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Star Fox (1993)

Star Fox es un videojuego que fue desarrollado en 1993 por Nintendo EAD y Argonaut Software, siendo distribuido por la propia Nintendo de forma exclusiva para Super Nintendo. No se debe confundir este título con el homónimo lanzado en Europa en 1983 para la Atari 2600 y que es considerado uno de los peores videojuegos de la historia (así que probablemente sera carne para el asador de nuestra Galería de los Horrores), de hecho, esta circunstancia probablemente propició que en Europa el videojuego se renombrara como Starwing. Destaca en el desarrollo del juego la participación en el proyecto de Shigeru Miyamoto en un equipo de diseño completado con Katsuya Eguchi (Super Mario World, Wii Sports, Animal Crossing…), Takaya Imamura (F-Zero, Super Smash Bros...) y Yoichi Yamada. Tan excelente grupo de trabajo daría como fruto un juego excepcional que vendería cuatro millones de copia y que iniciaría una saga insignia de la compañía japonesa.

La historia se emplaza en el sistema estelar Lylat, donde viven una serie de razas de animales antropomórficos. De dicho sistema destacan dos planetas principales conocidos como Corneria y Venom. Corneria está siendo atacado por las tropas dirigidas por Andross provinientes de Venom. Esto provoca que en Corneria se cree un ejército mercenario para rechazar al invasor liderado llamado Star Fox. Dicho equipo de élite está liderado por Fox McCloud, y completado por Falco Lombardi, Peppy Hare, and Slippy Toad.

Star Fox se encaja dentro del subgénero «rail shooter», es decir, un juego de acción y disparos pero sin libertad total de movimientos, ya que nos desplazamos de forma lineal según ocurren los acontecimientos. Sin embargo, al contrario que otros títulos similares, si podremos influir en la velocidad de nuestra nave al hacer el recorrido para aplicar la mejor estrategia de ataque. Al inicio del juego tendremos que elegir una ruta para recorrer Lylat, cada una de ellas correspondiente a distintos niveles de dificultad con sus fases únicas (de tal manera que al cambiar de dificultad no es que cambiemos los parámetros de juegos, son fases totalmente independietes, aunque son comunes el nivel de Corneria y el de Venom).

Tendremos que ir controlando nuestra aeronave y acabar con los distintos enemigos que nos salgan al paso, terminando cada nivel con el típico jefe de final de fase. Como ayuda extra contaremos a lo largo del camino con una serie de «power ups» que faciliten nuestra tarea. Nosotros manejaremos la aeronave de Fox McCloud, pero nuestros compañeros de equipo estarán en sus propias naves controladas por la CPU y que nos ayudarán en la tarea. En ocasiones nos solicitarán ayuda en algún momento y, si no se la damos, está el peligro de que sean alcanzados gravemente por un enemigo (si son abatidos perderemos su participación en el resto del juego).

Star Fox pretendía aprovechar las cualidades del chip SuperFX (el primer acelerador gráfico 3D) y bien que lo consiguió. Los gráficos tridimensionales se mueven a una velocidad vertiginosa y con una fluidez extraordinaria, dando buena cuenta de que la Super Nintendo era la líder de las consolas de 16 bits en lo que a poder técnico se refiere. A nivel de audio, destaca la banda sonora compuesta por Hajime Hirasawa, que ya había colaborado con Nintendo en Time Twist: Rekishi no Katasumi de…, videojuego que saldría de forma exclusiva para Japon en la versión de disco de la Famicom (la denominación nipona de la NES).

En un principio la saga iba a continuar con Star Fox 2 que llegó a desarrollarse completamente pero que jamás vio la luz, recogiéndose muchas de las ideas aplicadas a este título inédito para Star Fox 64 (Lylat Wars en Europa) que si se lanzaría en 1997. Tampoco vería la luz una versión del juego para la fracasada consola Virtual Boy, quedándose en una simple demo técnica. Game Cube tendría su entrega en 2002 con Star Fox Adventures, con un sistema de juego totalmente distinto al abandonar el uso de aeronaves. El formato clásico volvería en 2005 con Star Fox: Assault, también para Game Cube. Ese mismo año se cancelaría un proyecto de hacer una versión arcade para salones recreativos. La última entrega hasta la fecha es Star Fox Command, lanzado en 2006 para Nintendo DS, aunque todo parece indicar que se publicará una versión para Nintendo Wii, apareciendo como un título posible Star Fox: Battle for Corneria.

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Spider-Man: The videogame (1991)

El famosísimo hombre araña se encuentra en un gran momento de popularidad. A la saga cinematográfica que, con mayor o menor fortuna con la crítica, ha tenido buenos resultados de taquilla, se suma el hecho de que, ultimamente, el personaje es protagonista de multitud de videojuegos (ya tengan que ver con los filmes o no). Pero sería en la década de los 90 cuando el alter ego de Peter Parker se acercara a los salones recreativos con Spider-Man: The Videogame, título desarrollado y distribuido por la no menos famosa compañía nipona SEGA en 1991, de forma exclusiva para máquinas recreativas. El videojuego no se basa en ningún álbum, capítulo de serie o película, aunque podremos ver diversos personajes de la factoría Marvel.

De esta manera, el juego está dividido en cuatro actos donde nos encontraremos con rivales tan reconocibles por los fans como Venom, Kingpin, Doctor Octopus, Electro, Lizard, Scorpion, Sandman, Green Goblin, Hobgoblin y el Doctor Doom. El juego permite hasta cuatro jugadores simultáneos, por lo que Spider-Man (que podrá hacer uso de sus telarañas) podrá estar acompañado por Gata Negra (usando su gancho), Ojo de Halcón (arco y flechas) y Namor (cargas hidroeléctricas).

El juego está claramente enmarcado en el subgénero de los «beat’em up», encontrándose muchas similitudes con otros videojuegos de superhéroes como Captain America and the Avengers. De esta manera, las fases se desarrollan luchando con todo tipo de rivales simples, para llegar al final y enfrentarnos a uno de los supervillanos anteriormente mencionados.

En el apartado gráfico nos encontramos con el buen hacer que solían tener por aquella época las licencias de Marvel. Tanto los héroes, como los villanos, son muy fieles a los cómics originales y se mueven con una fluidez aceptable. El videojuego resulta bastante entretenido pero, por alguna razón no terminaría de tener la popularidad de otros títulos similares.

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Galería de los horrores II: E.T. the Extra-Terrestrial

Hoy vamos a revisar un videojuego que tuvo buena parte de culpa de la crisis del videojuego de 1983 y que sería una valiosa lección para las distribuidoras, enseñando que una buena franquicia no es para nada sinónimo de un buen videojuego y, sobre todo, sinónimo de éxito e ingresos.

Nos situamos en 1982, cuando el fenómeno de la película E.T: El extraterrestre se encuentra en plena ebullición y eso no pasó desapercibido para los directivos de Atari. Steve Ross, CEO de la Warner Communications (compañía de la que era subsidaria Atari) por aquellos días, se puso en contacto con Universal Pictures y el propio Steven Spielberg para hacerse con los derechos a nivel mundial de la explotación de la película en un videojuego. A finales de Julio de 1982, Warner anunciaba que se había hecho con los derechos y, aunque nunca se llegó a saber de manera oficial, se calcula que el acuerdo tenía que rondar la mareante cifra de 20 millones de dólares.

Como habréis observado, la historia hasta aquí solo trata de derechos y dinero, siendo a la larga el principal problema, ya que se negociaba sobre un videojuego, pero nadie estaba pensando en el videojuego en sí. De hecho, cuando Ross comunicó a Atari la necesidad de desarrollarlo, el responsable de la subsidaria, Ray Kassar, describió el asunto como una idea estúpida. Pero el mal (y el pago) ya estaba hecho, por lo que se continuó con el proyecto.

A petición del propio Spielberg, contento con la adaptación de Raiders of the Lost Ark, el desarrollo de E.T. The Extra-Terrestrial sería encargado a Howard Scott Warshaw. Pero tras las duras negociaciones, Warner no estaba dispuesta a esperar mucho para el lanzamiento del título (su intención era llegar a la campaña de Navidad), poniendo el 1 de Septiembre de 1982 como fecha límite de entrega del producto. Eso implicaba que sólo quedaban cinco semanas para realizar un encargo que, en circustancias normales, hubiese llevado un mínimo de seis meses de trabajo. Aún así, tuvieron que darle una buena oferta a Warshaw ya que aceptó el trabajo y se puso manos a la obra.

Warshaw tenía la idea original de crear un videojuego que siguiera de alguna manera el argumento de la película, pero en vista de la cercanía de la entrega, poco a poco iría desechando muchas de sus ideas simplificando cada vez más el título. El juego fue entregado en la fecha fijada y las prisas de Atari, hizo que ni siquiera realizara las pruebas de aceptación entre el público, que se suelen hacer a este tipo de productos previo al lanzamiento. A pesar de ello, Atari tuvo un optimismo desaforado y encargaría cuatro millones de copias. De éstas, tan solo se vendieron un millón y medio, lo que provocó que, a pesar de ser el octavo juego de mayor venta de la historia de la compañía, acumulara unas pérdidas de 536 millones de dólares en 1983, lo que derivaría en la división de Atari en 1984. A partir de ahí se inició una de las leyendas urbanas más conocidas de los videojuegos, cuando se afirma que los cartuchos sobrantes fueron enterrados en un vertedero de Nuevo Mexico, cerca de El Paso, y que serían cubiertos por una capa de hormigón.

¿Y el juego en sí? Pues lo que se puede esperar de un juego realizado en cinco semanas, una chapuza injugable. La idea original de su autor, se quedo limitada a la búsqueda de tres piezas que componen un teléfono intergaláctico. Se cuenta con una barra de energía que se reduce con el paso del tiempo, pero que se recupera si comemos cacahuetes. Cuando el nivel se recupera lo suficiente, E.T. puede llamar a Elliot y pedirle una nueva pieza del teléfono. Cuando el teléfono está completo, tendremos que ir a la «zona de llamada», contactar con la nave y montarnos en ella. El título resulta bastante injugable y, por qué no decirlo, cutre. Los distintos escenarios pecan de excesivamente simples, con poca variedad de colores y diseños irreconocibles. Y sobre todo, lo más importante, es tremendamente aburrido, lo que hace que suela ser calificado como uno de los peores videojuegos de la historia.

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Outlaws (1997)

En 1997, el declive de las aventuras gráficas empezaba a ser un hecho y su principal exponente, Lucas Arts, aumentaba su interés en otro tipo de géneros que le permitieran mantener su posición de liderazgo. De esta manera, nos encontraríamos con un gran esfuerzo en la explotación de las licencias de Star Wars. Siguiendo esta política de desarrollo, en 1995 se lanzaría Star Wars: Dark Forces, un FPS que presentaba un novedoso motor gráfico conocido como Jedi Game Engine. Aprovechando ese salto tecnológico, se desarrollaría un videojuego cuya ambientación era diametralmente distinta: Outlaws, un FPS que utiliza el mismo motor gráfico pero con estética de western. El título saldría de forma exclusiva para PC y su desarrollo estaría dirigido por Daron Stinnett, Stephen R. Shaw yAdam Schnitzer.

El protagonista de la historia es James Anderson, un miembro retirado del Cuerpo de Alguaciles de Estados Unidos (los conocidos US Marshall) el cual, al volver a su casa de un viaje, se encuentra que su esposa Anna ha sido asesinada y su hija Sarah ha sido secuestrada por dos forajidos (Matt «Dr. Death» Jackson y «Slim» Sam Fulton), los cuales trabajan para Bob Graham, que pretende convencer con violencia a todos los ciudadanos para que les vendan sus tierras a bajo precio. Después del entierro de su mujer, James Anderson se pondrá en camino para encontrar a su hija.

Como hemos comentado, Outlaws es un FPS conteniendo las principales características del género pero ambientado en el Oeste (algo que nada habitual en el género por aquella época, aunque posteriormente aparecerían más títulos similares). Dentro de la campaña, destacaba el modo de mayor dificultad, que limitaba la vida del protagonista a uno o dos impactos de bala, lo que le dotaba de un mayor realismo y modificaba la estrategia de juego que se suele aplicar a los FPS. Aparte de la campaña principal, Outlaws cuenta con «misiones históricas» que relatan como James Anderson llega a convertirse en un US Marshall. Además, en 1998, se lanzaría una expansión con nuevas misiones no conectadas directamente con la trama principal.

A nivel gráfico destaca una mezcla de estilos, extrañas a primera vista, pero que termina con un resultado muy curioso. Los personajes tienen un diseño de estilo cómic bastante desenfadado para lo que se solía ver en videojuegos de la época. Por otro lado, los escenarios están formados por extensos terrenos tridimensionales con una gran ambientación, recordando a las míticas películas del oeste. La banda sonora sería compuesta por Clint Bajakian, con el uso de una orquesta real (algo poco habitual en los videojuegos de la época) y que puede reproducirse introduciendo el CD del juego en un reproductor tradicional de CD.

Outlaws tendría una buena acogida por la crítica y unas ventas discretas pero suficientes para que no entrara en el olvido y terminara convirtiéndose en un título de culto. El sistema multijugador resultó muy interesante, pero no terminaría por triunfar por la falta de participantes y, sobre todo, por las dificultades de compatibilidad con las diferentes versiones de Windows que fueron apareciendo tras el lanzamiento del juego.

En este vídeo podéis ver como es el juego:

The Adventures of Major Havoc (1983)

De nuevo toca revisar uno de los títulos que desarrollaría Atari a principios de los 89 con la técnica de gráficos vectoriales para la simulación tridimensional y que ya pudimos comprobar en títulos como Star Wars o Battlezone. En esta ocasión se trata de The Adventures of Major Havoc, un videojuego de acción diseñado por Owen Rubin en 1983. Se trata de un título que pretendía explotar las posibilidades de la actualización que Atari estaba introduciendo en las máquinas basadas en gráficos vectoriales, lo que hizo que el título viniese acompañado por un kit de conversión para las nuevas necesidades.

El argumento nos indica como el Imperio Vaxxiano domina la galaxia desde hace tiempo. Muchos seres humanos han sido abducidos y llevados a su planeta, y solo unos pocos científicos consiguen escapar. Tiempo después, la civilización Vaxxiana desaparece, pero sus estaciones siguen vigiladas por robots que tienen programadas las ordenes de defensa originales de cuando fueron creados. Para conseguir el control de dichas estaciones, los científicos humanos crean un clon humano conocido como Major Havoc, el cual, a bordo de su Catastrofighter tendrá que liderar un ejercito de clones.

The Adventures of Major Havoc cuenta con distintos niveles en los que el sistema de control difiere. Antes que nada, tendremos un minijuego similar a Breakout que definirá los distintos bonus (e incluso «wrap zones») que tendrá nuestra nave. En el primer nivel, a modo de «shoot’em up», manejaremos el Catastrofighter por el espacio de camino hacia la estación, teniendo que ir destruyendo las naves enemigas que nos vayan apareciendo. En el siguiente nivel, convertido el juego en un plataformas, el Catastrofighter llega a la primera estación controlada por los robots y el Major Havoc tendrá que recorrerla para encontrar el núcleo del reactor de la misma y sabotearlo, saltando los distintos obstáculos que se encuentre en el camino, ayudándose un poco por la disminución de fuerza de gravedad. Posteriormente, este ciclo de «viaje con la nave / incursión en la estación» se repetirá aumentando la dificultad paulatinamente.

En el juego vemos una mejora importante en la calidad de los gráficos vectoriales, sobre todo en la fluidez con la que estos se mueven en comparación con los primeros títulos que usaban esta técnica. De esta manera, los niveles de manejo de la nave son espectaculares, con una naves enemigas que se mueven a una velocidad verteginosa. Sin embargo, esta característica queda desaprovechada en las fases de plataformas, ya que se desarrollan en 2D y se perdía la ventaja que daban los gráficos vectoriales, quedando superados por títulos que usasen la típica técnica de «sprites».

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Choplifter (1982)

Choplifter es un videojuego originalmente creado por Dan Gorlin para Brøderbund en 1982, saliendo en una primera tacada el juego para Apple II, Atari 5200, Atari 7800, Atari 8-bit, ColecoVision, Commodore 64, Commodore VIC-20 y MSX. Posteriormente en 1985, SEGA lanzaría una nueva versión revisada para máquinas recreativas, lo que ayudaría a aumentar la fama del título a lo largo de la década, así como el lanzamiento de versiones para las videoconsolas en alza de la segunda mitad de la década de los 80 como, por ejemplo, la SEGA Master System. De esta manera, es uno de los pocos títulos de la época que fue lanzado antes en versiones domésticas que en máquinas recreativas.

El argumento de Choplifter es bien sencillos, tomamos el rol de un piloto de un helicóptero de combate. Nuestra misión será la de ir rescatando rehenes en campos de concentración dentro del territorio enemigo. Tendremos que llegar con nuestro helicóptero a dichos campos de concentración y llevar a nuestros compatriotas sanos y salvos a una de nuestras bases cercanas, evitando los lógicos ataques del enemigo con todo su armamento. En más de una ocasión se le preguntó a Gorlin si se inspiró en la Crisis de los Rehenes en Irán, ocurrida un año antes, a lo que el autor siempre afirmo que era una simple casualidad.

Nuestro helicóptero tiene tres posiciones básicas: mirando hacia la izquierda, hacia la derecha y mirando de frente (es decir, encarando al jugador). Esa posición, indicará hacia donde lanzamos proyectiles y no necesariamente será la dirección hacia la que se mueve, de tal manera que podremos volar hacia un lado y disparar en el sentido contrario. Para rescatar a los rehenes, primero tendremos que disparar al edificio donde se encuentran retenidos para que puedan salir y, posteriormente, rescatarlos teniendo cuidado de que nos sean matados, ya sea por fuego enemigo o amigo (también habrá que tener cuidado de no aplastarlos con nuestro propio helicóptero).

A nivel técnico, las diferencias entre las versiones es básicamente un tema exclusivamente gráfico, ya que el sistema de juego es muy similar y la respuesta del control muy aceptable en todas. La versión arcade, superior en tema gráfico, es de una duración más corta con la mitad de niveles (ocho frente a dieciséis) e incorpora un sistema de puntuación para los famosos «rankings». El sonido también fue muy destacado por la prensa especializada de la época.

A pesar del éxito del juego, no ha sido muy prolífico en secuelas, ya que Choplifter II saldría en 1991 en exclusiva para Game Boy, y en 1993 aparecería Choplifter III tan solo para Game Boy y Super Nintendo.

En este vídeo podéis ver como es el juego:

Alien Storm (1990)

Alien Storm es un videojuego desarrollado y distribuido por SEGA en 1990, lanzándose originalmente para máquinas recreativas. El videojuego es un beat’em up que recordaba hasta cierto punto al clásico Golden Axe (probablemente parte del equipo de desarrollo de ambos juegos sea el mismo) pero ambientado en un futuro apocalíptico lleno de aliens. Alien Storm funcionó extraordinariamente bien, por lo que no tardarían en aparecer versiones para SEGA Mega Drive/Genesis, SEGA Master System, Commodore Amiga, Atari ST, Commodore 64, ZX Spectrum y Amstrad CPC. Más recientemente aparecería el videojuego dentro del catálogo de Virtual Console para Nintendo Wii, así como en diferentes recopilatorios retro.

La historia es tan simple como exige un videojuego de este subgénero. Una virulenta horda de extraterrestres ha invadido la tierra. La única esperanza de la raza humana son unas fuerzas especiales creadas bajo el nombre de los «cazaaliens» formada por Karent, Garth y el robot Scooter, encargados de hacer desaparecer a cualquier ser extraterrestre que se cruce en su camino

Alien Storm está compuesto por seis misiones a completar (ocho en el caso de Mega Drive), para lo que elegiremos entre los personajes anteriormente citados, pudiendo jugar simultáneamente tres jugadores en la versión arcade y dos en la 16 bits de SEGA. En cada una de las misiones tendremos que ir por las calles de la ciudad acabando con los aliens que salen de la madre nodriza, la cual encontraremos al final del nivel, donde tendremos que enfrentarnos a un rival más fuerte.

La capacidad de nuestras armas vienen definidas por la barra de energía (existe otra de vida). Dicha barra podrá mejorarse al disparar a las cabezas flotantes que aparecen cuando conseguimos acabar con una cantidad importante de aliens. También podremos recoger diferentes power ups que, entre otras cosas, nos permitirán tener la posibilidad de usar los ataques especiales que tienen cada uno de los personajes. Por otro lado, hay fases de bonus con una vista en primera persona que recuerdan poderosamente a las de Shinobi.

Como hemos dicho antes, el videojuego se asemeja a Golden Axe. Esto es especialmente destacado en el caso del apartado gráfico. Los diseños de los personajes tienen un estilo similar, salvando la distancia de las distintas temáticas. También es notorio en las animaciones de los personajes, en especial de algunos de los aliens. Como es de esperar por la temática, esta similitud es menor en lo que se refiere al sonido, tanto en la banda sonora como en los efectos de sonido, estando enmarcados claramente en la ambientación de ciencia-ficción.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Road Blasters (1987)

Road Blasters es un videojuego que se enmarca dentro del subgénero conocido como «Racing shoot’em up» que aúna las carreras de coches con la acción de disparar a enemigos. Road Blasters sería desarrollado y publicado por Atari en 1987 para máquinas recreativas. Su buena acogida provocaría el lanzamiento de versiones para Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, Commodore 64, Mega Drive, Atari Lynx, NES y ZX Spectrum, publicadas por US Gold. En el momento de lanzamiento se utilizó una técnica curiosa para promocionarlo, ya que si se conseguía terminar el juego, se podía enviar la puntuación a Atari, para conseguir de premio una camiseta.

El videojuego carece de un argumento en sí, más allá de notarse que se ambienta en un tiempo futuro. El objetivo del juego es terminar los 50 niveles de los que consta el juego sin que nuestro vehículo se quede sin combustible. Hay que señalar que el combustible es el único factor que determina la duración del juego, teniendo coches «infinitos» mientras no se termine (si bien la colisión del vehículo provoca una disminución sensible del contenido del tanque de combustible).

La cantidad de combustible aumentará según vayamos pasando por checkpoints o si recogemos power ups al efecto (verdes que encontraremos en el asfalto y rojos que nos aparecerán de vez en cuando al destruir enemigos). Aparte de las particularidades de las vías por donde circulemos, tendremos que tener buen cuidado de los otros vehículos que circulan por la carretera. Para ello tendremos a nuestra disposición de una metralleta (y armas más potentes que podemos conseguir por el camino) que podremos usar para destruirlos y hacer diversas combinaciones de puntuación que, al finalizar cada nivel, se canjeará por combustible extra.

A nivel técnico nos encontramos con un trabajo correcto. Gráficamente tenemos unos modelados y escenarios algo simples para potenciar el dinamismo del juego, lo cual se agradece ya que nos encontramos ante un juego de velocidad trepidante. La banda sonora no destaca especialmente, si bien su ritmo rápido colabora en la sensación de dinamismo del conjunto. Para el control se utilizaron cabinas con volante y pedales, tanto en el formato tradicional vertical como en máquinas de asiento simulando el vehículo.

En este vídeo podéis ver como es el juego:

Ikari Warriors (1986)

Ikari Warriors es un videojuego desarrollado por SNK y distribuido por Tradewest en 1986, en el que se pretendía aprovechar la estética y temática de las películas de las saga Rambo, muy populares por aquella época. De hecho, el título del juego se basa en la denominación japonesa de la serie protagonizada por Sylvester Stallone (Rambo: Ikari no Dasshutsu). El videojuego sería lanzado incialmente para máquinas recreativas, pero su excelente resultado llevaría a que se hicieran conversiones a, practicamente, todas las plataformas de la época: MSX, Nintendo Entertainment System, Apple II, PC, Atari ST, Atari 2600, Atari 7800, Amiga, Commodore 16, Commodore 64, Amstrad CPC y ZX Spectrum.

Los protagonistas de Ikari Warriors son dos guerrilleros con los nombres de Ralf y Clark, que tendrán como objetivo llegar a la villa de Ikari. Para evitar que consigan esto, habrá todo un ejercito con soldados, tanques, helicopteros… dispuesto a conseguirlo. Como novedad, la munición del arma básica no es ilimitada, por lo que habrá que tener especial cuidado con no despilfarrar dicha munición y poner mucha atención a la hora de buscar recargas y power ups.

El control también resulta novedoso, ya que fue pionero a la hora de usar joysticks rotatorios, es decir, aparte de poder pulsarlos hacia las ocho direcciones básicas, podemos rotarlo para cambiar la dirección hacia la que mira el personaje. De esta manera, se puede ir caminando en una dirección mientras se dispara en otra. El ataque se realizará en dos vías: nuestro protagonista usará la metralleta en su mano derecha mientras que con su mano izquierda podrá ir lanzando granadas. Eventualmente, también podremos ponernos a los mandos de un tanque.

Por otro lado, el videojuego también es pionero en dar la posibilidad de hacer una partida de dos jugadores de forma cooperativa. Hasta la fecha no había demasiados videojuegos que implementaran esa posibilidad y menos en el subgénero del «run & gun» (Gun Smoke, Commando, etc…).

La perspectiva del juego era la típica de dicho subgénero, es decir, una pantalla vertical que nos muestra una versión cenital del terreno de juego y un scroll vertical de abajo hacia arriba. A nivel gráfico destaca el gran tamaño de los sprites en comparación a otros títulos similares. En las distintas conversiones, destaca el esfuerzo para adaptar de la forma más fiel posible teniendo en cuenta las limitaciones de la máquina, donde destacan la versión de MSX (que parece mentira que sea de 8 bits) y la de Amiga (que hasta llega a mejorar el original).

En este vídeo podéis ver como es el juego:

Vendetta (1991)

Konami lanzaría en 1991, uno de sus «beat’em up» más míticos: Vendetta. Se trataba del segundo título de la saga Crime Fighters y, para muchos, la más afortunada de todas (aunque pocos dudan de la calidad de la serie al completo). Aún así, solo se conocería como Crime Fighters 2 en Japón, por lo que muchos jugadores tenían la creencia de que era un título totalmente independiente. De hecho, tuvo ciertos problemas al salir del mercado asiático al ser censurado un enemigo que vestía de cuero y que atacaba al jugador con, lo que parecía, prácticas sexuales.

Vendetta saldría de forma exclusiva para máquinas recreativas y, como era popular por la época, permitía su implementación en máquinas de hasta cuatro jugadores, por lo que se convertiría en un arcade muy popular entre los grupos de amigos que visitaban los salones recreativos.

El argumento es el clásico de los «beat’em up»:secuestran a una chica conocida como Kute Kate, la cual pertenece al clan de Los Cobra. Dicho clan está formado por Boomer (especialista en artes marciales peligrosamente parecido a Jean-Claude Van Damme), Sledge (un exconvicto militar con un «look» similar al de Mr. T), Hawk (un ex luchador de wrestling que recuerda inevitablemente a Hulk Hogan) y Blood (un boxeador afroamericano), y no dudarán en ir al rescate de su compañera.

El sistema de juego también se rige por los típicos clichés de los «beat’em up». El videojuego se desarrolla sobre un scroll horizontal, con una perspectiva bidimensional en tercera persona. Tendremos que ir avanzando por distintos niveles, acabando con todo enemigo que se nos cruce por delante haciendo uso o de nuestros puños, o de las diversas armas que podemos ir consiguiendo por el camino como martillos, ladrillos, cócteles Molotov o cadenas de motocicletas. Al final de cada nivel nos enfrentamos con el jefe final, que en este juego destacan especialmente tanto por su diseño como por sus curiosos nombres (Kruel Kurt, The Rude Brothers, Missing Link…).

Como he ido indicando durante todo el artículo, Vendetta es uno de los mejores ejemplos de lo que significaba un «beat’em up» de principios de los 90, y el apartado técnico no es una excepción. Nos encontramos con escenarios urbanos bastante bien diseñados, donde destaca la interacción con algunos elementos del entorno como pueden ser los andamios, los cuales podemos golpear para que caigan encima de los enemigos. Los personajes, tanto los protagonistas como los enemigos, tienen un buen trabajo de diseño, tratado con mucho humor, en especial en las animaciones a la hora de recibir golpes. En el apartado sonoro, de nuevo nos encontramos con un catálogo de efectos clásicos del subgénero y una banda sonora compuesta por Michiru Yamane (conocido por su trabajo en las sagas Castlevania y Suidoken) e Hideaki Kashima.

En este vídeo podéis ver como es el juego: