la adaptación de Abierto hasta el amanecer. A pesar de la inexperiencia del estudio, Cryo no escatimó en gastos y en la producción del juego destaca la participación de Hubert Chardot, guionista responsable de la saga Alone in the Dark. El juego aparecería en Europa en Marzo de 2000 y en Norteamérica en Octubre del mismo año con distribución de Take Two Interactive.

The Devil Inside es un programa de televisión que tiene como protagonista principal a Dave, el personaje que manejaremos, que tendrá que conseguir el favor del público a base de conseguir sobrevivir al ataque de criaturas del inframundo. Para conseguir sobrevivir contará únicamente con un arma y la posibilidad de transformarse en su alter ego diabólico, Deva, capaz de lanzar hechizos. De esta manera, podemos ver influencias en el juego tanto de otros videojuegos, por ejemplo Smash TV, como de libros de temática fantástica como El Fugitivo de Stephen King.

El juego nos presenta un entorno tridimensional, donde Dave es dejado a su suerte. Habrá tres cámaras siguiendo a nuestro protagonista: una aérea, otra al hombro y una volante que será la utilizada principalmente para el juego. Mientras tengamos la forma de Dave, nuestro ataque se basará en el uso de armas de fuego, las cuales podrán mejorarse a lo largo de la aventura. Si encontramos un pentáculo, podremos transofrmarnos en Deva, lo que nos permetirá lanzar hechizos a los enemigos, volar y recuperar vida. Los hechizos requerirán de una cierta cantidad de maná, el cuál se irá regenerando poco a poco a no ser que consigamos robarle el alma a algún enemigo.

La prensa especializada de la época destacó su original planteamiento, poniendo especial énfasis en el acertado uso de los diferentes ángulos de cámara y de la línea argumental propia de un programa de televisión. En la parte de las contras, teníamos un juego con un acabado gráfico algo más pobre que otros títulos contemporáneos y que contaba con mas bugs de la cuenta. Por otro lado, algunos de los puzzles pecaban de simples y era muy notoria la herencia de Alone in the Dark, lo que le restaba innovación más haya de su planteamiento inicial.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Vanguard (1981)

Vanguard es un videojuego desarrollado por TOSE (compañía conocida por el desarrollo de diversos Game & Watch para Nintendo) en 1981. Para su distribución en Japón y Alemania se contó con el trabajo de SNK, mientras que para el mercado americano sería Centuri y Cinematronics los encargados de la distribución. Zaccaria haría lo propio en Italia. Tras ser lanzado en los salones recreativos, aparecerían las correspondientes versiones para Atari 2600 y Atari 5200.

La importancia de Vanguard se encuentra en el hecho de que es uno de los primeros shoot’em up que implementaba el scroll en diversas direcciones (habitualmente se limitaban este tipo de juegos a tener un scroll horizontal o vertical).

El malvado The Gond está aterrorizando a la Tierra con sus ataques a las colonias espaciales cercanas al planeta. Nuestra misión es, a bordo de nuestra nave, ir hacia la zona donde se supone que se encuentra la guarida de The Gond. Para ello tendremos que volar a través de las seis zonas que componen el juego, acabando con los distintos escuadrones de nuestro enemigo.

El sistema de juego es tan simple como adictivo. Manejamos nuestra nave desde la perspectiva lateral bidimensional, con cuidado para no colisionar con las paredes que delimitan el escenario de juego. El scroll va cambiando en diversas direcciones siguiendo el sentido lógico que nos indica el mapa que tenemos en el mapa situado en la esquina superior derecha.

Para abatir a nuestros enemigos tenemos un disparo que podremos dirigir en cuatro direcciones (arriba, abajo, izquierda y derecha). Como ayuda extra, si pasamos por unas zonas de Energía, seremos invencibles durante un corto periodo de tiempo y haremos explotar a nuestros enemigos con tan solo impactar con ellos.

Desde el punto de vista técnico Vanguard es un videojuego destacado para su época, no solamente por el scroll cambiante, sino por el buen uso de la paleta de colores y la definición de los escenarios. Como curiosidad queda su banda sonora, ya que el tema de introducción es el mismo que el de Star Trek y la canción que suena cuando pasmos por la zona de Energía es Vultan’s Theme de Queen.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Wizball (1987)

Es evidente que si hablamos de Sensible Software enseguida vamos a asociarlos con títulos deportivos con Sensible Soccer a la cabeza. Sin embargo, la compañía fundada por Jon Hare y Chris Yates bastante antes del lanzamiento del juego que les llevaría al panorama internacional ya habian desarrollado títulos más que interesantes. Entre ellos destaca Wizball que, no en vano, sería denominado juego de la década por la revista ZZAP!64, ademas de ganar un Slizzer.

Wizball sería desarrollado por la pareja fundadora de la compañía con el apoyo de Martin Galway (Rambo: First Blood Part II, Comic Bakery, Arkanoid…) en la parte musical. De la distribución se encargaría Ocean Software lanzando versiones para Amstrad CPC, Commodore 64, ZX Spectrum, Amiga, Atari ST y PC.

En un lugar multicolor imaginario conocido como Wizworld tomamos el control de un mago con forma de pelota verde conocido como Wizball y su mascota Catellite. Todo era felicidad en su mundo hasta que el malvado Zark intenta robar todos los colores de Wizworld y dejarlo todo en tonos grises. Wizball y Catellite tendrán como misión acabar con los secuaces de Zark y devolver el color a Wizworld.

Nuestro objetivo es ir dando color a cada nivel que, inicialmente, se encuentra completamente en tonos grises. En cada nivel tendremos un color objetivo que hay que conseguir, pudiendo acceder mediante tres portales a distintas secciones donde podremos obtener colores primarios que, posteriormente, podremos combinar para conseguir el color objetivo. En la pantalla, además de una infinidad de variados enemigos, también encontraremos cápsulas de color que al ser atacadas desprenden gotas de color que serán recogidas por nuestro fiel Catellite.

Inicialmente, los movimientos de Wizball se encuentran muy limitados, pudiendo únicamente ir rebotando controlando la dirección hacia donde lo hace. Segun vayamos recogiendo items los poderes de Wizball se irán incrementando, como puede ser el disparo de proyectiles, el vuelo controlado o la aparición del propio Catellite. Es la propia mascota de Wizball la que obtiene un protagonismo especial al ser esencial para la recolección de pintura, siendo incluso controlada por el segundo jugador cuando se realiza una partida cooperativa.

El trabajo grafico acompaña a la originalidad del propio juego, con una total libertad a la hora de diseñar los diferentes enemigos, que se mueven en un entorno de aspecto espacial. Este trabajo se complemente con el trabajo en el apartado sonoro de Martin Galway.

La originalidad de planteamiento le valió al juego muchas notas por encima del nueve y en su época sería la «niña mimada» de los ordenadores personales. De hecho, en 1992 Sensible Software lanzaría una secuela bajo el título de Wizkid, pero no tan relacionado con la primera entrega como lo que cabría esperarse. En 2007 se realizaría un remake para celebrar su vigésimo aniversario.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Castle Wolfenstein (1981)

Actualmente no es muy conocido el hecho de que Wolfenstein 3D estaba inspirado por un videojuego que se había realizado una década antes bajo el título de Castle Wolfenstein, no tan conocido por el gran público pero esencial en los orígenes del subgénero del sigilo. Dicho juego sería desarrollado y distribuido en 1981 por Muse Software con Silas Warner a la cabeza del proyecto, siendo lanzadas versiones para PC, Apple II, Atari 400, Atari 800 y Commodore 64.

Castle Wolfenstein nos sitúa en la Segunda Guerra Mundial, donde tomamos el papel de un prisionero de guerra del bando de los aliados que se encuentra retenido en un castillo que está haciendo las veces de prisión nazi. Nuestra misión será la de conseguir huir del castillo, para lo cual tendremos que pasar por las distintas dependencias y evitar a los soldados nazis y de la SS.

En Castle Wolfenstein se combinan elementos del sígilo, la aventura y la acción. Comenzamos con una pistola y unas pocas balas que hemos conseguido del cadaver de uno de nuestros vigilantes. En ocasiones podremos acceder a granadas que tienen una mayor capacidad pero que también llamarán la atención de otros guardias de los alrededores. Una vez que hemos abatido un enemigo podremos quedarnos con su munición, teniendo en cuenta que tenemos limitaciones en la cantidad de armamento que podemos llevar con nosotros.

Estas limitaciones hacen que no sea una decisión muy inteligente empezar a disparar a diestro y siniestro. De esta manera tendremos que buscar alternativas como es la huida, el sigilo e incluso hacernos con un traje nazi para pasar desapercibido, que podremos conseguir en un cofre o de un soldado muerto, pero teniendo en cuenta que los soldados de la SS pueden descubrirnos. De igual manera algunos soldados enemigos no nos atacarán simplemente con apuntarles con el arma, quedándose con las manos en alto.

También tendremos que ir recogiendo llaves para abrir los baules, pero no siempre contendrán elementos útiles e incluso algunos están tomados con cierto sentido del humor como, por ejemplo, cuando cogemos una bebida alcohólica a nuestro personaje le entrará hipo.

El control del juego era algo innovador, ya que controlaremos por un lado el movimiento del personaje y por otro el del arma, algo esencial para poder amenazar a enemigos. Castle Wolfenstein cuenta con 60 habitaciones distintas, pero no siempre están con la misma disposición, ya que la distribución en el «mapa» se produce de forma aleatoria cada vez que se inicia una partida.

El apartado gráfico es algo «conceptual» debido a la las limitaciones técnicas de la época. Nos encontramos con una pseudovista cenital, en la que los personajes y elementos se ven de forma lateral. Nuestro personaje se diferencia del resto por tener la cabeza sin sombrero y los trajes de los soldados enemigos vienen definidos por una enorme cruz gamada en el pecho. Dentro del sonido destaca el uso de voces digitalizadas en las versiones más avanzadas.

Tras el éxito del juego, en 1984 se lanzaría Beyond Castle Wolfenstein, una secuela que se basaba en el mismo sistema de juego y que tenía como objetivo acabar con Adolf Hitler, viéndose claramente la inspiración en la Operación Valkyria. Ya no sería hasta 1992 cuando se rescataría el título para Wolfenstein 3D y la saga tomaría otra senda bien distinta.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Chicago’s 30 (1988)

En pleno auge de los juegos de acción en los salones recreativos, fueron muchos los intentos de trasladar la experiencia de juego desde las máquinas arcade hasta los ordenadores personales. Evidentemente, las limitaciones de las máquinas de 8 bits no permitían que fuera una tarea fácil, pero hubo más de un resultado loable. La producción española tampoco se quedaba al márgen y cada compañía intentaba sacar su título del género, como es el caso de Dinamic con Game Over o el de Topo Soft con el juego que hoy recordamos: Chicago’s 30.

El videojuego sería desarrollado por José Manuel Muñoz en la parte de programación y Roberto Potenciano en la parte gráfica, saliendo versiones para Commodore 64, ZX Spectrum, MSX, Amstrad CPC y una única versión de 16 bits para Atari ST. En España, Chicago’s 30 fue distribuido por Erbe (de hecho, el juego tendría mayor relevancia al entrar dentro del recopilatorio Erbe ’88), mientras que en el mercado británico fue vendido bajo el sello de US Gold.

Chicago’s 30 aprovecha el tirón de Los Intocables de Elliot Ness, que fue estrenada en los cines un año antes. La ciudad se encuentra sumida en el caos y la corrupción bajo la sombra de Al Capone, por lo que tomamos el papel de Elliot que, armado con su Thompson, tendrá que acabar con todos los secuaces del conocido mafioso.

El juego tiene la clásica perspectiva lateral en 2D, con desplazamiento de scroll horizontal. El ataque de nuestro personaje consta de una Thompson de munición infinita y una cierta cantidad de granadas. La principal dificultad del título se encuentra en la gran cantidad de enemigos que aparecen por todos lados y se mueven en todas direcciones. Esto no sería malo en sí, si no fuera porque las pequeñas dimensiones de la zona de juego dejan pocas variantes de movimiento al protagonista que, además, cuenta con un control algo lento.

Esta dificultad baja en algunas fases en las que empezamos a bordo de un coche disparando por la ventanilla, lo que nos permitirá una mayor resistencia. Aún así, la dificultad del juego sigue siendo excesivamente alta y resulta dificil pasar del segundo nivel y completar las cuatro fases es toda una odisea.

A nivel técnico nos encontramos con un juego más que solvente en las versiones de 8 bits y bastante desaprovechado en la versión de Atari ST, muy por debajo de las posibilidades del hardware. Tanto escenarios como personajes tienen una gran calidad y unos sprites bastante grandes. En un detalle muy interesante, la pantalla de juego queda representada por una sala de cine, donde los espectadores representan las vidas que nos quedan. Los gráficos se complementan con el trabajo musical de Gominolas, todo un clásico del software español. Es una lástima que la excesiva dificultad dejara en segundo plano un apartado técnico muy cuidado.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego: