Lamborghini American Challenge (1992)

Hoy en día no nos sorprende encontrarnos títulos en el mercado que traten de carreras ilegales (de hecho Need for Speed se ha ido desviando hacia este camino), aunque anteriormente las compañías eran reticentes a hablar de «carreras ilegales» tan explícitamente.

En ese sentido uno de los títulos destacados es Lamborghini American Challenge, desarrollado y publicado en 1992 por Titus Interactive. En realidad este juego era la tercera entrega de la saga Crazy Cars, pero se decidió cambiar el nombre aprovechando tan importante licencia.

Llevando el control de un flamante Lamborghini, deberemos ir recorriendo Estados Unidos de costa a costa, demostrando nuestra valía dentro del mundillo de las carreras ilegales. Para ello tendremos que ir ganando prestigio y dinero. Lo primero se consigue ganando cuantas carreras sean posibles y lo segundo a base de apuestas. Antes de cada carrera retaremos a alguno de nuestros competidores para apostar sobre quien quedará por delante del otro. Esto nos da un total de 18 personajes distintos, cada cual con un cierto prestigio dentro del mundillo.

El estilo del juego recuerda mucho al de la saga Lotus, con una perspectiva y un control muy similar. Durante la carrera no solo tendremos que ocuparnos de ir adelantando a todos los coches (así como evitar colisionar con los vehículos ajenos a la carrera), sino que tendremos el peligro constante de la policía, siempre al acecho para acabar con estas carreras ilegales. Si conseguimos un buen resultado en la carrera, conseguiremos dinero y ascender en el ranking, lo que nos permitirá comprar mejoras para nuestro vehículo y poder inscribirnos en carreras de mayor prestigio.

El juego en sí no aportaba nada nuevo al género, siendo aún así bastante divertido. Las mejoras eran bastante variadas y destacaba el uso del «boost» lo que nos daba un empuje extra durante un cierto tiempo. El asunto de las apuesta le daba un plus de emoción, sobre todo cuando nos ibamos acercando a los vehículos contra los que habíamos apostado. Además, Lamborghini American Challenge contaba con un estupendo modo dos jugadores que alargaría mucho la vida del juego.

Gráficamente destacaba su personal estilo «oscuro», lo que lo asociaba muy bien a la atmosfera de las carreras ilegales, contando con una utilización preferencial de tonos ocres. Los escenarios eran bastante detallados, si bien los diseños de los coches pecaban de simplicidad. El apartado sonoro era simplemente correcto, siendo la parte técnica más olvidada del conjunto.

Las primeras versiones del juego que salieron fueron para ordenadores personales: Amiga, Amiga CD32, PC, Atari ST y Commodore 64. Sería en 1994 cuando el videojuego diera el salto a las videoconsolas de forma exclusiva para Nintendo, apareciendo en el catálogo de Game Boy y de Super Nintendo.

En este vídeo podeis ver como era el juego:

0 thoughts on “Lamborghini American Challenge (1992)

  1. javier-caspito

    Yo tambien he sufrido entre ayer y hoy el funcionamiento de La Coctelera Jaimixx. Dicho esto, mi favorito de carreras de este tipo, ROAD RASH. Por último una pregunta que seguro que tú sabes contestar. El concepto más o menos entiendo a lo que alude pero ¿cómo se definiría en plán «académico» un juego Clónico»?

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  2. MAP

    Gran juego sí señor, de esos que pican lo suyo. Me recuerda mucho al estupendo «Chase H.Q.» en el que tenías que perseguir a mafiosos hasta detenerlos a base de destrozarlos el coche a golpes, y que venía a su vez a ser una vuelta de tuerca del mítico «Outrun».
    Saludos!

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  3. jaimixx

    El concepto de videojuego clónico suele confundirse en ocasiones con el de remake. Un remake consiste en volver a crear el mismo juego pero con aspectos técnicos mejorados pero conservando la dinámica, personajes y sistema de juego original (por ejemplo el remake West Bang, basado en el título de Dinamic West Bank).

    Un juego clónico simplemente se basa en otro, puede alterar libremente el sistema de juego, reglas, personajes, y no tiene por qué tenere referencias explícitas al original. Por ejemplo, Pingus es un clon de Lemmings para Linux, en el que los protagonistas son los famosos pinguinos del Sistema Operativo de Linus Torvald.

    De todas maneras, estas denominaciones no están reguladas por nadie, así que se suelen usar de formas distintas, sin poder afirmar rotundamente que una es correcta o no.

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