Nos encontramos en 1995, en plena cima de las aventuras gráficas (aunque cercanos a su declive) y tras la aparición en el mercado de juegos como The Dig o Gabriel Knight, se empezaba a dar una cierta relevancia a aventuras gráficas con un perfil más serio y un público objetivo más adulto. Ripley’s Believe It or Not!: The Riddle of Master Lu podría ser un ejemplo de esto porque, para empezar, se trata de una de las aventuras con los puzles más complicados del género y que dista bastante de los videojuegos clásicos de la escuela Lucas Arts.
Antes que nada hay que contextualizar al videojuego desde el título. Robert Ripley fue un caricaturista estadounidense que tuvo bastante relevancia en la primera mitad del siglo XX, gracias a su serie para periódicos Aunque usted no lo crea (Believe It or Not!), en la que plasmaba diversos sucesos asombrosos alrededor del mundo y que, particularmente en España, fue un tipo de publicación que fue emulada en revistas como TBO. De igual manera, Ripley llevaría su estilo al mundo de la radio y de ahí que 50 años más tarde desde Sanctuary Woods decidieran tomar su nombre para crear un videojuego basado en extrañas aventuras alrededor del mundo.
La historia se ambienta en 1936 y tiene al propio Ripley de protagonista como coleccionista de rarezas para su Museo de Curiosidades. Mei Cheng, una de las colaboradoras de Ripley quiere ir a Pekín a visitar a su familia y Ripley decide aprovecha el viaje para encontrar nuevos objetos para su colección. Su estancia en China le puede llevar a la pista del Sello Imperial del Primer Emperador, gracias a las pistas que puede encontrar en la Tabla de Master Lu, del cual se dice que encontró el secreto de la vida eterna. Sin embargo, con la Segunda Guerra Mundial gestándose poco a poco, los japoneses también están a la pista de este tesoro, lo que hará que Ripley se vea entremezclado en un conflicto mayor del esperado.
Ripley’s Believe It or Not!: The Riddle of Master Lu es una aventura point & click muy al estilo de la época, con la principal diferencia de una mayor dificultad y una perspectiva más intelectual que otros títulos del género. Esto hace que en ciertos puntos el juego sea bastante desesperante e incluso pesado y, sobre todo para jugadores de hoy en día, se trata de todo un reto. Por suerte, conscientes de esta gran dificultad, los desarrolladores implementaron que en el juego la muerte no es definitiva y volvamos al momento justo antes de meter la pata.
El principal valor del título se encuentra en lo bien que está trabajada su historia, con un argumento muy bien documentado y que se plasma con un trabajo artístico muy bueno. La aventura se desarrolla en diferentes lugares del mundo y esto se ve en unos escenarios de una gran calidad artística en los que se reconocen fácilmente diversos lugares del planeta. De igual manera, los personajes mantienen una calidad gráfica alta al tratarse de actores reales digitalizados, llegando a su punto álgido en las escenas cinemáticas intermedias.
El juego quizá no tuvo el éxito que debería haberse merecido, ya que la alta dificultad es lo más destacado del mismo y, a la vez, su principal handicap. Aunque hubo unanimidad en la calidad técnica del juego, lo cierto es que buena parte de la prensa especializada bajó mucho su nota debido al mencionado tema de la dificultad. Esto provocó notas muy altas como la de Computer Gaming World, que hasta lo nominó al premio de mejor aventura del año, con otras con un aprobado raspado. Esto terminó influyendo en el mercado y el videojuego no terminó de funcionar, una pena, puesto que podría haberse iniciado una saga muy interesante.
En este vídeo podéis ver cómo es el juego:
parece un juego interesante. Me encantan las aventuras gráficas! Muy buena página, saludos