Hoy tenemos una de las mayores leyendas de la historia de los videojuegos, Polybius, un videojuego que muchos afirmaban que producía pérdidas de memoria y que era un experimento del ejército de los EEUU. Lo cierto es que la falta de documentación sobre el mismo ha ayudado a fomentar dicha leyenda. En este vídeo teneis una pequeña introducción a su historia:
Y en este otro imágenes de una demo creada por programadores a partir de la información que existe sobre el mismo:
En este enlace teneis información ampliada de la leyenda
Tras el éxito mundial de Dragon’s Lair, muchas compañías se subieron al carro del desarrollo de películas interactivas al estilo de las aventuras de Dirk the Daring, un subgénero de mucho éxito en su momento pero que terminaría cayendo en el olvido. Time Gal es uno de esos títulos, desarrollado por Taito, contaba con la inestimable colaboración de Toei Animation, empresa puntera de la animación nipona que cuenta entre sus obras con clásicos como Bola de Dragon o Digimon. El lanzamiento original para máquinas recreativas fue en 1985 exclusivamente en Japón, no llegando al resto del mundo hasta siete años más tarde cuando se publicara una versión para Mega CD, siendo uno de los títulos destacados para dicha plataforma.
Nos encontramos en el año 4001, cuando el malvado Luna ha robado una máquina del tiempo, con el objetivo de hacerse con el poder en el mundo. Tomamos el papel de Reika Kirishima, una atractiva científica que tendrá que ir viajando a través del tiempo con el objetivo de atrapar a Luna y detener sus malvados planes.
Time Gal utiliza el típico sistema de juego de este tipo de títulos, es decir, la secuencia animada se desarrolla y en un momento determinado tendremos que decidir la acción a realizar. Éstas podran ser moverse hacia arriba, abajo, izquierda, derecha y acción. Como particularidad de este título, habra momentos en los que la protagonista podrá detener el tiempo y nos dará tres opciones a elegir, donde solo una nos permitirá continuar.
A nivel técnico nos encontramos con un trabajo soberbio donde se ve el buen hacer de Toei Animation, que se tomó el proyecto muy en serio y creó unas escenas dignas de cualquiera de sus series Anime. El apartado sonoro fue a cargo de Imamura Yoshio y Fukushima Yukio, estando a la altura de las expectativas y aprovechando las posibilidades del Laserdisc.
Las peculiares características técnicas requerían de una gran capacidad por parte del hardware, por lo que su aparición en los dispositivos domésticos se hizo esperar. Además de la versión en Mega CD que comentamos antes, aparecerían versiones para Saturn y PSX. No obstante, como rareza, aparecería en Japón una versión para MSX un año después del lanzamiento original.
Como ya se comentó en el análisis de World Cup Italia’ 90 para Mega Drive, existían aun dos licencias más de videojuegos basados en el Campeonato del mundo de fútbol que se celebraba en 1990 en Italia. Uno de éstos es Italia 1990 que, en algunas versiones saldría bajo el título de World Class Soccer. El videojuego estaría distribuido por US Gold y desarrollado por Tiertex, que más adelante se ocuparían de World Cup USA’ 94 y de varios títulos de la saga Madden sobre fútbol americano.
El videojuego se diferenciaba de otros del género al implementarle la profundidad que requería el evento. Para empezar, contamos con todas las selecciones clasificadas en dicha selección y con sus plantillas reales, por lo que podemos disfrutar de las grandes estrellas de la época como Maradona, Van Basten, Gullit o Butragueño. Destaca la posibilidad de seleccionar nuestro once inicial, algo no habitual en los videojuegos de fútbol de la época y de muchos que vendrían más adelante. Además, cada jugador tiene sus propios atributos, por la que la selección del once captaba aún más importancia, ya que lo habitual por aquella época era que los atributos fueran comunes a todos los miembros del equipo.
En el partido en sí nos encontramos con un videojuego realmente rápido y dinámico y que, probablemente, inspiraría mucho a los creadores de Sensible Soccer, no solo en su sistema de juego, sino también en su perspectiva y gráficos. De los atributos anteriormente reseñados, sólo parece relevante el de velocidad, esencial para conseguir una verdadera ventaja frente al rival. El videojuego resulta realmente divertido gracias a su velocidad y la posibilidad de partidas de dos jugadores aumenta considerablemente la vida del mismo.
A nivel técnivo nos encontramos con unos gráficos simples pero correctos, seguramente en busca de un mejor rendimiento para favorecer el dinamismo. Esto hace que las versiones de 8 bits tengan un aspecto estupendo, pero en las de 16 bits el apartado gráfico sea algo pobre. Cabe destacar la inclusión de escenas introductorias por parte de un presentador como si de un programa especial de televisión se tratase.
Italia 1990 aparecería para PC, Commodore Amiga, Atari ST, ZX Spectrum, Amstrad CPC y Commodore 64. Aunque no tuvo secuelas en sí, si hubo una reedición bajo el título Italia 1990 Champions Edition, en la que se corregía un error en el que en la escena final al ganar el campeonato, se indicaba que el equipo en cuestión quedaba finalista en vez de ganador.
Nos encontramos en 1994, en pleno auge de los FPS gracias al éxito de Doom. Junto a los múltiples clones que se querían arrastrar en la estela del éxito del título de iD Software, aparecería un título que destacaría sobre los demás gracias a su originalidad. Se trataba de Quarantine, desarrollado por Imagexcel y distribuido por Game Tek, un FPS en el que iríamos montado en un taxi contínuamente, con el que tendríamos que hacer las distintas fechorias. Aunque el éxito del videojuego no fue arrollador, si tuvo su cierto seguimiento y se terminaría convirtiendo en videojuego de culto, en buena parte porque para muchos sería el gran inspirador del mítico Carmageddon.
El argumento nos emplaza en KEMO (ciudad ficticia pero que parece referirse a Detroit), donde la principal actividad es la fabricación de «hovercars» para todo el país. El crímen de la ciudad ha subido a cotas muy altas, con calles infestadas de criminales con «hovercars» armados hasta los dientes, aterrorizando a los ciudadanos de KEMO. En 2029, Omnicorp se compromete con las autoridades a limpiar la ciudad, cuya solución es crear un muro alrededor de la ciudad, con una única salida sellada. Esto provoca el caos en una ciudad que se ha convertido en una prisión, volviéndose todo aún más violento.
Nos encontramos en 2043 y Omnicorp decide probar un producto químico (Hydergine 344) con el supuesto objetivo de pacificar la ciudad, echándose en el agua corriente de la misma. Por desgracia el efecto no fue el deseado, afectando mentalmente a más de la mitad de los ciudadanos que se convertirían en asesinos despiadados. Uno de los pocos que no se ha visto afectado es Drake Edgewater, un taxista que lucha por salir de la ciudad, por lo que intenta acumular dinero gracias a su trabajo, para mejorar su vehículo y poder salir por la fuerza.
En el juego manejaremos el taxi de Drake, con el que tendremos que ir rodadndo por la peligrosa ciudad. Cuando oigamos un silbido es que un cliente nos llama, si nos paramos junto a él se montará en el coche y nos indicará el lugar a donde quiere ir, sistema que nos recuerda mucho a Grand Theft Auto. La carrera será peligrosa, ya que muchos enemigos saldrán a nuestro paso, por lo que no debemos dudar en acabar con ellos, ya sea atropellándolos o usando algún tipo de arma. Completando carreras conseguiremos dinero con el que podremos ir a los talleres a conseguir nuevas y más potentes armas. Además, aparecerán otro tipo de misiones para conseguir pistas para saber como salir de ese infierno de ciudad.
Los gráficos, más que por la calidad de su diseño, destacan por su estética cyberpunk y por un mapa bastante amplio para lo que se podía ver por aquella época. El apartado técnico se completa con una aceptable banda sonora a base de temas interpretados por bandas de rock alternativo australianas.
El videojuego vería la luz para 3DO, PC y Playstation. Sería continuado en 1995 por Quarantine II: Road Warrior, un videojuego al que se le dotaría de un aspecto más de cómic y que tendría una cierta mejora gráfica, aunque con un sistema de juego muy similar al de la primera entrega.
En este vídeo teneis cuatro videojuegos realizados con YouTube utilizando el sistema de enlaces interactivos. Solo teneis que pulsar en el que os parezca interesante:
El CPC (Color Personal Computer) fue un ordenador desarrollado y lanzado por Amstrad en los años 80 y que pretendía hacer la competencia a máquinas como el Commodore 64 o el ZX Spectrum. Su debut llegaría en 1984 con el lanzamiento del CPC 464. Introducía el concepto de «sistema completo», ya que se vendía junto a un monitor (de color o de fósforo) y el reproductor de cinta de cassette. Esto se realizó para darle un aspecto más profesional y enfocar su objetivo tanto a uso doméstico como para empresas. Posteriormente, el CPC 664 sustituiría la cinta por el disquette.
Su entrada en el mercado fue algo tardía respecto a sus competidores, aunque aún conseguiría tres millones de ventas, destacando por su potencial gráfico respecto a otras máquinas de 8 bits. Posteriormente se lanzó la línea Plus, que no llegó a tener el suficiente éxito, al no poder hacer frente a los lanzamientos de las computadoras de 16 bits, por lo que en 1990 el producto sería descatalogado.
El ordenador contaba con un procesado Zilog Z80 a 4 MHz, aunque al compartir la RAM con el sistema de vídeo, la velocidad real era 3.3 MHz. Dicho sistema de vídeo soportaba una resolución de hasta 640×200, así como una paleta de 27 colores, lo que permitía un gran colorido en los juegos. En las últimas versiones de la máquina, llegaría hasta los 4096 colores.
En lo que se refiere al software, el CPC contaba con su propio sistema operativo, así como un intérprete de BASIC (una versión mejorada del Locomotive BASIC del BBC Micro). Más adelante se llegaría a implementar compiladores para PASCAL y C, por lo que se mejorarían las posibilidades de programación de la máquina.
En este vídeo podeis ver el excelente colorido que tenía el CPC para los juegos:
Al comienzo de la vida de este blog, estuvimos analizando Streets of Rage 2, el título más destacado de la saga «beat’em up» más importante de SEGA. Hoy toca hablar de Streets of Rage, título que iniciaría la saga y que demostaría que este subgénero podía triunfar en los dispositivos domésticos, aunque tradicionalmente fuese relacionado con las máquinas recreativas. El lanzamiento fue un rotundo éxito, dando lugar a una saga que llegaría a su cima en su segundo entrega,, con uno de los videojuegos más populares de la 16 bits de SEGA. Streets of Rage sería publicado en 1991 para Mega Drive, aunque posteriormente habría las correspondientes versiones para Master System y Game Gear. Actualmente podemos disfrutar de él en diversos recopilatorio y, desde 2007, en el servicio Virtual Console de Nintendo Wii.
Streets of Rage nos sitúa en una ciudad apocalíptica, donde un sindicato del crimen, liderado por el misterioso Mr. X, ha sembrado el caos en sus calles. Tres jóvenes policias, Axel, Adam y Blaze, crean una unidad especial contra dicha amenaza, pero terminan siempre coartados por sus superiores mientras el caos aumenta. Es por esto que deciden atacara a Mr. X al margen de la ley por el bien de la ciudad.
La estructura del juego es la típica del género, una cámara lateral con scroll horizontal que nos acompañará según avanzamos por la ciudad. Cada cierto tiempo no podremos avanzar, llegará una ráfaga de enemigos y, al acabar con ella, avanzaremos un poco más hasta llegar al final del nivel donde nos encontraremos al jefe correspondiente. Los enemigos son los típicos de este tipo de juegos (punkies, ninjas, mujeres con látigos, etc…) y muchos de ellos se aparecerán en las siguientes entregas de la saga. Destaca la aparición de la barra de energía de los enemigos, dándonos una idea de lo que nos queda para acabar con ellos.
Los gráficos definirían el estilo de la saga, en especial en los escenarios, definiendo el aspecto de la ciudad, que llegaría a su punto álgido en la segunda entrega. Aunque se mejoraría en versiones posteriores, los personajes tenían animaciones interesantes, que resultan muy efectivos para representar los distintos movimientos a ejecutar. A pesar de tan solo contar con tres botones de acción (salto, ataque y «magia»), la variedad de movimientos era muy alta, dependiendo de las situaciones (por ejemplo al agarrar un enemigo), lo que nos permite combinar distintos tipos de ataque. El apartado sonoro cuenta con la magnífica banda sonora de Yuzo Koshiro, que encontraría en esta saga una de las mayores inspiraciones de su carrera.
Con el sorprendente éxito de Epyx con su California Games, muchas compañías se plantearon copiar su fórmula, un videojuego deportivo con modalidades no muy habituales, y que se disputaran diferentes eventos. Una de esas compañías fue Electronic Arts, que publicaría Skate or Die en 1987, una visión más «radical» de estos deportes callejeros. De hecho, su equipo de programación se encontraba con antiguos trabajadores de Epyx que habían participado en California Games. El título sería lanzado originalmente para Spectrum, Commodore 64, Apple IIgs, Atari ST y PC. Posteriormente, Konami desarrollaría una versión para NES, que sería publicada por Ultra Games. Esta misma versión se incluiría en 2007 en el catálogo de Virtual Console, servicio online de la Nintendo Wii.
El título nos permite competir en cinco eventos relacionados con el skateboarding, que podremos elegir en la pantalla de título, patinando a la calle donde se realice el evento. En Freestyle, nos enfrentaremos al típico «halfpipe», donde tendremos que intentar conseguir la máxima puntuación posible, gracias a los distintos trucos que realicemos, existiendo un catálogo de movimientos muy extenso. Tendremos otra competicion de «halfpipe», el High Jump, donde tendremos que conseguir un buen impulso para conseguir alcanzar la máxima altura posible.
En el Downhill Jam, compiten dos patinadores, descendiendo por una calle estrechas, llenas de obstáculos que hay que esquivar para aumentar nuestra puntuación antes de llegar a la meta. El otro descenso es el Downhill Race, donde tendremos que hacer una competición contrarreloj. Por último tenemos Joust, donde en una piscina vacía nos encontraremos con un duelo con otro patinador, siendo el objetivo derribarlo.
Gráficamente nos encontramos con un videojuego muy similar a la saga de Epyx, aunque quizá sean un poco más flojos, con unos personajes más pequeños y menos detallados. Esto se contrarresta con una apuesta más arriesgada en la originalidad de los eventos, pero terminan quedándose un poco escasos.
Red Baron esta basado en los combates aéreos de la Primera Guerra Mundial, de hecho, toma su nombre del apodo de Manfred von Richthofen (el Barón Rojo), probablemente el piloto más carismático de aquella época. El videojuego fue desarrollado por Dynamix, en un equipo dirigido por Damon Slye, siendo distribuido por Sierra Entertainment para PC. Recientemente, el videojuego ha vuelto a sonar con su inclusión en el catálogo de títulos de PlayStation Network. Se considera que Red Baron es uno de los simuladores de vuelo más destacados de los que han llegado a PC, hasta tal punto que la prestigiosa revista Computer Gaming World le concediera en 1996 el cuarto puesto en el listado de los mejores videojuegos para PC de todos los tiempos.
A pesar de lo que pueda parecer por el título, en Red Baron podremos ponernos tanto en el bando del Servicio del Aire Alemán como de la RFC. El videojuego se encuentra ambientado en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial, representando las famosas batallas aéreas del conflicto. Así, podremos realizar combates 1 vs 1, o bien, pasar por las distintas batallas en un Modo Histórico.
En este último modo nos encontramos con un gran trabajo de documentación, pudiendo manejar hasta 17 aviones reales de los ejércitos británico, alemán y francés. Del mismo modo, estos aviones estarán pilotados por los más míticos nombres de la aviación bélica como Albert Ball, Werner Voss, Georges Guynemer, Eddie Rickenbacker o el propio Barón Rojo. En el modo histórico, empezaremos como jefes de un pequeño escuadrón que irá aumentando según sean nuestros méritos. La variedad de misiones es bastante rica: cazar un zeppelin, patrullar, vuelo de reconocimiento, bombardeo, etc…
En el aspecto técnico, nos encontramos con un videojuego magnífico en todos sus aspectos, en especial si tenemos encuenta que su fecha de lanzamiento es 1990. Los escenarios son amplios, con bastantes elementos y una sensación de profundidad muy bien conseguida. Los movimientos tanto de nuestro avión, como de los demás es muy suave ayudando al realismo. Asimismo, cabe destacar la inteligencia artificial en el título, todo un acierto de implementación.
Tras el éxito del lanzamiento, en 1992 se lanzó un kit de diseño de escenarios, que sería lanzado en 1997 en un pack junto al videojuego original. Ese mismo año vería la luz Red Baron II y al año siguiente Red Baron 3D, que tendrían el beneplácito de la crítica. Esto no pasaría con Curse You! Red Baron, un videojuego muy flojo que fue un fracaso de crítica y público.